Para ello, ambas entidades han firmado un convenio para el desarrollo de un proyecto piloto durante los próximos 18 meses (12 meses de intervención y 6 meses de evaluación), y beneficiará, en total, a unas 1.200 personas entre personas con discapacidad intelectual y sus familias. El convenio, firmado en el marco del Día Internacional de las Personas con Discapacidad que se celebra el 3 de diciembre, estará dotado con 2,5 millones de euros procedentes del Plan de Recuperación.

Las actuaciones previstas tendrán un destacado alcance territorial puesto que se desarrollarán en 12 comunidades autónomas (Andalucía, Aragón, Asturias, Canarias, Castilla y León, Cataluña, Extremadura, Galicia, Madrid, Murcia, La Rioja y Comunidad Valenciana) y la ciudad autónoma de Ceuta. Implicará a 45 asociaciones de Plena inclusión, con gran experiencia de implementación de planes de empleo.

Sobre el acuerdo, el director de Plena Inclusión, Enrique Galván, explicó que “hay un grupo importante de ciudadanos que no tienen las mismas oportunidades para incorporarse al mercado laboral”, por lo que subrayó que el proyecto piloto de empleo personalizado se basará en las competencias y vocación de sus beneficiarios, y en la forma de relacionarlas con las oportunidades laborales que puedan recibir en su entorno.

“Esto combinará el ingreso mínimo vital con otras medidas de apoyo de los proyectos de reconstrucción e innovación que tiene que llegar a las personas con mayores dificultades, que son la exclusión dentro de la exclusión”, añadió Galván, quien también agradeció el impulso y determinación al ministro “para poder hacer un proyecto tan importante”.

Por su parte, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, afirmó que “el agradecimiento es mutuo”, se mostró encantado de trabajar con Plena inclusión y explicó que “el Ingreso Mínimo Vital no es una prestación para las personas vulnerables, sino un conjunto de políticas entorno a esta prestación cuyo objetivo es que aquellas personas vulnerables en una situación de pobreza puedan transitar a una situación mejor”, y puso el foco en la relevancia que tiene esta vulnerabilidad en conjunto con la discapacidad.

“Por tanto, con este convenio cubrimos doblemente el objetivo de inclusión que está en el nombre del ministerio, y se van a formar personas que acompañarán a estas personas con discapacidad intelectual en sus proceso de inclusión”, concluyó el ministro.

El objetivo de la experiencia, según explicaron, es promover nuevas oportunidades de empleo para personas con discapacidad intelectual y del desarrollo a través de la metodología de empleo personalizado.

El proyecto tendrá cuatro fases. En la primera de ellas, denominada de descubrimiento, se identifican los talentos de la persona. A través de la segunda, de planificación, se elaborarán listas de empresas en las que la persona podría seguir explorando para identificar talentos y se contactará con ellas. La tercera fase es la de negociación por la que, una vez identificada la empresa, se hará una oferta negociada. La última fase se producirá tras lograrse el empleo (prácticas laborales), y consistirá en un plan de apoyos para facilitar la incorporación y el mantenimiento del puesto de trabajo.

Para el desarrollo del proyecto, Plena inclusión España pondrá a disposición de los profesionales de las entidades que integrarán a las personas con discapacidad una plataforma de formación online y un curso sobre empleo personalizado.

En este contexto, el proyecto espera formar a cien profesionales de diversas empresas y entidades, que contribuirán a la puesta en práctica de la metodología de empleo personalizado.