Se estima que en los países europeos existen 8,9 millones de expertos en tecnologías y ciencias de la información (TIC); de ellos, casi un millón y medio son mujeres. La mayor proporción de ingenieras en este campo se encuentra en Bulgaria (28%), seguido de Lituania (25%) y Rumanía (24%). Ningún país logra un equilibrio entre hombres y mujeres.

En el extremo opuesto se encuentran Hungría, con sólo un 9%; República Checa, con un 10%, y Grecia, con un 11%. Grandes potencias como Alemania, Francia o Finlandia sí superan la media europea y obtienen valores sensiblemente por encima del 17%.

España, por su parte, se queda ocho décimas por debajo de la media europea con sólo una mujer por cada cinco hombres. Además, en los últimos años se ha creado más empleo masculino que femenino en este sector. Si en 2015 las mujeres representaban el 17,1% del campo de las TIC -por encima de la media actual-, en los últimos tres años ha bajado al actual 16,2%.

Además, pese a que se trata de un ámbito laboral en pleno auge, las chicas no eligen formarse en telecomunicaciones, informática u otras disciplinas tecnológicas: en las aulas ellas apenas representan el 13%, mientras que la media europea se sitúa en el 17%.

Según datos de la Fundación Conocimiento y Desarrollo, las mujeres suponen menos del 15% de los estudiantes de Ingeniería Electrónica Industrial y Automática, Ingeniería Eléctrica, Ingeniería Mecánica, Ingeniería del Automóvil, Informática, Desarrollo de Videojuegos, Desarrollo de Software y Aplicaciones e Ingeniería de Computadores.

En el campo de la investigación en TIC, el panorama tampoco es halagüeño. Entre quienes se están doctorando hay 269 mujeres frente a 1.112 hombres, según datos de 2016.

En cuanto a los grados universitarios, ellos son 38.595 y ellas 5.314. Esto implica que sólo uno de cada 10 pupitres es ocupado por una mujer en las carreras universitarias relacionadas con las TIC, una representación todavía menor de la que tienen en el terreno laboral.