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Calentamiento

Medio ambiente

26 Oct 2021

Naciones Unidas urge a reducir las emisiones un 55% hasta 2030 para frenar la crisis climática

El mundo se calentará 2,7 grados con los actuales planes climáticos de los países, según la ONU

Redacción / Madrid

Los compromisos climáticos nuevos y actualizados de los países están lejos de lo necesario para cumplir el objetivo del Acuerdo de París de que el planeta no se caliente más de 1,5 grados respecto a los niveles preindustriales porque dejan al mundo en camino de un aumento de temperatura global de al menos 2,7 grados a finales de este siglo. Así se recoge en la duodécima edición anual del ‘Informe sobre la brecha de emisiones’ del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), hecho público este martes antes de que el domingo comience la Cumbre del Clima -conocida como COP26- en Glasgow (Reino Unido). El documento trata sobre la disparidad entre los niveles de emisiones previstos en 2030 y los requeridos para cumplir con los objetivos de calentamiento de 2ºC o 1,5ºC, que figuran en el Acuerdo de París.

El informe señala que los planes climáticos nacionales -tanto actualizados como comprometidos para 2030- sólo evitarían un 7,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero previstas en 2030 en comparación con la anterior remesa de compromisos. Las emisiones deberían reducirse un 30% para que el planeta no se caliente más de 2ºC respeto a la era preindustrial y un 55% para alcanzar el calentamiento de 1,5ºC.

“UN PROBLEMA AHORA”

El informe destaca que las promesas de alcanzar la neutralidad climática -es decir, que las emisiones expulsadas a la atmósfera sean compensadas con las absorbidas por sumideros como bosques y océanos- podrían limitar el calentamiento global a 2,2ºC a finales de siglo si se cumplieran por completo, lo que da esperanzas de que esos esfuerzos ayuden a prevenir los impactos más catastróficos de la crisis climática. Sin embargo, esas promesas son imprecisas e inconsistentes con la mayoría de los planes climáticos nacionales para 2030.

"El cambio climático ya no es un problema del futuro. Es un problema ahora", sentenció Inger Andersen, directora ejecutiva del Pnuma, quien añadió: "Para tener la oportunidad de limitar el calentamiento global a 1,5ºC contamos con ocho años para reducir casi a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero: ocho años para hacer los planes, implementar las políticas y, finalmente, dar resultados tangibles. El reloj avanza rápidamente".

Hasta el pasado 30 de septiembre, un total de 120 países -que aglutinan poco más de la mitad de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero- habían comunicado nuevos planes climáticos nacionales o los había actualizado. Además, tres miembros del G20 han anunciado nuevas promesas de mitigación climática para 2030.

Para tener alguna posibilidad de limitar el calentamiento global a 1,5°C en los próximos ocho años, el mundo debe evitar otras 28 gigatoneladas de CO2 equivalente (GtCO2e) de emisiones anuales más de lo incluido en los planes climáticos actualizados y otros compromisos para 2030.

En perspectiva, se espera que las emisiones de CO2 alcancen por sí solas 33 gigatoneladas en 2021. Cuando se consideran todos los demás gases de efecto invernadero, las emisiones anuales son cercanas a 60 GtCO2e. Por lo tanto, para alcanzar el objetivo de 1,5°C se deben reducir casi a la mitad las emisiones totales. Para el objetivo de 2°C, la necesidad adicional es menor: una caída en las emisiones anuales de 13 GtCO2e para 2030.

NEUTRALIDAD DE EMISIONES

Según los autores del informe, las promesas de neutralidad de emisiones y su ejecución efectiva podrían marcar una gran diferencia, pero los planes actuales son imprecisos y no se reflejan en las promesas de los países.

Un total de 49 países y la UE han prometido un objetivo de cero emisiones netas. Esto cubre más de la mitad de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, más de la mitad del PIB y un tercio de la población mundial. Once de ellos, que abarcan un 12% de las emisiones globales, lo han consagrado por ley.

Si se cumplen por completo estas promesas, el calentamiento del planeta se podría reducir unos 0,5°C adicionales, lo que disminuiría el incremento previsto a 2,2°C a finales de siglo. Sin embargo, muchas naciones postergan la aplicación de sus programas hasta después de 2030, lo que plantea dudas sobre si se serán capaces de cumplir sus objetivos.

Doce miembros del G20 han prometido un objetivo de cero emisiones netas, pero siguen siendo muy ambiguos. Los programas deben incluir acciones anticipadas para poder sintonizarse con los objetivos de 2030, según el Pnuma.

"El mundo tiene que despertar ante el peligro inminente que enfrentamos como especie. Las naciones deben poner en marcha las políticas para cumplir con sus nuevos compromisos y comenzar a implementarlas en cuestión de meses. Necesitan hacer que sus promesas de neutralidad de emisiones sean más concretas”, dijo Andersen, que agregó: “También es esencial brindar apoyo financiero y tecnológico a las naciones en desarrollo para que puedan adaptarse a los impactos del cambio climático y establecer así un camino de crecimiento bajo en emisiones”.

COVID-19: OPORTUNIDAD PERDIDA

Por otro lado, el informe concluye que la mayoría de los países han dejado escapar la oportunidad de utilizar el rescate fiscal y el gasto de recuperación de la pandemia de la Covid-19 para estimular la economía mientras respaldan la acción climática.

La pandemia provocó el año pasado una caída de un 5,4% en las emisiones mundiales de CO2, pero se espera que tanto éstas como las de otros gases de efecto invernadero vuelvan a aumentar en 2021 a un nivel ligeramente inferior al récor de 2019.

Es probable que sólo un 20% de las inversiones totales en recuperación hasta mayo de 2021 tengan un impacto en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.

El gasto de recuperación de la Covid-19 ha sido mucho menor en las economías pobres que en las ricas (60 frente a 11.800 dólares por persona, respectivamente). Es probable que estas disparidades en la financiación exacerben las brechas en la resiliencia climática y las medidas para frenar el cambio climático en las naciones vulnerables, según el Pnuma.