Asimismo, ha destacado como positiva “la consolidación de una menor brecha salarial de género en el colectivo de personas con discapacidad con respecto a las personas sin discapacidad. También la importante reducción de la brecha salarial en los puestos de operarios y trabajadores no cualificados, e igualmente en posiciones medias de empleados, artesanos y trabajadores cualificados”. No obstante, ha reconocido que “en todos los grupos de ocupación el salario bruto es inferior en las personas con discapacidad con respecto a las personas sin discapacidad.

En su opinión, “los bajos salarios que pueden ser un desincentivo para la activación laboral en general (recordemos que la tasa de actividad en las personas con discapacidad es de sólo el 34%), lo son aún más para las personas con discapacidad, sobre todo para aquellas con necesidades complejas de apoyo o de accesibilidad, a las que aceptar un puesto de trabajo les supone de entrada un gasto mayor que a una persona sin discapacidad, además del coste de la vida añadido que supone la discapacidad en general, realidad que ya ha sido investigada y corroborada por diversas investigaciones”. 

Para la directora de Formación y Empleo, Operaciones y Transformación de Fundación ONCE, “esto nos lleva a plantear la necesidad de profundizar en el marco de compatibilidades de ingresos derivados de la actividad laboral y las prestaciones sociales que pueda recibir la persona con discapacidad, con el fin de contrarrestar el desincentivo económico al trabajo”.
Resultados principales ‘El salario de las personas con discapacidad’.

Según la información publicada hoy por el INE, el salario medio anual bruto de los trabajadores por cuenta ajena con discapacidad fue de 20.574,1 euros en 2019, un 3,1% más que en el año anterior. Esta cifra fue un 16,1% menor que la de las personas sin discapacidad (24.512,2 euros).

Los hombres con discapacidad tuvieron un salario un 19,3% inferior al de los hombres sin discapacidad. En el caso de las mujeres, fue un 13,3% menor.

Las diferencias salariales entre mujeres y hombres con discapacidad resultaron inferiores (el salario fue un 13,7% inferior para las mujeres) que en el caso de la población sin discapacidad (un 19,7%).
Los jóvenes siguen viviendo la situación más crítica, con uno de los salarios brutos anuales más bajos que apenas alcanza los 13.657 euros anuales, aunque han mejorado respecto a la medición anterior, con un crecimiento del 9,5% muy por encima del crecimiento anual del salario de las personas con discapacidad.

No todas las discapacidades cuentan con las mismas condiciones salariales, las discapacidades Intelectuales cuentan con un salario de 13.136 euros, más de 7.400 euros menos que la media del colectivo.

En puestos de ocupación medios (empleados, artesanos y trabajadores cualificados) los salarios de personas con y sin discapacidad se acercaron (ratio del 98,3%). En puestos altos (directores; gerentes; técnicos y profesionales científicos, técnicos intelectuales y de apoyo) los trabajadores con discapacidad recibieron un salario un 10,1% inferior al resto de los trabajadores. En los puestos de ocupación bajos (operadores y trabajadores no cualificados) el salario fue un 16,9% menor.

Atendiendo al tipo de discapacidad, los salarios más reducidos correspondieron a los trabajadores con discapacidad intelectual y mental. Por su parte, los trabajadores con discapacidad sensorial y física percibieron los más elevados.