De esta manera, a través de Aseica, los principales representantes de la Ciencia española se han unido para alertar de la “deficiente” financiación en I+D+i que viene padeciendo España y que, según su presidente, Xosé Bustelo, “hace que nuestro país haya retrocedido a niveles de hace quince años”.

Según Bustelo, la ciencia española “solo recibe tres de cada diez euros del dinero público presupuestado” y, en términos cuantitativos, estimó que el presupuesto español para I+D+i “está por debajo del 1% del producto interior bruto en términos reales, una cifra muy alejada de los países del entorno y de los objetivos que la Unión Europea ha fijado en su Estrategia de Lisboa para 2020“.

Un “problema” que, a su entender, se traduce en “graves recortes” en la financiación que, ya ahora mismo, afecta incluso a la línea de flotación de los grupos de investigación punteros de este país. Según el doctor Bustelo, “es ya literalmente imposible hacer ciencia competitiva en el país con los presupuestos que se están asignando actualmente a los proyectos de investigación”.

Bustelo criticó el “maquillaje” de los presupuestos públicos a través del “aumento progresivo” de los fondos destinados a créditos “a los que no pueden optar los científicos”. Una medida que, a su juicio, ha “inflado artificialmente” el dinero público que se propone destinar a investigación y que, “además, no se acostumbra a ejecutar por lo que se tiene que devolver en un alto porcentaje al Ministerio de Hacienda, año tras año”, precisó.

En el manifiesto, apoyado por la alianza de Centros de Excelencia (Somma) Severo Ochoa y Unidades María de Maeztu, además de cuatro sociedades científicas, 27 directores de centros de investigación e institutos sanitarios y 40 investigadores españoles de referencia, los firmantes también alertan de que la última convocatoria de proyectos del Plan Nacional de I+D+i correspondiente al año 2018 ha salido con más de siete meses de retraso.

Por esta razón, “muchos grupos de investigación, sobre todo los liderados por los científicos más jóvenes, están actualmente sin financiación desde el 1 de enero”, matizó, para, a continuación, aseverar que esta situación conlleva, a su vez, el despido temporal de investigadores “altamente cualificados debido a la falta de continuidad entre proyectos sucesivos”.

Según Bustelo, este contexto “hace imposible” llevar a cabo “cualquier investigación competitiva” dados los altos costes asociados a este tipo de trabajos y lamentó que “muchos grupos de investigación” se queden sin proyecto “pese a mostrar actividad científica a lo largo de los últimos años”.

Los firmantes instaron a implementar medidas a largo y corto plazo, comenzando por hacer un esfuerzo de financiación “considerable” para “recuperar el terreno perdido” y alcanzar los objetivos comprometidos de la Estrategia de Lisboa 2020.

Junto a ello, constataron la necesidad de consolidar la Agencia Estatal de Investigación con presupuestos “autónomos e independientes” de los presupuestos anuales del estado y la campaña electoral “es un buen momento para que todos los partidos políticos presenten y debatan sus planes en esta área”, agregó Bustelo.

A corto plazo, urgieron a poner en marcha medidas que palíen, al menos parcialmente, los problemas de financiación de los grupos de investigación tanto este año como, “previsiblemente, en el que viene”. “Se necesita una declaración de zona catastrófica que palíe los efectos de la tormenta perfecta presupuestaria que ha caído sobre el sistema científico español a lo largo de estos últimos años”, concluyó Aseica.