- «La poesía navega entre lo cursi y lo extremadamente doloroso»
De una delicadeza exquisita, sustentada por la gama cromática del afecto (desde su plenitud, o algo que se le parece mucho, hasta la ausencia lacerante del mismo), los versos de Luis Cremades (Alicante, 1962) despliegan la música en el aletear de la lectura y va dejando marcas, y jirones, y tajos (con factura de luz).
- «Lo que más me atrae del poema es su disidencia en su relación con el lenguaje y con el mundo, empezando por la lentitud»
Ni el número ni el orden (Dilema) es un poemario que saca a bailar al lenguaje, permite que sea él quien (lo que) se exprese, que el brote que surja por entre los versos sea la propia expresión, contorsionada, extraña, lúcida, desconcertante.
- «La bestia que fuimos es el instinto que poseemos»
Pájaros (El sastre de Apollinaire) es un poemario en el que el rastro del trino emparenta con la memoria, con un cielo encapotado que apunta nostalgia. Más exactamente: tristeza.
- «Vamos hacia el misterio pero no podemos evitar el dolor»
mortal (Lastura), en minúscula, como el tránsito al que se dirige el título, es el último poemario de Jorge García Torrego (Madrid, 1986), en el que explora el destino hacia el que camina el hombre, su muerte, a través del regalo de la vida.
- «Al poeta solo puede quebrarle la muerte»
En mi cuaderno de viaje (Vitruvio), Carmen Maga realiza un inventario anímico de aquellos pasajes, paisajes y culturas que quedaron impregnadas en su memoria, como semillas de belleza intensa. Belleza que, en ocasiones, queda del lado más apolíneo y, en otras, se acerca a lo convulso de ciertas aposturas.
- «Lo más personal, lo más original e íntimo, se articula en torno a algo irrevocablemente colectivo, el lenguaje»
Poesía que emana de las manchas de café fijadas en un filtro. Como si de un test de Rorschach lírico se tratase. De mirar y permitir que brote el diálogo entre quien mira y lo mirado. El encuentro poético. El diálogo de sentido de dos lenguajes que se traducen, se mudan, se corrigen, se ensanchan.
- «Un poema es una cápsula fuera del tiempo, un universo de pura verbalidad, abierto a todas las posibilidades de significación»
Entre la metaliteratura, el alcázar de la lingüística embarazada de dones y una teatralidad que discurre por los meandros de la ironía como de la gravedad incorporada de los asuntos que nos traspasan en lo común, Ángel Cerviño (Sarria, 1956) construye un poemario, Poco Lázaro, cercano a la melancolía de El Escorial, con esas mismas piedras hechas prosa de porosidad lírica, en el que ej
- «La poética de Di Giorgio está recorrida por una corriente telúrica muy palpable y muy vinculada a lo ancestral»
Adentrarse en el mundo de la poeta Marosa Di Giorgio podría acercarse a una experiencia lisérgica que imprimiese en la memoria del corazón un arrebato místico, un rapto divino permanente. De la belleza de su escritura, decir que es una belleza poblada de muecas, colmos y demasías, más tendente al exceso que al sosiego de la proporción.
- «Las heridas son como insignias de una guerra ganada»
¿Dónde se regresa? ¿De qué modo se retorna después de que el viaje haya hecho de uno otro uno que permanece fiel al que partió y que, sin embargo, es distinto?
- «La vida como proceso no sabe diferenciar cuándo un estado nace del dolor o cuándo nace de la alegría, lo hace el alma»
Pinceles y rimas, para rosas y espinas (Poesía eres tú) es un poemario con ecos de enseñanza de los maestros, una presencia de paisajes y afectos, una mirada no melancólica de lo vivido. Una acción de gracias que conjuga versos y dibujos en un diálogo fecundo. Su autor, Antonio del Barrio, nos explica con detalle algunas de estas cuestiones.