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Medio ambiente

2 Dic 2021

La contaminación ambiental es un hecho en la región antártica

Científicos españoles hallan por primera vez microplásticos en la atmósfera de la Antártida

Redacción / Madrid

Investigadores de las Universidades de Zaragoza, Complutense de Madrid y País Vasco han detectado por primera vez fibras microplásticas de poliestireno en la atmósfera de la Antártida, así como otros aerosoles antropogénicos como el carbono negro, biológicos como bacterias y minerales, entre ellos nitrato de amonio, singenita y fertilizantes de nitrógeno, fosforo y potasio.

Los resultados del trabajo, publicado en la revista científica ‘Spectrochimica Acta Part A: Molecular and Biomolecular Spectroscopy’, reflejan que algunos contaminantes logran penetrar la atmosfera antártica procedentes de zonas próximas o del creciente número de cruceros turísticos y del intenso tráfico marítimo en el cabo de Hornos.

“Estos contaminantes se han atrapado en los filtros de aire de un captador ubicado en Isla Decepción, uno de los enclaves más limpios y puros de nuestro planeta. Esto da muestras de la gravedad y el alcance de la contaminación ambiental a la que estamos asistiendo”, apunta Jesús Anzano, coordinador del grupo de investigación Química y Medio Ambiente de la Universidad de Zaragoza.

Anzano añade que, “si bien es cierto que ya se había detectado la presencia de microplásticos en heces de pingüino, es la primera vez que se observa la presencia de estos contaminantes en los filtros de aire debido, entre otras cuestiones, al escaso reciclaje del plástico utilizado, que se disgrega en micropartículas que contaminan las aguas y al aire, y por ende, la alimentación de la fauna antártica”.

“Hasta donde sabemos, éstas son las primeras mediciones de aerosoles de partículas microplásticas en la atmósfera antártica. Además, se estudió el origen potencial de estos aerosoles, revelando cuatro fuentes antropogénicas locales diferentes para las partículas de carbono, junto a un probable transporte de largo alcance en la atmósfera para las partículas microplásticas y bacterianas”, explica Jorge Cáceres, investigador del Departamento de Química Analítica de la Universidad Complutense de Madrid.

GRAVES PROBLEMAS AMBIENTALES

Para realizar el estudio, el equipo tomó muestras atmosféricas también de agua, nieve y suelo, que se estudiaron aplicando una metodología analítica basada en espectroscopía Raman y SEM-EDS.

“La contaminación atmosférica causada por la presencia de estas partículas antropogénicas, como los microplásticos, el carbón y los fertilizantes, puede causar graves problemas ambientales para los ecosistemas y el clima antárticos”, señala Cáceres, que pone como ejemplo que los fertilizantes, junto al aumento de las temperaturas, permitirá que las especies exóticas invadan con mayor éxito los ecosistemas antárticos, afectando a la flora y fauna autóctonas.

Esta investigación es una muestra más de que la contaminación ambiental es un hecho en la región antártica. “Por eso, la caracterización exitosa y el seguimiento regular de las partículas individuales es crucial para una mejor comprensión de sus potenciales impactos ambientales en la región antártica”, recalca Cáceres.

La Isla Decepción, al noroeste de la península Antártica, alberga desde 1989 la base antártica española (BAE) Gabriel de Castilla, donde cada verano austral, de diciembre a marzo, se desplazan decenas de científicos para desarrollar sus proyectos de investigación. Además, el Gobierno de España dispone de la BAE Juan Carlos I en Isla Livingston.