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Una joven nepalí con compresas | Foto de Plan International

Salud

29 Mayo 2023

Las niñas de Uganda e Indonesia pierden 24 días de escuela al año por la menstruación

Una de cada cinco niñas y mujeres no tiene acceso a productos menstruales

Redacción / Madrid

Plan International recordó este domingo, Día Internacional de la Higiene Menstrual, que una de cada cinco niñas y mujeres en todo el mundo no tiene acceso a productos menstruales ni instalaciones sanitarias adecuadas y que en muchas comunidades está prohibido salir de casa, bañarse, cocinar o relacionarse con hombres cuando se tiene la regla.

La ONG recordó además que en muchos lugares, niñas y mujeres siguen enfrentándose a numerosas barreras simplemente por el hecho de menstruar. "La falta de acceso a productos e instalaciones sanitarias adecuadas, unido a los mitos y tabúes que rodean a la menstruación, tienen un impacto muy grave en la salud, educación y bienestar de miles de niñas y mujeres", concluyó.

Unos 300 millones de niñas y mujeres tienen la regla cada día. Sin embargo, este proceso natural sigue siendo un tema tabú en muchas comunidades: está prohibido visitar lugares de culto, comer ciertos alimentos o cocinar si se está menstruando. Tampoco está permitido bañarse, hacer tareas del hogar o interactuar con niños y hombres.

“Tuve mi primera menstruación a los diez años y no sabía qué era. Mis padres me mandaron a vivir a una cabaña a cinco minutos de mi casa. Me dieron trozos de un antiguo sari de mi madre para que lo usara, pero no tenía ni idea de cómo hacerlo, así que me quedé manchada de sangre", relató a Plan International Swastika, una joven nepalí de 18 años.

Según la investigación ‘A Bloody Serious Matter’ de Plan International, en Uganda e Indonesia la mitad de las adolescentes no van a la escuela cuando están menstruando, perdiendo hasta 24 días de escuela al año. Las razones de esto varían: hay niñas a las que no se les permite salir de casa, los colegios no tienen lugares limpios ni privados donde puedan cambiarse, y la mayoría no tienen productos sanitarios.

Muchas se ven obligadas a utilizar productos antihigiénicos como periódicos viejos, trapos, tierra, arena u hojas, algo que les puede provocar graves infecciones. En los países de bajos ingresos, los productos sanitarios se consideran “artículos de lujo". En El Salvador, un paquete de 10 compresas cuesta 3 dólares, lo mismo que un kilo de arroz.

Estos retos se multiplican durante las emergencias, ya que el acceso a productos sanitarios o instalaciones de aseo se vuelve aún más limitado. Según la experiencia de Plan International, en estas situaciones de conflicto o caos la salud menstrual está cayendo aún más en la lista de prioridades.

Por ejemplo, en Haití, el hambre generalizada y la escalada de la violencia de las bandas están teniendo efectos devastadores en las niñas, que a menudo se enfrentan a peligrosos desplazamientos para acceder a agua limpia para controlar sus periodos, además de la falta de ingresos familiares para comprar suministros de salud menstrual.

La menstruación no solo limita a niñas y mujeres de países de bajos recursos; en los Países Bajos, Bélgica y el Reino Unido, entre otros, hay bastantes niñas y mujeres que no pueden permitirse los productos menstruales que necesitan y, además, no experimentan un entorno seguro para hablar de su menstruación. "Un día tuve que irme del trabajo porque tenía la regla y no podía ni estar de pie. Sabía que eso significaba perder dinero, pero no podía hacer otra cosa”, contó a Plan International Sukey, una londinense de 19 años.

Plan International lleva años facilitando información a niñas, mujeres y comunidades; proveyendo de acceso a instalaciones sanitaras adaptadas en escuelas y comunidades; formando a niñas y mujeres para que fabriquen compresas en aquellos lugares donde no se pueden conseguir; y repartiendo kits menstruales en contextos de emergencia.

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