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Los fusiles

Entrevista

28 Abr 2021

Los fusiles, banda de rock

«Se vuelve a los iconos populares, al patrimonio universal»

Esther Peñas / Madrid

Su sonido es de una elegancia, una bizarría y un virtuosismo exquisitos. Vienen de Sevilla, semillero edénico del rock patrio. Si en su primer trabajo, ¿Quién le escribe al Coronel?, nos provocaron el asombro al dinamitar el tedioso panorama musical (plagado de sosias, de mecenas televisivos, sonidos recalentados) con esta segunda entrega, Victoriosa (también con el sello Family Spree Recordings) la banda Los fusiles revalida el salvoconducto de la gracia. Y del tesón. A las respuestas, Pablo Cuevas, voz y guitarra.

Si en el primer trabajo, ¿Quién le escribe al Coronel?, la (pro)vocación era claramente literaria, en este segundo hay una apuesta primera por la escultura. ¿Qué han mantenido musicalmente ‘Los fusiles' y que ha cambiado en ellos en este segundo disco?

Bueno, más allá de las diferentes disciplinas artísticas o intelectuales (en las que tampoco es que estemos muy duchos), supongo que en algún momento de la vida, y tras indagar por el universo de las minorías, se vuelve al comienzo con García Márquez, la escultura clásica, Elvis o Maradona. Se vuelve a los iconos populares, al patrimonio universal. Musicalmente podría decirte que este, nuestro segundo disco, tiene mucho de continuista con el primero. Así, el estilo o la esencia es casi una segunda parte de ¿Quién le escribe al Coronel? No obstante, en Victoriosa hemos abierto más el abanico de posibilidades a otros estilos dentro del rock and roll. Hay tres temas punk-rock por derecho, otro semi-country y un medio tiempo de una duración mucho más larga de lo que acostumbran nuestras canciones. El Coronel… era más pop-rock. Victoriosa viene más herido… 

¿Huyen de la perfección, tal y como apunta la estatua sin cabeza, sin brazos?

Tenía una maestra en el colegio que explicaba con insistencia enfermiza la diferencia entre “aptitud” y “actitud”. A toda esa partida de niños nos quedó clarísima la diferencia. Por otra parte, perseguir la perfección con estos cuerpos y habilidades concretas que dios nos ha dado se antoja complicado. Más bien se trata de trabajar y sacar el máximo provecho a lo que se nos da bien. Currar mucho e intentar hacer canciones buenas, canciones muy buenas. Ser exigentes con nosotros mismos. Que ya luego, decía Lenin, que si vas por la revolución al menos obtendrás reforma. Viene bien tu ejemplo de la estatua hermosa sin cabeza ni brazos. Somos rockeros, no venimos a descubrir la penicilina.

¿Qué diría la Victoria de Samotracia, asomada al balcón?

Tendría un primer impulso de meterse para adentro de nuevo. Pero no, finalmente aguantaría. Haría una evaluación de la situación socio-económica y política actual y diría a su cónyuge «te lo dije». Luego, y según el día que tuviera, porque por muy diosa que sea algo de terrenal debe tener, se decantaría por un «que dios nos pille confesados» o por un «¡a las barricadas!».

Pienso en el tema María Dolores. ¿Qué tiene que tener una persona para erigirse en personaje?

Todos estamos compuestos por la persona y el personaje. La persona es la parte social y el personaje la visceral. La historia la forjan las personas de a pie de calle. Por supuesto que hay personajes ilustres y vanguardistas, en el sentido social o político, que han aportado más a la gente o que serán recordados por todos. Pero no te quepa duda de que el albañil, la maestra o la floristera merecen una canción, una película o una novela. O, al menos, los buenos días en su defecto.

Tu sueño. «Si uno escucha atenta se verá lo que hay que ver». ¿Qué cosa exactamente?

Es una expresión que siempre he oído a mis mayores: «aquello fue lo que tenía que ver», «fue para verse». Nuestra cultura mediterránea es más de hablar que de oír. A veces es mucho más interesante ver. Una de mis muchas asignaturas pendientes es viajar. Si es que no se trata de otra cosa que ver para aprender. En cualquier caso, ese verso de la canción a la que te refieres pone en atención a una cría a la que le vamos a contar un cuento. Y ahí no hay problemas. Va a ser la historia más bonita del mundo. Luego, en el mundo real, se ven desigualdades, injusticias y abusos. Pero hay que verlos también, claro.

¿Cuándo conviene «retar a las normas de la sociedad»?

Siempre que sean injustas. Pienso que habrá una generación que se sacrificará por otras futuras. Estamos presenciando el empobrecimiento paulatino de la población. Cada vez peores servicios públicos, peores salarios, peor cultura. El capitalismo tiende a acumular por naturaleza y ya ni siquiera tienen cabida los pequeños comerciantes. ¿Y qué hacemos? Lo primero interesarse, lo segundo organizarse. La gente sufre por llegar a final de mes. Los ertes se acaban ya. El panorama es complicado. Paradójicamente todo el menú electoral, de izquierda a derecha, hinca la rodilla con Bruselas. Toda la riqueza de España está en manos privadas.

Ese justo (y delicioso) medio entre el verso y la prosa, ¿se aprende, se ocupa, se habita..?

Se trabaja, se anhela, se busca más bien. 

Aparte de esa institución llamada Silvio, ¿qué tiene Sevilla para ser un reducto del rock?

Silvio aquí son palabras mayores. Es una pena que sea más recordado por sus entrevistas surrealistas que por su obra. La discografía de Silvio son palabras mayores. Cuando arranca a cantar parece Ray Charles. Más allá de Silvio, Sevilla siempre ha sido una ciudad muy rockera. Muy rockera y muy clásica. Lo que llega a Sevilla llega para quedarse. En cualquier década, Sevilla ha contado con una legión de bandas de rock de primera fila. Ahora me toca hacer la reseña a bandas amigas actuales de Sevilla: Freddie Dilevi, Casas y La Pistola, Riverboy, Derby Motoreta, Chencho Fernández, All La Glory, Alvaro Suite, Black Ducados, Culebra y los Chayannes, Pájaro, Analógicos… ¡Reincidentes!, perdón por los olvidados.

¿Es solo una sensación mía el que este género no termine de cuajar en nuestro país, más atento a géneros más amables?

Es una sensación de todos. Va con los tiempos. Qué se va a hacer. Manda la juventud y ella está por otra cosa. De todas formas, el rock siempre resiste y sobrevive. Volverá a estar de moda. También lamento decir que somos muy cabrones con nuestros pioneros o grandes espadas. Y eso no puede ser.

La chica de ojos claros. ¿En qué momento se hace necesario –si hay alguno- el empleo de cierta violencia?

Cuando es en defensa propia.

¿Sirve de algo las reclamaciones?

Pues a veces sí. Pero tiene un desgaste que para uno se queda.

¿Cuál ha sido el último disco que han escuchado que les haya emocionado?

Jacques Dutronc (Live au Casino de Paris, 1992).