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Investigadores trabajan en el cementerio de East Smithfield, ubicado en Londres y construido en 1348 | Foto: Museo de Arqueología de Londres

Salud

20 Oct 2020

Según un estudio con testamentos, registros parroquiales y leyes de mortalidad de Londres

Los brotes de peste en la Edad Moderna se aceleraron en 300 años

Servimedia / Madrid

La peste se propagó cuatro veces más rápido en el siglo XVII que en el XIV, lo que supone que se aceleraron en unos 300 años de la Edad Moderna, según un nuevo estudio dado a conocer este lunes. El estudio, publicado en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences', fue liderado por investigadores de la Universidad McMaster (Canadá), que analizaron miles de documentos en tres siglos sobre brotes de peste en Londres.

Los investigadores hallaron una sorprendente aceleración en la transmisión de la enfermedad entre la peste negra de 1348, que se calcula que acabó con más de un tercio de la población de Europa, y las epidemias posteriores, que culminaron con la gran peste de Londres de 1665.

La cantidad de personas contagiadas durante un brote en el siglo XIV se duplicó aproximadamente cada 43 días, mientras que esa proporción se redujo a cada 11 días en el siglo XVII.

"Es una diferencia asombrosa la rapidez con que crecieron las epidemias de peste", señala David Earn, profesor del Departamento de Matemáticas y Estadística de McMaster e investigador del Instituto Michael G. DeGroote para la Investigación de Enfermedades Infecciosas.

Earn y un equipo que incluye estadísticos, biólogos y genetistas evolutivos analizaron las tasas de mortalidad al examinar datos históricos, demográficos y epidemiológicos de tres fuentes: testamentos personales, registros parroquiales y leyes de mortalidad de Londres.

TESTAMENTOS

Los investigadores no se limitaron a contar los muertos, ya que no hay registros publicados de fallecimientos en Londres antes de 1538, sino que extrajeron información de testamentos para establecer cómo las plagas se expandían entre la población.

"En ese momento, las personas normalmente escribían testamentos porque estaban muriendo o temían morir inminentemente, por lo que planteamos la hipótesis de que las fechas de los testamentos serían un buen indicador de la propagación del miedo y de la muerte misma. Para el siglo XVII, cuando se registraron tanto la voluntad como la mortalidad, comparamos lo que podemos inferir de cada fuente y encontramos las mismas tasas de crecimiento", apunta Earn.

Este investigador indica que "nadie que viviera en Londres en el siglo XIV o XVII podría haber imaginado cómo estos registros podrían usarse cientos de años después para comprender la propagación de enfermedades".

Si bien estudios genéticos anteriores han identificado a 'Yersinia pestis' como el patógeno que causa la peste, se sabe poco sobre cómo se transmitió la enfermedad. "A partir de la evidencia genética, tenemos buenas razones para creer que las cepas de la bacteria responsable de la peste cambiaron muy poco durante este periodo de tiempo, por lo que éste es un resultado fascinante", recalca Hendrik Poinar, profesor del Departamento de Antropología de McMaster y también afiliado al Instituto Michael G. DeGroote para la Investigación de Enfermedades Infecciosas.

La velocidad de estas epidemias, junto con otra información sobre la biología de la peste, sugiere que durante estos siglos la bacteria de la peste no se propagó principalmente a través del contacto de persona a persona, lo que se conoce como transmisión neumónica. Las tasas de crecimiento de las epidemias tempranas y tardías son más consistentes con la peste bubónica, que se transmite por la picadura de pulgas infectadas.

Los investigadores creen que la densidad de población, las condiciones de vida y las temperaturas más frías podrían potencialmente explicar la aceleración, y que los patrones de transmisión de las epidemias de peste históricas ofrecen lecciones para comprender la Covid-19 -enfermedad causada por el último coronavirus- y otras pandemias modernas.

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