El estudio también revela que los ciudadanos están “preparados para consumir de manera más ética” pero se enfrentan con “barreras” como la falta de información, elevados precios o la falta de accesibilidad, según explicó la coordinadora del estudio y experta en Consumo Ético de OCU, Amaya Apesteguía, quien agregó que el 26% de los consumidores entrevistados, sobre todo mayores de 60 años y personas con menos formación. no tienen en cuenta dichas motivaciones “en absoluto”.

El informe, que analiza los resultados de una encuesta representativa a 1.284 personas, de una encuesta “exploratoria” a 340 personas para medir sus hábitos y de 26 entrevistas a expertos en consumo sostenible, sostiene, además, que el 62% de españoles ve el consumo como una herramienta “muy potente” para “cambiar el mundo”.

El 74% de encuestados en los tres grupos de discusión de consumidores comprometidos considera que la economía “debe servir a las personas y el planeta” y estima “muy importante” la educación recibida a la hora de comportarse de una “manera diferente”. A esto se unen las experiencias vividas, el contacto con la naturaleza o el visionado de documentales, que Apesteguía valoró como la “herramienta más poderosa para cambiar el comportamiento de la gente”.

SECTORES

El estudio aborda, asimismo, las tendencias de consumo en seis sectores y según el mismo, el 78% de los consumidores responsables españoles evita desperdiciar alimentos, casi el 50% se decanta por adquirir productos de comercio justo o ecológicos y más del 40% ha reducido el consumo de carne.

El 89% recicla y más del 80% ahorra agua y reutiliza los objetos que ya no le sirven y, a la hora de realizar turismo, el 67% realiza actividades en la naturaleza, el 64% rechaza consumir productos culturales por motivos éticos y el 33% evita prácticas como viajar en crucero.

El 79% de consultados se desplazan a pie y el 64% en transporte público en trayectos cortos y en el caso de trayectos de larga distancia el 45% opta por el tren. En cuanto a consumo de moda, el 89% dona ropa que ya no usa, el 84% evita el consumo innecesario y más del 40% confiesa consultar el origen de las prendas que viste.

Pero el compromiso se extiende también a la gestión de las finanzas, ya que el 57% de los consumidores “comprometidos” que participaron en el estudio dona dinero a una ONG y el 49% evita depositarlo en bancos “corruptos” y tienen en cuenta su “reputación”.

Para la experta, estos resultados demuestran que la sociedad española es “muy receptiva a otro tipo de consumo” que tiene que ver, sobre todo con un nuevo estilo de vida, por lo que, a su entender, es “responsabilidad” de la administración y de determinadas organizaciones “ayudar a bajar barreras inmensas” con las que se encuentran quienes se decantan por un consumo alternativo.

Entre ellas, se refirió a la falta de información, mencionada por el 60% de encuestados; el precio, referido por el 58% de encuestados o la accesibilidad, considerada una barrera por el 54% de entrevistados, así como la dificultad para encontrar empresas responsables (para el 52%).

Para María del Mar Bermejo, portavoz de OCU, a pesar de la existencia de dichos obstáculos, “cada vez somos más conscientes de la necesidad de consumir de manera responsable” ya que un consumo responsable “siempre es positivo a nivel de toda la sociedad”.

Por su parte, Diego Isabel, director del Foro NESI, se mostró “contento” por las conclusiones de este trabajo ya que atestigua que cada vez "más consumidores están intentando saber lo que compran y cómo compran”, apostilló.

Isabel subrayó que las “nuevas economías” abogan por “consumir menos y mejor, pasando del producto al servicio” para “servir al planeta”. Para lograrlo, apostó por impulsar la “capacidad crítica de la sociedad” y reclamó su acceso a una información “completa, veraz, real y no sesgada” y recordó su derecho a disponer de "mayores alternativas", instando, además, a implementar una política fiscal que incorpore incentivos a la sostenibilidad.

El informe ofrece 12 recomendaciones para los consumidores, nueve dirigidas a redes, movimientos y empresas que promueven la economía ética y responsable y once más para las administraciones.