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Etiquetado en braille

Diseño universal

23 Jun 2022

en colaboración con entidades como la ONCE y el Cermi

El proyecto para el etiquetado accesible saldrá a audiencia pública “tras el verano”

Redacción / Madrid

El Ministerio de Consumo “espera” que el texto del proyecto para implementar en España un etiquetado accesible para personas con discapacidad visual salga a audiencia pública “tras el verano”. Así lo avanzó este miércoles el ministro de Consumo, Alberto Garzón, en el transcurso de su comparecencia en la Comisión de Sanidad y Consumo del Congreso de los Diputados, a petición propia para informar sobre el balance del curso y ejecución de compromisos de su departamento y a petición de los grupos Vox y Popular para explicar su posición sobre el turismo, la hostelería, el consumo de carne en España o el impacto de la subida de la inflación, entre otros asuntos.

Durante su intervención, Garzón subrayó que su departamento está “trabajando” en el etiquetado “accesible” para atender las necesidades de las personas con discapacidad visual, en colaboración con entidades entre las que citó a la ONCE y al Cermi.

“Esperamos que tras el verano podamos tener un texto para audiencia pública que ya cristalice las cosas”, sentenció en referencia a una iniciativa con la que su gabinete pretende garantizar la accesibilidad en etiquetados para personas con discapacidad visual y desarrollar reglamentariamente etiquetados que garanticen la inclusividad de los consumidores vulnerables.

El etiquetado inclusivo era, precisamente, una de las novedades introducidas en la Ley de protección de los consumidores y usuarios frente a situaciones de vulnerabilidad social y económica y una de las mejoras que el ministro de Consumo, Alberto Garzón, calificó en su momento de “éxito” tras su reunión con representantes del Cermi.

MACROGRANJAS

En otro orden de cosas, con respecto a la polémica de la carne y las macrogranjas y preguntado de nuevo por sus declaraciones al diario británico ‘The Guardian’ en relación a los productos que exporta España, advirtió de que se reafirma "absolutamente” en sus palabras y reiteró que su departamento “apoya” al modelo “familiar, social, extensivo” de ganadería y que “es sostenible ecológicamente”.

Un modelo que, lamentó, "rivaliza también en términos económicos con un modelo macro intensivo, que es el popularizado con las macrogranjas, que es un modelo sumamente insostenible”.

En este punto, insistió en que, “en aras de promover un consumo local, sostenible y responsable”, su gabinete ha “apoyado al primer modelo en detrimento del segundo”. “Es decir, no hemos sido neutrales, sino que hemos sido claramente aquellos que hemos defendido la persistencia y pervivencia de un modelo tradicional, social y familiar de ganadería extensiva o semi extensiva frente a un modelo popularizado como el de las macrogranjas”, apostilló.

Garzón consideró que la polvareda que levantó su campaña contra el consumo "excesivo" de carne “supuso una polémica política que ocupó bastantes titulares” y no una “polémica científica”, porque, espetó, “no hay debate científico al respecto de estas conclusiones”, convencido de que la “reducción” de la ingesta de este alimento “es una recomendación que se hace por motivos sanitarios”.

“Esto es lo que diría cualquier médico de familia o cualquier cardiólogo”, continuó, para puntualizar que esta indicación “también tiene motivos ecológicos” y que Consumo “insistirá necesariamente en esa línea". "Porque es una línea correcta, es una línea fundamentada y es una línea que defiende modelos sostenibles frente a modelos insostenibles”, abundó, convencido de que, “muchas veces” estas grandes explotaciones “tienen como consecuencia la contaminación de los ríos y contribuyen de manera muy nociva a la emisión brutal de gases de efecto invernadero que promueven el cambio climático”.

Finalmente, aseguró que sería “bastante irracional” que su departamento “acuse a determinado sector de incumplir” las normas que él mismo “controla” e insistió en que el de las macrogranjas “no es un problema de seguridad alimentaria, es un problema social, ecológico y económico”, convencido de que la polémica surgió porque el “lobby de las macrogranjas decide torturar” sus declaraciones para “iniciar una campaña de descrédito de quien había puesto el dedo en la llaga”.

CORREGIR DINÁMICAS

Tras indicar que su departamento también busca “concienciar sobre los efectos que tiene el consumo sobre nuestro planeta y sobre nuestras relaciones sociales”, recordó el estudio Sostenibilidad del Consumo en España publicado recientemente junto con el Centro Común de Investigación (JRC, Joint Research Centre) de la Comisión Europea y cuyas conclusiones “obligan”, según su punto de vista, “a apostar por una profunda transformación del sistema de producción y consumo” para revertir la situación de crisis climática.

Un informe que, dijo, “subraya el impacto grave, importante, que tiene el consumo en el deterioro ecológico y el deterioro ambiental en nuestro planeta y la necesidad que tenemos de corregir determinadas dinámicas para poder vivir dentro de los límites del planeta, no sobrepasar esos límites y no entrar en dinámicas que probablemente tengan puntos de no retorno”.

“La ciencia, los científicos, los profesionales que se dedican a la investigación científica, han acreditado ya desde hace más de 50 años que la deriva que lleva nuestra sociedad, si sigue la senda actual de un modelo de producción y consumo despilfarrador y agresivo con el medio natural, esto nos conduce a una senda, en particular a España, sumamente peligrosa”, concluyó, para advertir de que, al realizar estudios como este, “el ministro de Consumo no lo hace para regañar a nadie, lo hace para que podamos corregir ciertas sendas que permitan que vivamos en un mundo habitable”.