Compartir en redes sociales

Garrido

Entrevista

13 Oct 2021

Rosa Garrido, novelista

«El azar tiene la mayor parte de las cartas en esta partida»

Esther Peñas / Madrid

La habitación de Minerva (Maluma) habla sobre pesadillas y miedos, sobre lo que no vemos pero está ahí, sobre los límites de la razón y la necesidad de mantener en ocasiones la cabeza fría, todo ello con un ritmo de intriga medido y envolvente. Con su autora, Rosa Garrido, hablamos sobre esta novela que dejará más de un escalofrío en su lectura.

¿Cómo surge la idea del libro y después el impulso de publicarlo?

La idea nació a partir de una experiencia real. A mis hijos los cuidaba Gracia, una brasileña encantadora y adorable con un sentido muy profundo de la espiritualidad. Una tarde, al volver de trabajar, me la encontré mirando a los mellizos fijamente desde una esquina del salón. Los niños, que por aquel entonces tendrían un año y medio, estaban sentados observando un rincón totalmente extasiados y sin mover ni un pelo. Cuando me acerqué a Gracia con cara de curiosidad, me dijo muy seria: «Rosa, ¿sabe que están viendo as crianças?». Yo me encogí de hombros y ella me contestó: «A los espíritus, los niños pueden ver a los espíritus». A pesar de que no creo en ese tipo de cosas, admito que sentí un pequeño escalofrío. La cosa quedó ahí y ni ella ni yo volvimos a mencionar el asunto, pero la historia arraigó en mi mente de alguna manera y, tiempo después, me decidí a escribir una escena basada en la teoría de la niñera Gracia, sin ninguna intención más allá del puro placer de ponerla en palabras. Se la enseñé a mi marido y le gustó, lo cual me animó a prolongar la escena, estructurar la trama completa y continuar con la escritura.

Lo de publicarla fue un «pues ya que está terminada, ¿por qué no lo intento?». Las personas de mi entorno que la leyeron acabaron encantadas y, total, el no ya lo tenía. Así que me lancé y encontré la acogida que no esperaba en una editorial tradicional, Maluma. Me llamaron un 24 de diciembre para decirme que el manuscrito les había entusiasmado y querían publicarlo. He de decir que pasé una Noche Buena más feliz de lo habitual.

¿De qué depende que uno atraiga la luz o la sombra? ¿Cuánto de azar hay en ello, no solo en el caso de Minerva, sino en cualquier adulto?

Creo que nacemos siendo fundamentalmente luz; conforme crecemos, absorbemos luz u oscuridad dependiendo de nuestras circunstancias, de nuestro entorno, de nuestras vivencias y también de nuestro carácter, con lo cual, el azar tiene la mayor parte de las cartas en esta partida. Pero cuando llegamos a la edad adulta, podemos elegir por cuál nos decantamos —aunque nadie es totalmente bueno o totalmente malo—, nos costará más o menos, dependiendo de lo que nos hayamos impregnado de cada una hasta entonces. Si optamos por la luz, pienso que atraeremos a la luz y si nos decantamos por la sombra, esta vendrá a nosotros.

Supongo que el nombre, Minerva, diosa de la sabiduría, no es casual…

Pues lo es. Es un nombre que siempre me ha gustado y que me transmite mucha ternura, por su sonoridad, no por lo que representa. Simplemente pensé un nombre para una bebé y me vino Minerva a la cabeza. Afortunadamente, la elección me sirvió para desarrollar a posteriori el perfil de otros personajes, como el de su padre, que es un enamorado de la mitología —de ahí el nombre de la niña—, o el de su madre, que sí comparte ciertos rasgos con la diosa romana. Como he comentado antes, la novela se construyó a partir de una primera escena y, sin quererlo, las musas marcaron lo que vendría después.

¿Qué relación guarda el mundo de la vigilia con el sueño/pesadilla?

Están tremendamente vinculados. Cuando dormimos revisamos lo que hemos vivido, lo que queremos vivir, lo que nos atrae o nos da miedo o lo que nos produce ambas cosas, y lo hacemos de una manera inconsciente y libre, sin que nadie nos juzgue o vigile, salvo nosotros mismos. La vigilia sustituye el tiempo destinado a esa revisión, la noche, y creo que ambos estados se entremezclan cuando pasamos del uno al otro. Bueno, esta es «mi versión de los hechos», pero existen trastornos del sueño tipificados como tales, véase la parálisis del sueño, que apoyarían de alguna manera mi visión sobre el tema. Precisamente, en La habitación de Minerva, la protagonista se vale de esta afección para justificar algunos de los sucesos extraños que acontecen en la novela.

¿Por qué nos cuesta tanto aceptar el misterio –como en el caso de la mamá de Minerva-?

Supongo que, con los increíbles avances de la ciencia y la tecnología y el acceso tan fácil que tenemos a la información, nos hemos vuelto más positivistas y hemos dejado de lado todo lo no tangible y medible. También la vida que llevamos, llena de prisas y ocupaciones que nos dejan poco espacio para mirar más allá de lo cotidiano. No obstante, tengo la impresión de que, en la actualidad, hay cierta tendencia a volver a revisar lo que no podemos entender y aceptarlo o, al menos, darle una oportunidad.

¿Qué nos enseñan nuestros miedos?

El miedo es bueno, sin él los seres vivos no sobrevivirían ni evolucionarían, el problema, en mi opinión, es que los humanos somos demasiados listos y hemos perdido de vista la verdadera función del miedo que es mantenernos vivos, lo hemos sobredimensionado hasta convertirlo en algo que nos bloquea en lugar de ayudarnos a seguir adelante, precisamente, aprendiendo de él o, al menos, a gestionarlo. 

¿Cuál es el miedo de Rosa Garrido?

Puf… el dolor, la soledad, decepcionar a los demás. «Paso palabra».

¿Cuáles son tus autores de culto, de referencia?

Soy muy pesada con Stephen King, siempre lo nombro, pero sin duda es uno de mis referentes y lo leo prácticamente a lo loco, entregada, porque me hipnotiza su narrativa. Continuando con el terror, he de nombrar a Dean R. Koontz, a Manel Loureiro o al Carlos Sisí de Los caminantes. También me gusta Camilla Läckberg y César Pérez Gellida, ya en el género de la novela negra y, dentro de los clásicos, me quedo con la dulce crudeza de Galdós en su Misericordia o la de Delibes en Los santos inocentes.

¿Estás trabajando en una nueva novela?

Sí, estoy terminando mi segunda novela. Ando enfrascada en el último capítulo (espero que, para cuando se haya publicado esta entrevista, la haya finiquitado, estoy deseando, aunque después queda lo más duro: repasarla y enviarla a las editoriales). ¿Y qué prometo? Más terror y más historias que giran en torno a la culpa, la luz y la oscuridad. Los protagonistas son una familia formada por dos hermanos que viajan con sus respectivas esposas y el nieto de una de las parejas por unas tierras solitarias y desiertas (que bien podrían pertenecer a cualquier paisaje castellanoleonés). Perdidos, buscan ayuda en una venta regentada por un personaje sucio y malcarado, que los arrastra hasta el corazón de un lugar del que, quizás, nunca puedan salir. Hay muchísimo más: suspense, amor, costumbrismo…

Y luego está la segunda parte de La habitación de Minerva, por la que mucha gente me pregunta. Solo puedo decir que «está en construcción» y que apunta maneras.