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Ave rapaz

Biodiversidad

16 Mar 2022

Las águilas, las más afectadas

Europa ha perdido 55.000 aves rapaces al envenenarse con plomo de cazadores

Redacción / Madrid

Los cielos europeos han perdido alrededor de 55.000 aves rapaces adultas por envenenamiento de munición de plomo empleada por cazadores. Ésta es la conclusión principal de un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Cambridge y la Real Sociedad para la Conservación de las Aves (Reino Unido), y del Instituto Leibniz para la Investigación de Zoológicos y Vida Silvestre (Alemania), y publicado en la revista ‘Science of the Total Environment’.

Se trata del primer estudio que calcula el impacto del envenenamiento por municiones de plomo disparadas por cazadores y que quedan en el medio ambiente. Cuando rapaces como águilas y milanos reales hurgan en cadáveres o comen animales heridos con fragmentos de plomo tóxico incrustados en sus cuerpos, pueden envenenarse y sufrir muertes lentas y dolorosas. Además, se ha demostrado que dosis más pequeñas alteran el comportamiento y la fisiología de esas aves.

Científicos de la Universidad de Cambridge emplearon datos sobre niveles de plomo en el hígado de más de 3.000 rapaces encontradas muertas o agonizantes en 13 países europeos desde la década de 1970 con el fin de calcular hasta qué punto el envenenamiento por munición de plomo afecta a poblaciones de esas aves en Europa.

La conclusión principal es que esa circunstancia ha privado a los cielos europeos de alrededor de 55.000 aves rapaces adultas. Las más afectadas son especies como las águilas, que resultan ser naturalmente longevas, se reproducen tarde y aportan pocas crías al año.

La especie más afectada es el pigardo europeo, cuya población adulta es un 14,4% más pequeña de lo que habría sido sin más de un siglo de exposición a niveles letales de plomo en algunos de sus alimentos.

Por detrás están el águila real (-13,2%), el buitre leonado (-12,1%), el azor común (-6,2%), el quebrantahuesos (-4,0%) y el milano real y el aguilucho lagunero occidental (-3,2% en ambos casos).

Las poblaciones de ratonero común son ahora un 1,5% más pequeñas, pero ello equivale a casi 22.000 adultos menos de esta especie tan extendida, según los investigadores.

Según el estudio, la población europea de las 10 especies de rapaces estudiadas es actualmente un 6% menos de lo que debería ser si sus individuos no se envenenan por munición de plomo.

ALTERNATIVAS AL PLOMO

Los científicos subrayan que los cazadores tienen a su disposición una variedad de alternativas a los cartuchos de escopeta de plomo y balas de rifle, pero, por ejemplo, en Reino Unido apenas tienen efecto.

Así, los mismos autores de Cambridge publicaron otro estudio el pasado mes de febrero que muestra que más del 99% de los faisanes cazados en Reino Unido recibieron disparos con plomo, pese a que los grupos de caza instan a sus miembros a cambiar a disparos no tóxicos en 2020 con el objetivo de eliminar el uso de plomo en 2025.

"El uso generalizado continuo de municiones de plomo significa que la caza como pasatiempo simplemente no puede considerarse sostenible a menos que las cosas cambien", recalca Rhys Green, científico conservacionista de la Universidad de Cambridge y la Real Sociedad para la Conservación de Aves del Reino Unido.

Green añade que las reducciones poblacionales detectadas en aves rapaces son “dignas de una acción enérgica, incluida la legislación, si son causadas por la destrucción del hábitat o el envenenamiento deliberado”.

Actualmente, sólo dos países europeos (Dinamarca y Países Bajos) han prohibido los perdigones de plomo. Dinamarca planea extender tal prohibición a las balas de plomo para rifle. Tanto la UE como el Reino Unido están considerando prohibiciones legales de todas las municiones de plomo debido a sus efectos sobre la vida silvestre y la salud de los humanos que comen carne de caza, pero muchos grupos de cazadores se oponen, según los investigadores.

No obstante, algunas rapaces se envenenan cuando se alimentan de animales matados con munición de plomo, bien un cadáver entero perdido o abandonado por cazadores o las tripas de un ciervo cazado.

"Investigadores de toda Europa han tardado décadas en recopilar datos suficientes para permitirnos calcular los impactos del envenenamiento por plomo en las poblaciones de aves rapaces", indica Debbie Pain, de la Universidad de Cambridge, quien agrega: "Ahora podemos cómo de sustanciales pueden ser los impactos en la población de algunas de nuestras especies más carismáticas y vulnerables. El sufrimiento evitable y la muerte de numerosas rapaces individuales por envenenamiento por plomo debería ser suficiente para requerir el uso de alternativas no tóxicas”.