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Jóvenes

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8 Mayo 2019

Pese a que este tipo de contrataciones están ideadas para trabajadores que se estrenan en el mercado laboral

Dos de cada diez trabajadores en prácticas tienen más de 30 años

Servimedia / Madrid

El 17,9% de los contratos de formación o de prácticas firmados en el primer trimestre de 2019 en España fueron para personas de más de 30 años, según datos del Ministerio de Trabajo, pese a que este tipo de contrataciones están ideadas para trabajadores que se estrenan en el mercado laboral.

En España se firmaron 18.713 contratos de prácticas y 8.885 de formación entre enero y marzo de este año. De ellos, casi 5.000 correspondieron a personas que superaban la treintena, según se desprende de las cifras del Registro del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), consultado por Servimedia.

Los contratos de prácticas son una modalidad en la que al trabajador, al no haber tenido experiencia laboral, se le remunera con entre un 60 y un 75 por ciento del salario fijado por el convenio y tienen un carácter formativo. No se deben confundir con los convenios de prácticas, destinados a estudiantes universitarios o ya graduados en los que no existe relación laboral y que, incluso, pueden no ser remunerados. Estos son los conocidos como becarios.

De ellos no hay datos, aunque muchos también superan los 30 años. Es el caso de Aurora, una periodista que, habiendo cumplido la treintena, perdió su puesto de trabajo al cerrar su medio de comunicación. Pasó de tener un contrato indefinido a hacer un posgrado con el que, más tarde, se vería haciendo prácticas gratis en una empresa. Después de las prácticas vino un contrato de formación.

“Lo último que te apetece a esa edad es estar trabajando como un animal sin cobrar”, explica. Finalmente, volvió a tener un contrato indefinido, aunque “con condiciones muy malas”. Pese a tener experiencia previa como periodista -y con un cargo de responsabilidad-, el retorno a unas prácticas y el de formación “fue lo que salvó mi situación”.

“La explicación es que, muchas veces, la empresas se aprovechan. Hay entidades formativas que hacen formaciones ‘online’ y que ofrecen una titulación que habilita para hacer prácticas extracurriculares; eso es un foco de fraude”, declaró a Servimedia el profesor Pere Vidal, abogado y experto de Derecho Laboral en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

En el caso de estas prácticas no existe un contrato de por medio. Es un convenio entre la universidad y la empresa el que define si se paga al becario o no y, en caso afirmativo, establece cuánto y por qué cantidad de horas. A día de hoy, no existe ningún registro que contabilice cuántos convenios en prácticas hay vigentes y con qué condiciones, salvo el de las propias universidades.

En este sentido, existen multitud de ejemplos: desde empresas que no pagan absolutamente nada hasta las que incluyen salario y comida, pasando por las que se limitan a aportar una pequeña cantidad en concepto de ‘ayuda al transporte’. “Hay una completa incertidumbre y un vacío legal”, denunció el responsable socioeconómico del Consejo de la Juventud de España (CJE) Alejandro Delgado.

Clarice, con un máster en Ciencias Políticas y 25 años, ha tenido contratos como becaria en cuatro empresas diferentes. “Acabé la carrera hace tres años y medio y me tengo que seguir matriculando en cursos de posgrado para poder trabajar”, cuenta. Todas sus prácticas fueron remuneradas porque rechazó las que no lo eran, pero el salario nunca pasó de los 500 euros por jornada completa.

Por fortuna, su familia pudo costear sus posgrados, que le dieron pie para acceder a prácticas relacionadas con su formación. “Permitirse ser becario eternamente para dedicarte a lo tuyo es un lujo, un privilegio”, reconoce.

Andreu, otro joven graduado en Comunicación Audiovisual, llegó a estar de “precario becario” -como él lo define- un total de 17 meses en cuatro empresas diferentes. En una de ellas tan sólo duró dos días; el motivo, que le pidieron formar a parte de la plantilla en competencias audiovisuales siendo un becario.

ESPAÑA, A LA COLA DE LA UE

Según un informe de la Comisión Europea publicado en 2013, España es el país que peor remunera a sus becarios. Entre aquellos que perciben una remuneración, el 70% afirma que su salario no le permite pagar sus gastos más básicos, frente al 53% de la Unión Europea. Los becarios más privilegiados están en Irlanda o Finlandia, países donde más del 70% percibe una remuneración suficiente para afrontar el coste de la vida.

Sin embargo, para el profesor de Derecho Laboral de la UOC, las prácticas tienen mero carácter formativo y, a su juicio, se deben limitar eso. “Si una jornada se parece a una jornada laboral habitual de unas cuarenta horas semanales, nos podemos encontrar ante un indicio de falso becario”, ya que el estudiante no debe ocupar “un puesto estructural en la empresa” ni “imputar a su cuenta de resultados”.

A día de hoy, es posible hacer hasta 11 modalidades diferentes de contrato en prácticas, por lo que el reto, según precisa el Consejo de la Juventud, es que el Estatuto del Becario salga adelante y fije unos mínimos para que los jóvenes estén más protegidos en el mercado laboral y de las prácticas.