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Héctor Melero

Inclusión

21 Sep 2020

Con 26 años

Héctor Melero será el primer fiscal ciego de España

Servimedia / Madrid

Héctor Melero, natural de Cullera (Valencia) y licenciado en Derecho por la Universidad de Valladolid, será el primer fiscal ciego de España, ya que a sus 26 años es el primer ciego que aprueba las oposiciones a las carreras judicial y fiscal. Se decantará por esta última y su deseo sería especializarse en violencia de género o en delitos relacionados con el tráfico de drogas.

"Estoy realmente muy contento", confesó a Servimedia. "Han sido cinco años de trabajo duro que han dado resultado". Melero empezó a preparar sus oposiciones en el último año de la carrera y, "como suele decirse, a la tercera ha ido la vencida".

"La primera vez que me presenté me quedé en el primer examen", recordó, pero ya en la segunda llegó casi a las puertas. En su opinión, "he ido creciendo y aprendiendo durante todo el proceso, como es lógico", y "a la tercera ha sido posible".

Sin embargo, sabe que esto apenas es el inicio de su carrera, que en su caso se orientará hacia el ministerio fiscal. "Ahora tendré que hacer un curso de formación, que normalmente era presencial en Madrid pero que a lo mejor nos toca hacer a distancia. Después hay prácticas en la fiscalía y, una vez superados estos pasos, será el momento de elegir destino".

Héctor Melero está dispuesto a lo que sea. "Que me manden donde quieran. Imagino que iré donde menos se solicite". Lo que sí le gustaría es especializarse en procesos "contra el tráfico de drogas o contra la violencia de género".

"El tema de las drogas me interesa porque perjudica mucho a la gente joven, de mi edad. Hay muchas vidas arruinadas por este motivo y creo que en España se debería hacer mucho más para perseguir estos delitos. En cuanto a la violencia de género, una sociedad democrática como la nuestra no puede permitirse esta lacra. Llevamos más de 1.000 mujeres asesinadas por este motivo desde 2003 y es algo sencillamente inconcebible", afirmó.

ADAPTACIONES

Ciego total de nacimiento, Héctor Melero pudo presentarse a las oposiciones después de que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) aprobara en mayo de 2014 un acuerdo en el que abría a las personas ciegas la posibilidad de ejercer como jueces, tras responder a una consulta planteada por Gabriel Pérez Castellanos, también ciego total, sobre si podría acceder a la carrera judicial en caso de que llegara a superar el proceso selectivo correspondiente.

El acuerdo establecía que, en caso de que alguna persona ciega superase las oposiciones, debería procederse a realizar las adaptaciones oportunas en su puesto de trabajo, algo para lo que el CGPJ dispone de los mecanismos necesarios, que "ya se aplican en otros supuestos de discapacidad por la Sección de Prevención de Riesgos Laborales".

El CGPJ basó su decisión en un informe del vocal Juan Manuel Fernández, presidente del Foro Justicia y Discapacidad, en el que se recordaba que el artículo 49 de la Constitución obliga a los poderes públicos a realizar políticas de integración de los discapacitados y a ampararles en el ejercicio de sus derechos y que el artículo 301.8 de la LOPJ dispone que en las convocatorias para el ingreso en la carrera judicial se reservará un cupo no inferior al 5% de las vacantes para ser cubiertas por personas con discapacidad en grado igual o superior al 33%.

En declaraciones a Servimedia, Fernández explicó que "lo fundamental" de su informe tenía que ver con la garantía del 'principio de inmediación', que implica que el juzgador debe conocer "directamente" todo el material del proceso (pruebas, testimonios, diligencias practicadas, documentos...).

Explicó que, en este sentido, existían dudas sobre, por ejemplo, la capacidad de un juez ciego para establecer la veracidad de un testigo sin ver "directamente" su gestualidad. Sin embargo, en su opinión las personas ciegas tienen otras habilidades "más que suficientes" para valorar la credibilidad de una declaración (vacilaciones al hablar, contradicciones, tonalidad de la voz...), que garantizan "de sobra este principio".

Además, "hoy en día disponemos de tecnologías y medios que permiten a un juez o a un fiscal ciego hacer su trabajo y recabar información sin necesidad de contacto visual. Hay muchas maneras de documentar las pruebas, programas para leer documentos y formas de efectuar diligencias".

Una vez aclarado este asunto, "el resto se limitaba a un tema de ajuste razonable" en el puesto de trabajo, un derecho reconocido por las leyes españolas y que en la administración de justicia ya se practica para otras discapacidades (adaptaciones materiales, horarios específicos, etc.).

MISMA EXIGENCIA

Fernández quiso recalcar que Héctor Melero ha superado "un proceso muy duro con el mismo nivel de exigencia que el resto de sus compañeros". "Aquí no se ha aceptado a nadie por un buenismo mal entendido", subrayó. "Este chico lleva cinco años dedicando diez horas diarias al estudio, sin casi vacaciones y descansando un día a la semana. Se le ha pedido lo mismo que al resto, y si ahora puede iniciar la carrera fiscal, es porque se lo ha ganado".

Por ello, el vocal del CGPJ consideró que el aprobado de Héctor Melero es "una muy buena noticia" y se mostró convencido de que "servirá para que más personas ciegas y con discapacidad se animen a entrar en la judicatura". "Ya hay alguna preparándose y si queremos que nuestro sistema judicial refleje la diversidad de la sociedad española es el camino a seguir".