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Ana Negri

Entrevista

29 Mar 2022

Ana Negri, escritora

«La excentricidad es necesaria»

Esther Peñas / Madrid

Los eufemismos (Firmamento) es una novela en la que hay vínculos fatigados, equívocos, endémicos e intermitentes. Exilio, ternura, rabia, dolor. Cómo la historia de quienes nos rodean marcan la nuestra, de qué modo uno puede desear sin que lo ocurrido en el pasado lastre o emponzoñe. El complejo equilibrio entre los pronombres tú y yo. De todo esto nos habla su autora, Ana Negri (Ciudad de México, 1983).

¿Cuándo conviene –si es que conviene- utilizar eufemismos?

A mi gusto, existen eufemismos que funcionan a manera de cuidado, como una forma de protección. Me parece que es natural que a veces tratemos de proteger a quienes queremos con eufemismos, el tema, en ese caso, me parece que es no excederse.

¿Por qué escoger una tercera persona para contar esta historia tan pesadillesca, tan honda, en vez de una primera? 

En mi caso, necesité esa distancia para poder volverla ficción. Intenté narrarla en primera persona al principio, pero me limitaba mucho; sentía que estaba obligada a contar las cosas tal cual fueron y no era esa mi intención, yo quería hablar de sensaciones, de vínculos, de situaciones, no contar mi historia. 

La madre de Clara huye. Cuando uno escribe, ¿también lo hace? 

Creo que es al revés. Para mí, escribir es enfrentarme a todos mis demonios.

¿Qué tienen en común los personajes rotos, aquellos que han quedado heridos de por vida? 

Precisamente la herida, la falla. Hay algo en todos ellos que es innombrable y que los determina: una falta. Están rotos porque les falta algo, ahí se coloca la herida.

¿Cómo se revierte la condición de exiliado? 

No se revierte, no veo cómo podría revertirse, es una pérdida. No dejamos de ser hijos e hijas de nuestras madres y padres, aunque mueran, aunque logremos transitar el duelo, aunque los recordemos con cariño. 

Cubierta de Los EufemismosQue «ninguna de las palabras que pronuncie tu madre conduzca a una conversación superficial» es un agotamiento que se combate ¿cómo? 

No lo sé muy bien, pero mi apuesta es por el humor. 

Es una relación materno filial en la que pareciera estar cambados los lugares, la hija actúa tantas veces de madre y viceversa. ¿Existe la madre que se acerca a lo saludable? 

El problema es que tanto «madre» como «saludable», son términos problemáticos, me parece. Hay una noción tradicional, herteropatriarcal, que impone la idea de que «la madre» es algo específico, determinado, y que debe cumplir con ciertas características. Las madres no existen, existen personas que ejercen la función materna y cada quien trata de hacerlo de la mejor manera que puede, con sus recursos, sus herramientas, sus vicios, sus virtudes. En ese sentido, sería lo mismo preguntar si hay una persona saludable y no sé. No conozco a alguien que lo sea por completo.

¿Está sobrevalorada literariamente la locura, en el sentido de que tantas veces se asocia a lo fascinante, a la creatividad, a lo deseable, casi? 

Sí, sin duda. La locura a la Breton es una idealización que no puede venir más que del desconocimiento. La locura es angustia y la angustia es un contacto constante con la muerte. Y eso aliena, trastorna y no sólo a quien la padece directamente. La locura enloquece.

¿Cuánto de locura es necesario para vivir y cuándo esa locura se transforma en un problema serio? 

Yo haría la diferencia entre locura y excentricidad. La excentricidad es necesaria, es creativa, a mí me fascinan las personas heterodoxas, raras, excéntricas; la locura es otra cosa. La locura no se la deseo a nadie.

¿Cómo contar una historia que podría solaparse con la propia? 

La tercera persona ayuda. Es una distancia, un filtro y una vía de acceso a la ficción.  

¿Qué autores españoles le interesan? 

Hay lecturas del canon que son para mí sublimes e imborrables, por supuesto, el Siglo de Oro, Pardo Bazán, León Felipe… Actualmente me interesa lo que escriben Sara Mesa, Cristina Morales, Katixa Aguirre, Laura Freixas… Son quienes se me vienen de inmediato a la mente, pero no las únicas.