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Frutas y verduras

Salud

29 Oct 2018

El sistema agrícola mundial produce en exceso granos, grasas y azúcares, según un estudio

La dieta sana universal es imposible por falta de frutas y verduras para todos

Redacción / Madrid

El planeta carece de suficientes frutas y verduras para que se universalice una dieta sana porque el sistema agrícola mundial produce en la actualidad un exceso de granos, grasas y azúcares que ocupan más terreno cultivable, por lo que sería necesario modificarlo para promover una alimentación saludable a una población de 9.800 millones de personas en 2050.

Ésta es la conclusión de un estudio realizado por 21 investigadores bajo el liderazgo de la Universidad de Guelph (Canadá) y publicado en la revista ‘PLOS ONE’. Los científicos se basaron en una guía de alimentación saludable de la Universidad de Harvard (Estados Unidos), que recomienda que la dieta sana esté formada por el 50% de frutas y verduras, un 25% de granos enteros y un 25% de proteínas, grasas y lácteos.

Con este punto de partida, calcularon la cantidad de tierra que se usa actualmente para la agricultura y la que se necesitaría si todas las personas siguieran esas recomendaciones nutricionales. Luego proyectaron esos datos para 2050, cuando se espera que la población mundial alcance los 9.800 millones de habitantes.

Los investigadores descubrieron que el sistema agrícola mundial produce actualmente 12 raciones diarias de granos por persona en lugar de las ocho recomendadas, cinco de frutas y verduras en vez de 15, tres de aceite y grasa en lugar de una, tres de proteína en vez de cinco, y cuatro de azúcar en lugar de ninguna.

“Lo que estamos produciendo en el ámbito global no es lo que deberíamos producir de acuerdo con los nutricionistas”, apunta Evan Fraser, de la Universidad de Guelph y titular de la Cátedra de Investigación de Canadá en Seguridad Alimentaria Mundial, quien añade: “Simplemente, todos no podemos adoptar una dieta saludable bajo el actual sistema agrícola mundial”.

Fraser añade que “el sistema global actualmente produce en exceso granos, grasas y azúcares, mientras que la producción de frutas y verduras, y, en menor medida, la proteína no es suficiente para satisfacer las necesidades nutricionales de la población actual".

DESAFÍO “APREMIANTE”

Por su parte, Krishna Badahur, también de la Universidad de Guelph, indica que los países en desarrollo se centran en el cultivo de granos debido a que los carbohidratos son relativamente fáciles de producir y pueden alimentar a muchas personas.

Los países desarrollados han subsidiado la producción de granos y maíz durante décadas para volverse autosuficientes. Badahur apunta que el sistema mundial produce actualmente un exceso de grasas, azúcares y sal.

Los investigadores indican que adoptar una dieta más nutritiva no sólo es bueno para las personas, sino también para el planeta. “Veríamos una caída en la cantidad de tierra requerida para alimentar a nuestra creciente población”, recalca Badahur.

El estudio apunta que cambiar la producción agrícola mundial para que coincida con las pautas nutricionales de la dieta saludable supondría dedicar 50 millones de hectáreas menos a tierra cultivable, ya que las frutas y las verduras necesitan menos tierra que el grano, el azúcar y la grasa.

Para lograr esa disminución, los consumidores tendrían que comer menos carne y el sector agroalimentario tendría que producir más proteínas vegetales. “Los principales actores de la industria de las proteínas están invirtiendo en opciones de proteínas alternativas, como las basadas en planta, y los consumidores están aprovechando el reciente aumento de las opciones de proteínas alternativas que llegan al mercado”, apostilla Fraser.

Este investigador añade que, de no producirse ningún cambio en el sistema agrícola mundial, la alimentación de 9.800 millones de personas en 2050 requerirá 12 millones de hectáreas más de tierra cultivable y al menos 1.000 millones de hectáreas más para tierra de pastos.

"Alimentar a la próxima generación es uno de los desafíos más apremiantes a los que se enfrenta el siglo XXI. Para una población en crecimiento, nuestros cálculos sugieren que la única forma de llevar una dieta nutricionalmente equilibrada, ahorrar tierras y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero es consumir y producir más frutas y verduras, así como una transición a dietas altas en proteínas de origen vegetal", concluye Fraser.