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Contaminación

Salud

23 Mayo 2022

Y mata a unos 4,2 millones de personas cada año, según la Organización Mundial de la Salud (OMS)

La contaminación del aire eleva las muertes cardíacas

Redacción / Madrid

Las arritmias potencialmente mortales son más comunes en días con aire muy contaminado, según un estudio llevado a cabo en pacientes con un desfibrilador cardioversor implantable, lo que permitió a los investigadores realizar un seguimiento de la aparición de trastornos cardíacos y la administración de tratamientos terapéuticos que salvan vidas.

El estudio, presentado este sábado en Heart Failure 2022, un congreso científico de la Sociedad Europa de Cardiología (ESC, por sus siglas en inglés), sugiere "que las personas con alto riesgo de arritmias ventriculares, como las que tienen un desfibrilador cardioversor implantable, deben controlar los niveles de contaminación diarios". Así lo señaló Alessia Zanni, que ahora trabaja en el Hospital Maggiore de Bolonia y anteriormente lo hizo en el Hospital Piacenza (Italia).

Zanni indicó que cuando las concentraciones de partículas PM2.5 y PM10 son altas (por encima de 35 y 50 microgramos por metro cúbico, respectivamente) es "sensato" permanecer en un ambiente interior "tanto como sea posible y usar una máscara N95", particularmente en zonas de mucho tráfico. "Un purificador de aire se puede usar en casa", añadió.

La contaminación del aire exterior mata a unos 4,2 millones de personas cada año, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Casi una de cada cinco muertes por enfermedades cardiovasculares se debe al aire contaminado, que es el cuarto factor de riesgo más alto de mortalidad, tras la presión arterial alta, el consumo de tabaco y la mala alimentación.

ANÁLISIS EN PIACENZA

El estudio investigó la relación entre la contaminación del aire y las arritmias ventriculares en Piacenza (norte de Italia). La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) calificó la ciudad como la 307ª peor de 323 ciudades en cuanto a concentraciones medias anuales de PM2.5 en 2019 y 2020, con una cifra de 20,8 microgramos por metro cúbico.

"Habíamos observado que las visitas a la sala de emergencias por arritmias en pacientes con desfibrilador cardioversor implantable tendían a agruparse en días con una contaminación del aire particularmente alta", recalcó Zanni. "Por tanto, decidimos comparar la concentración de contaminantes del aire en los días en que los pacientes tenían arritmia frente a los niveles de contaminación en los días sin arritmia", comentó.

El estudio incluyó a 146 pacientes que recibieron un desfibrilador cardioversor implantable entre enero de 2013 y diciembre de 2017. De ellos, 93 lo obtuvieron por insuficiencia cardíaca después de un ataque cardíaco, mientras que 53 tenían una afección cardíaca genética o inflamatoria. Un poco más de la mitad (79) nunca había experimentado una arritmia ventricular y 67 habían tenido previamente una arritmia ventricular.

Los datos sobre arritmias ventriculares (taquicardia ventricular y fibrilación ventricular) se recopilaron de forma remota desde el desfibrilador hasta la finalización del estudio, a finales de 2017. Los investigadores también registraron la terapia administrada por el dispositivo. Esto incluía marcapasos para la taquicardia ventricular (latido cardíaco acelerado), que envía impulsos eléctricos al músculo cardíaco para restaurar la frecuencia y el ritmo cardíacos normales. La segunda terapia fue una descarga eléctrica para restablecer los latidos del corazón durante la fibrilación ventricular.

Los niveles diarios de PM10, PM2.5, monóxido de carbono (CO), dióxido de nitrógeno (NO2) y ozono (O3) se obtuvieron de las estaciones de calidad del aire de la Agencia Regional de Protección Ambiental (ARPA). A los pacientes se les asignaron exposiciones en función de su domicilio. Los investigadores analizaron la asociación entre las concentraciones de contaminantes y la aparición de arritmias ventriculares.

440 ARRITMIAS VENTRICULARES

Se registraron 440 arritmias ventriculares durante el periodo de estudio, de las cuales 322 fueron tratadas con marcapasos y 118 con descarga. Los investigadores encontraron una asociación significativa entre los niveles de PM2.5 y las arritmias ventriculares tratadas con descargas, lo que corresponde a un aumento del riesgo de un 1,5% por cada aumento de un microgramo por metro cúbico de PM2.5.

También encontraron que cuando las concentraciones de PM2.5 se elevaban en un microgramo por metro cúbico durante una semana entera, en comparación con los niveles promedio, había un 2,4% más de probabilidad de arritmias ventriculares independientemente de la temperatura. Cuando las partículas PM10 estuvieron un microgramo por metro cúbico por encima del promedio durante una semana, hubo un incremento de un 2,1% en el riesgo de arritmias.

"Las partículas pueden causar una inflamación aguda del músculo cardíaco, lo que podría actuar como desencadenante de arritmias cardíacas. Dado que estas partículas tóxicas son emitidas por las centrales eléctricas, las industrias y los automóviles, se necesitan proyectos ecológicos para proteger la salud, además de las acciones que las personas pueden tomar para protegerse a sí mismas", explicó Zanni.

"Estos datos confirman que la contaminación ambiental no es s´ólo una emergencia climática, sino también un problema de salud pública. El estudio sugiere que la supervivencia de los pacientes con enfermedades cardíacas se ve afectada no solo por las terapias farmacológicas y los avances en cardiología, sino también por el aire que respiran. Esta batalla puede ser ganada por una alianza entre sociedades científicas y políticos para proteger no solo el medio ambiente sino también la salud de la población humana", concluyó.