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Eduardo Scala

Entrevista

11 Nov 2020

Eduardo Scala, poeta, artista y ajedrecista

“El poeta es un mago, un vidente que nombra el misterio de lo invisible-visible”

Esther Peñas / Madrid

Transmutación. Alquimia. Escucha. Silencio. Palabra primera. Ser. Asombro. Reverberación. Verdad. Misterio. Plegaria. Belleza. Voz. Vocación. Obediencia. Conversión. Epifanía. Conciencia. Lucidez. Cada una de estas palabras podría ser síntesis de su obra (y en la síntesis, recuérdese, uno coloca el corazón-razón). Eduardo Scala (Madrid, 1945). Cada una de sus propuestas son un fascinante grimorio, un herbario de cosmogonías, un prontuario de ecos. Eduardo Scala.

 

Un libro, RE/TRATOS. CLAVES (Libros de la resistencia) y la exposición La Pintora palabra. Re/tratos de Artistas (Galería Guillermo de Osma, Madrid, hasta el 13 noviembre) nos dan la excusa –como si hiciera falta pretexto para acercarse a él- para conversar a propósito de algunas cuestiones que nos intrigan. Hay doce preguntas. Y usted, que lee, será el décimo tercer mes del año.

Escribió Edith Stein que «el azar, visto del lado de Dios, no existe». ¿Qué porción de azar, de contingencia, de casualidad, diría que hay en su obra?

Sí, su hermano de raza, Albert Einstein, por otros caminos, llegó a la misma conclusión: «Dios no juega a los dados». Es mi trabajo poético, basado en el juego de la verdad, el AjedreZ, A-Z, frente al golpe de dados mallarmeano.  Si me retiro y dejo que la pluma escriba NADA, vemos y leemos al mismo tiempo NADA ADAN ADN, en síntesis, el Génesis. Pieza estampada en ocho metros (Serie Gráfica/Escala 7, Madrid, 2001).

El último libro de una poeta muy querida por ambos, Olvido García Valdés, lleva por título confía en la gracia. ¿Es un don, la gracia? ¿Qué es la gracia para Scala? ¿Está emparentada con la suerte?

Curiosa y graciosamente «García», por arte anagramático –transfiguración de la palabra– se transforma en «Gracia». Publiqué el descubrimiento en el libro-galería Loor a Lorca (La Esquina, Madrid, 2011).

En mi manifestación, que no manifiesto, escribo: «Poética-ética:/el poeta no existe./La voz advertida-vertida-ida-da/de Gracia/el poema./YoTRO./  LIBRESCLAVO./ Hágase el poema según la Palabra». Es el Magnificat. (VISUALABREV, La Oficina de Arte y Ediciones, Madrid, 2011).  

¿Qué se arriesga de uno mismo en el poema?

Lo repetimos: el poeta es el artífice, el instrumento o médium –ninguno-uno– no existe. Está obligado a escribir a la altura del silencio, a desaparecer sin ruidos.

El poema, ¿tiene más de memoria o de intuición?

No lo sé, es un misterio. «¡Inteligencia, dame el nombre exacto de las cosas!». Juan Ramón.  Además, el trabajo de tenaz diamantista es decisivo.

Su obra es –entre otras cosas- una proclamación de lo múltiple, en un momento histórico en lo que impera es una progresiva y oprimente homologación de todo en nombre, y esto me resulta curioso, de la diversidad. ¿Cómo se distingue lo auténtico de lo sucedáneo?

Sí, de lo múltiple-uno, de hecho desde 1974 mi misión poética se nombra Cántico de la Unidad.

Para diferenciar lo real de lo falso, las palabras de Nuestro Señor Jesucristo: «Bienaventurados vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen». Mateo 13:9-16.

Siente admiración por Paul Renner, creador de la letra Futura; que yo haya reconocido, además de la Futura, usted emplea la Garamond, la Bodoni y la Scala. ¿Qué tiene que tener una tipografía para que decida trabajar con ella?

Sí, RENNER, curiosamente, es otro palíndromo, es decir, un maravilloso «tipo móvil». En Frankfurt, Instituto Cervantes, hace años realicé el homenaje al maestro y amigo Emilio Sdun, excelente tipógrafo alemán que durante años compartió su arte con nosotros desde su Prensa Cicuta en Los Guiraos, Cuevas de Almanzora, Almería.  

Amo el antiguo arte de la imprenta y sus preciosas fuentes, con Bodoni he publicado Cuaderno de agua, 1984, y Ars de Job, 1990, con tipos móviles, arquetipos para mí. Con José Manuel Martín Almeida sigo trabajando con Bodoni, el último libro-galería HERME/TO PASCOAL ha sido expuesto recientemente en la Bienal de Curitiba, Brasil. La fuente Garamond estampó Re/tratos en Calcografía Nacional, Madrid, 2001.

Cuando entrego un libro o serie de poemas a la prensa sintonizo la tipografía con el contenido, alma y espíritu de la obra. He utilizado las fuentes que usted numera y cuando Siruela publicó en 1999 mis ocho libros de poesía, ayudado por Rafael Manuel Cansinos, elegí ocho tipografías, ninguna española, esa fue mi denuncia, porque no teníamos ninguna fuente en esa fecha hasta que en el proyecto Madridquijote, Ayuntamiento de Madrid, 2005, que dirigí junto al arquitecto Juan Alberto García de Cubas, con el asesoramiento del experto en tipografía José María Cerezo, hicimos la primera recuperación de la fuente española Ibarra Real. Estampamos la gigantografía (lona de 14x36 metros) con la primera parte de El Quijote con nuestra recuperada tipografía, maravilloso libro para ser leído caminando, de forma andante.

Los dieciséis lienzos de La Pintora Palabra. Re/tratos de Artistas están realizados con la tipografía Scala del tipógrafo holandés Martin Majoor, con la que el grabador Perico Simón realizó Firmamento Alemán (La Zúa, Cuenca, 2017), libro-galería prologado por Victoria Cirlot. Con mi homónima fuente intervine la escalera de la Casa de América, Madrid, en 2011 (Poetas por Km2). ¡Scaligramas de Scala –tipografía Scala– en la escalera! ¡Vértigo fractálico!

Uno de los rasgos de su obra es la belleza del equilibrio, de la simetría. En esta postmodernidad tan dionisíaca (en el sentido más tosco del término), ¿estamos abocados al feísmo?

La geometría sagrada –POESIARQUITECTURA– es mi ideal. Mi primer libro, Geometría del éxtasis, 1974, que décadas más tarde generaría la serie sacrogramas, fue el indicador de la meta y de lo meta, sea metapoético, metafísico, etc. Palabras-formas platónicas, trazadas con líneas textuales o escrituras. Siempre me ha interesado el mundo de las simetrías o invariancias de la Alquimia llevadas a la lingüística. VISUALABREV tratado poético (La Oficina de Arte y Ediciones, Madrid, 2011), manifiesta la hierogamia de lo visual y lo verbal.

Por otra parte, como usted apunta, está “la vanguardia y el triunfo de lo feo”, uno de los capítulos de La Historia de la Fealdad de Umberto Eco.

“Las palabras custodian (y esconden) un significado que de suyo va más allá de lo estrictamente convencional”, dice Francisco Javier Sancho, carmelita descalzo, director de la Universidad de la Mística, CITeS de Ávila, en uno de los prólogos de sus libros. ¿Qué disposición de ánimo hay que tener para acceder a esa visión interior?

Las palabras interiores de la Palabra Madre son un ejemplo. Hay que parar la pluma, en el caso del poeta, y contemplar atentamente la plomada que manifiesta las vibraciones de las hondas-ondas de la voz –la escala escondida de palabras– un sonido semejante al de los armónicos del cuenco tibetano, mi amado instrumento.

¿Cómo decide en qué nombres quiere adentrarse? A veces, no es tanto el nombre como el apellido (Llull, Einstein). ¿Hay alguno que se le haya resistido?

Cada nombre-apellido es un biograma, la cartografía del ser que con sus líneas cruciales, a veces, traza el destino del re/tratado. Llull es otro maravilloso nombre palindrómico, perfecto, que organiza otro sello (arte sigilario) infinito. Sí, a veces he encontrado nombres imposibles, intratables geométricamente –formas abstractas, semejantes a amebas-, lo cual también descubre aspectos ocultos del re/tratado.

Re/trato de Remedios Varo

Pienso en su re/trato de Remedios Varo, en el que dios queda en el centro. ¿Cuánto de rezo tiene cada uno de sus poemas? ¿Creer es crear?

VISUALABREV se subtitula Un Cántico Nuevo. La serie sacrogramas son soportes oracionales. Ars de Job, 1990, es el libro monosilábico, radical, hecho de las raíces de nuestra lengua. El poeta es un mago, un vidente que nombra el misterio de lo invisible-visible. San Juan de la Cruz, nuestro poeta de poetas, fue un carmelita descalzo, sacerdote católico, es decir “universal”.

La Madre Palabra nos regala este aviso o cautela:

                                                                                      REMEDIOS

                                                                                           MEDIOS

                                                                                                 DIOS

 

«Solo el que renuncia enuncia». ¿A qué, a qué hay que renunciar? ¿Se trata, la vida, del olvido de sí?

Hay que escuchar atentamente lo oculto de cada vocablo. La Madre Palabra, proyecto en el que llevo trabajando desde los años noventa, nos manifiesta el milagro escondido de algunos preciosos términos. Baste este maravilloso ejemplo, donde yo desaparezco y la Palabra escribe sola:

                                                                                                                                      SOBREVIVID

                                                                                                                                              REVIVID

                                                                                                                                                   VIVID

                                                                                                                                                      VID

                                                                                                                                                         ID

 

El imperativo es, me atrevo a decir, divino. Si guardamos silencio y dejamos que la palabra SOBREVIVID lance sus voces interiores, entonces vemos y oímos la maravillosa escala o fuga de términos en continuum.

Este himno, Cinco columnas de Tiempo, estuvo en una columna del Instituto Cervantes de Madrid entre 2009-2010, con motivo de la gran exposición dirigida por José Antonio Sarmiento «Escrituras en libertad».

El lenguaje, la palabra, ¿más que del orden del saber o del tener pertenece al ser?

Somos lenguaje, palabra. Mas cada término, como hemos visto, es un arca con perlas o logofanías que nos ayudan a interpretar la realidad y vivir la vida.

                                                                                             OLVIDA

                                                                                                  VIDA

                                                                                                    IDA

                                                                                                     DA

                                                                                                        A