Compartir en redes sociales

Árboles

Medio ambiente

29 Mayo 2020

Según un estudio de un equipo internacional de más de 20 científicos

Los árboles crecen menos y mueren antes por el cambio climático

Servimedia / Madrid

Los cambios ambientales actuales transforman los bosques en todo el mundo porque los árboles son más pequeños y más jóvenes, lo que acarrea amplios impactos en los ecosistemas globales. Es la conclusión de un estudio dirigido por Nate McDowell, del Laboratorio Nacional del Noroeste del Pacífico (PNNL, por sus siglas en inglés), del Departamento de Energía de Estados Unidos, y publicado en la revista 'Science'. El trabajo incluye aportaciones de más de 20 científicos pertenecientes a más de una docena de instituciones.

Los investigadores aseguran que el aumento de las temperaturas y del dióxido de carbono (CO2) llevan alterando los bosques del mundo desde hace décadas. Esos cambios se deben al aumento del estrés y la fertilización con CO2, así como al incremento de la frecuencia y la gravedad de perturbaciones como incendios forestales, sequías, daños por el viento y otros 'enemigos' naturales. A ello se le añade la cosecha forestal, con lo que la Tierra ha sido testigo de un descenso en la edad y la estatura de los bosques.

El estudio determina que los bosques ya han sido alterados por los seres humanos y que probablemente continuarán siendo modificados en el futuro, lo que deriva en una reducción continua de las antiguas masas boscosas en todo el mundo.

"Es probable que esta tendencia continúe con el calentamiento climático", apunta McDowell, que añade: "Un planeta futuro con menos bosques grandes y viejos será muy diferente a lo que nos hemos acostumbrado. Los bosques más antiguos a menudo albergan una biodiversidad mucho mayor que los bosques jóvenes y almacenan más carbono que los bosques jóvenes".

Tom Pugh, del Instituto de Investigación Forestal de la Universidad de Birmingham (Reino Unido), apunta que "el cambio climático está acelerando la mortalidad de los árboles, empujando cada vez más a los bosques del mundo a ser más jóvenes y más cortos".

"Es probable que esto tenga grandes implicaciones para los servicios que brindan esos bosques, como la mitigación del cambio climático. El aumento de las tasas de mortalidad de los árboles impulsadas por el cambio climático y el uso del suelo, combinado con la incertidumbre en la combinación de especies que formarán la próxima generación, plantean grandes desafíos para los conservacionistas y los gestores forestales", añade.

TRES CONDICIONES

Los investigadores utilizaron imágenes satelitales sobre el cambio en el uso del suelo y acometieron una revisión bibliográfica de más de 160 estudios anteriores para concluir que el tamaño promedio mundial de los árboles disminuyó durante el siglo pasado y es probable que continúe reduciéndose por los continuos cambios ambientales.

Varios factores han llevado a la pérdida generalizada de árboles a través de la actividad humana y causas naturales, como la tala, los incendios forestales, los insectos y las enfermedades. La deforestación conduce a un desequilibrio en tres características importantes de un bosque diverso y próspero: reclutamiento, que es la adición de nuevas plántulas a una comunidad; crecimiento, esto es, el aumento neto de biomasa o carbono, y mortalidad.

"La mortalidad está aumentando en la mayoría de las áreas, mientras que el reclutamiento y el crecimiento son variables con el tiempo, lo que lleva a una disminución neta en la estatura de los bosques", indica McDowell, que precisa: "Desafortunadamente, los factores de mortalidad, como el aumento de la temperatura y las perturbaciones, como los incendios forestales y los brotes de insectos, están en aumento y se espera que continúen aumentando en frecuencia y severidad durante el próximo siglo. Por lo tanto, las reducciones en la edad y altura promedio del bosque ya están ocurriendo, y es probable que continúen sucediendo".

Las condiciones que impulsan la deforestación probablemente se acelerarán, lo que alterará drásticamente las condiciones de vida de plantas y animales, según McDowell, que agrega: "En los últimos 100 años hemos perdido muchos bosques viejos y han sido reemplazados en parte por superficies no boscosas y en parte por bosques jóvenes. Esto tiene consecuencias en la biodiversidad, la mitigación del clima y la silvicultura".

IMPACTO AMPLIO

El estudio también muestra que otros mecanismos de cambio en los bosques también están en marcha. Por ejemplo, los niveles de CO2 en la atmósfera han aumentado desde la Revolución Industrial y se proyecta que continúen aumentando durante el próximo siglo. Los niveles más altos de dióxido de carbono pueden aumentar la tasa de crecimiento de un árbol y la producción de semillas. Sin embargo, la fertilización con CO2 parece ocurrir sólo en bosques más jóvenes con abundantes nutrientes y agua. La mayoría de los bosques del mundo están expuestos a limitaciones de nutrientes y agua, lo que reduce drásticamente los beneficios del dióxido de carbono para los árboles.

Además, el aumento de las temperaturas limita la fotosíntesis que da vida, lo que conduce a un menor crecimiento, una mayor mortalidad y una menor regeneración. También se espera que las sequías se incrementen en frecuencia, duración y gravedad en todo el mundo, cuando es un factor que puede causar directamente la muerte del árbol o indirectamente conducir a su mortalidad a través de aumentos asociados en el ataque de insectos o patógenos.

Otros factores alteran la faz de los bosques del planeta, como los incendios forestales, que aumentan en muchos bosques en todo el mundo y los fuegos futuros pueden ser más frecuentes de lo que han sido en los últimos 10.000 años en algunas regiones, según el estudio. El crecimiento de las plantas después de los incendios forestales puede ser lento o ausente debido a las temperaturas elevadas.

Las perturbaciones bióticas (por insectos, hongos y enredaderas) han aumentado también. El almacenamiento de carbono perdido por los insectos cada año es el mismo que la cantidad de carbono emitida por cinco millones de vehículos, según un estudio publicado el año pasado.

Y las cosechas de madera por sí solas han tenido un gran impacto en el cambio de los bosques mundiales hacia edades más tempranas o tierras no forestales, al reducir la cantidad de bosques antiguos en todo el mundo. Cuando los bosques se restablecen en la tierra cosechada, los árboles son más pequeños y se reduce la biomasa.