- «El azar es el lenguaje del deseo que busca manifestarse»
Bajo el título La identidad de las noches (Adeshoras), el poeta Julio Monteverde (Cartagena, 1973) ahonda en el vínculo entre vigilia y sueño, en cómo entre ambos territorios puede encontrarse un sendero que los comunique y los amplíe.
- Los campos magnéticos o la audacia del fuego
«Los sueños se dan la mano: ropas de mujeres azotadas, suspiros de pájaros muertos de hambre, grito de barcos de madera, profundidad de simas, submarinas. Un pez con la cabellera sucia se desliza entre los brazos de las plantas. Un molusco asustado lanza una mirada hacia toda el agua que le baña para descubrir en ella su sabor.
- «Lo más interesante para mí es encontrar lo sublime en el día, es decir, la noche que habita también dentro de la luz»
Las hojas rojas es un pasadizo a algunas angustias sutiles, a un sentimiento nítido de pertenencia a un tú al que se engarza con una voluntad última, casi con un designio. De nuevo lo onírico, el tiempo, la perplejidad constante. De nuevo cierta inocencia de la que el poeta no es consciente.
- Una completa antología de escritos de Hoyos y Vinent rescata una figura “maldita” de la literatura española
Una completa antología de escritos -más de 400 páginas- publicada por el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi) y Ediciones Cinca, rescata la obra y la figura de Antonio de Hoyos y Vinent (1884-1940), uno de los malditos oficiales de la literatura española de la primera mitad del siglo X
- “Para Crevel la homosexualidad era, además de una opción vital, un desafío a la sociedad que le tocó vivir”
La muerte difícil (El Paseo). Con este título, tan extraño como un pájaro que agoniza, René Crevel (París, 1900-1935) construye una lisérgica historia de naufragios anónimos, ciegos atentos y enamorados en sedición de sí mismos. Leyéndola se mastica ese mismo don de la ebriedad que mencionó Claudio Rodríguez.
- De noche las máquinas están vacías
“En el estado actual de la sensibilidad humana, el deseo ha perdido buena parte de su poder para cambiar la vida. Nuestras necesidades e inclinaciones se ven invadidas hasta en los más mínimos detalles por el capitalismo y su obsesión por comprar y venderlo todo.
- “Hoy el juego es de los niños porque solo ellos están eximidos de la obligación de trabajar”
El juego como sombrero necesario para cualquier día. El juego como posición vital a la que entregarse como quien encuentra un hermoso aeroplano que le permite habitar otras latitudes, más auténticas, no como simple hueco en el vacío, sino generadoras de. El juego como cosmogonía de océanos.