Compartir en redes sociales

Joven escuchando música

Salud

13 Feb 2019

La OMS y la UIT lanzarán un nuevo estándar de calidad para que los auriculares eviten estos daños

Más de la mitad de los jóvenes del mundo pueden perder audición por escuchar música demasiado alta

Servimedia / Madrid

La mitad de la población mundial con edades comprendidas entre los 12 y los 35 años, alrededor de 1.100 millones, están en riesgo de perder audición debido a su exposición a sonidos demasiado altos, en especial a la música que oyen a través de auriculares en sus móviles o PDA. Por este motivo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Unión Mundial de Telecomunicaciones (UIT) han desarrollado un nuevo estándar para el diseño de los auriculares.

Han contado con la participación de expertos médicos, de la industria y asociaciones de consumidores, y se presentará el próximo 3 de marzo, en coincidencia con el Día Mundial de la Audición.

Según la OMS, en torno al 5% de la población mundial (unos 466 millones de personas) tiene alguna discapacidad auditiva, lo que afecta a su calidad de vida. De ellos, 432 millones son adultos y 32 millones niños, y la gran mayoría viven en países de ingresos bajos o medios.

Además, las estimaciones indican que en 2050 habrá 950 millones de personas con alguna discapacidad debido a las pérdidas de audición, una de cada diez. Todo ello supondrá un impacto de 750 millones de dólares en las arcas de los Estados, advierte a OMS, aunque "el 50% de estos casos podrían evitarse con políticas públicas".

Este es el motivo por el que la OMS y la UIT han diseñado su nuevo estándar para los dispositivos de audición personal, cuya adopción recomiendan a todos los países y a la industria. Entre otros puntos, proponen incorporar un software que evalúe el volumen del sonido y el tiempo de exposición por parte de los usuarios en comparación con niveles de referencia básicos; la implantación de perfiles personalizados de escucha, que informen a los usuarios sobre la seguridad de sus prácticas de escucha en función de sus propios hábitos y características personales; opciones para reducir el volumen, incluida la rebaja automática (no gradual) y la posibilidad de control parental; e información general sobre buenas prácticas a la hora de escuchar música o películas en dispositivos electrónicos.