La cuantía, que equivale al 2,2% del PIB, es una de las principales conclusiones del nuevo estudio impulsado por ClosinGap, la plataforma integrada por una docena de grandes empresas que emplean a 900.000 trabajadores en todo el mundo para el análisis del coste de oportunidad económico y social de las brechas de género en todos los ámbitos.

Son fondos que “no podemos meter en los bolsillos y se están evaporando cada año”, en lugar de contribuir a fomentar el consumo o generar actividad y puestos de trabajo, afirmó hoy el director asociado de Afi, José Antonio Herce, durante su presentación.

El análisis, que esta ocasión lidera Mapfre, desvela que aun cuando las mujeres perciben el 51,6% de las prestaciones y los hombres el 48,4% restante, el gasto en pensiones para ellas es casi 24.500 millones inferior al destinado para ellos.

Traducido a ingresos mensuales eso implica que la pensión pública promedio de una mujer, incluyendo todas las contributivas, es de 740,2 euros frente a los 1.162,3 euros de la cuantía media recibida por los hombres. Una brecha de 422,2 euros, que se amplía a los 450,1 euros en el caso de las pensiones de jubilación.

Una situación que se traduce además en que el Erario ingresa 5.306 millones de euros menos de los que podría recibir sin dicha brecha de género: 2.422 millones por IRPF y 2.884 millones en aplicación del IVA, montantes que en ambos casos equivalente al 2,2% de lo recaudado con ambos tributos.

Según cálculos del estudio, con esa actividad económica perdida dejaron de crearse 414.600 puestos de trabajo, representativos al 2,1% total de los ocupados en España existentes en 2018, fecha utilizada para el análisis.

El presidente de Mapfre, Antonio Huertas, denunció que, si bien todas las brechas de género, “son inaceptables” en el caso de las pensiones resulta especialmente “lesiva para las mujeres porque su longevidad y sus necesidades de atención a la salud son aún mayores”.

La razón detrás del gap es la menor trayectoria laboral, junto a los salarios inferiores (los hombres cobran 1,3 veces más), aunque ésta última desigualdad reconocieron que se va resolviendo gracias a la incorporación “masiva” de las féminas al mundo laboral.

Según sus estimaciones y a título de ejemplo indicaron que la mujer que coge una excedencia de tres años para cuidar a un hijo y deciden interrumpir su vida laboral otros nueve verá reducida su pensión entre un 10 y 14,8% en función de que cuente con bajos o altos estudios ya que su cálculo dependerá de la vida laboral.

Por otro lado subrayaron que también predominan en este segmento de población el desempleo de larga duración, como lo prueba que durante la crisis el 11,3% de las mujeres entre 35 y 44 habría generado alguna laguna de cotización por desempleo, frente al 8,6% de los hombres.

Huertas admitió que, aún cuando la brecha se está “corrigiendo poco a poco de una manera natural”, gracias a la incorporación masiva de las mujeres al mundo laboral, “hay que crear mecanismos adicionales para generar igualdad” porque “es de justicia” y “necesitamos aprovechar esa oportunidad de tener mujeres cobrando cuantías similares” ya que eso revierte en la economía.

El consejero delegado de Mapfre Vida, Juan Fernández Palacios, reconoció que el Servicio de Estudios de la aseguradora coincide con el Gobierno en que dicho proceso podría conducir cerrar el gap en el año 2035, pero siempre que todo vaya como ahora: la economía creciendo al mismo ritmo y con la misma avalancha de mujeres incorporándose al mundo laboral.

Sin embargo, alertó de que hay otra brecha, de sostenibilidad del sistema, donde se precisan “tomar medias urgentes” y “abrir un espacio para la mayor responsabilidad individual por parte de los trabajadores” generando conciencia sobre el problema para que busque cómo hacer hucha para su retiro. “Me preocupan los jóvenes” porque si no hacemos nada, pronto van a tener que “sufrir la carga del déficit” vía más contribuciones o impuestos”, alertó.

A juicio del experto de Afi, para “empezar a resolver el problema”, hay que abordar seriamente “el enorme dolor de cabeza que es la conciliación” para que no haya esas enormes lagunas de cotización, “concienciar” a las mujeres de que la longevidad puede tener “consecuencias fastidiosas” si no tienen recursos como es la dependencia, que afecta mucho más a las féminas.

Por otro lado demandó transparencia para que se conozca la realidad de las pensiones públicas a futuro e “impulsar” un debate público serio. “Perdemos mucha pólvora disparando bajo sobre el envejecimiento y sus consecuencias”, afirmó al respecto.