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María Iglesia

Entrevista

15 Jul 2022

María Iglesia, miembro de la Comisión Europea

“Fundación ONCE es una inspiración para la Comisión Europea, tanto por su gran diversidad de iniciativas como por el potencial efecto multiplicador que representa”

Patricia Encinas. Foto: Comisión Europea / Madrid

María Iglesia, Head of Unit  European Commission, directorate-general for Employment, Social Affairs and Inclusion, Unit C.4 - Spain, Malta, ha asegurado que «Fundación ONCE es una inspiración para la Comisión Europea, tanto por su gran diversidad de iniciativas como por el potencial efecto multiplicador que representa».

Iglesia, que ha hecho estas declaraciones para la revista Por Talento de Inserta Empleo, ha añadido que «los proyectos de Fundación ONCE encarnan a la perfección el espíritu del Fondo Social Europeo y, por ello, desearíamos que las actividades que se ha revelado exitosas, se divulguen más y se puedan extender y replicar».

En su opinión, «durante el periodo de programación 2014-2020, el FSE ha permitido a organismos como Fundación ONCE exprimir plenamente su espíritu innovador y su conocimiento sobre las necesidades y las posibilidades de los colectivos a los que representa. Del mismo modo, ha permitido aprovechar al máximo la oportunidad de acercarse a las personas a las que representa, aprender tanto de ellas como sus familias, inspirarlas, solventar dudas y paliar temores, integrarlas en programas innovadores y acompañarlas en procedimientos de desarrollo de capacidades y activación de talentos». 

En cuanto al próximo periodo de programación de los fondos, María Iglesia recuerda que con la ‘Estrategia para las Personas con Discapacidad’, aprobada en marzo de 2021, la Comisión Europea quiere asegurarse que las personas con discapacidad en la Unión Europea pueden disfrutar de sus derechos y tener las mismas oportunidades en la vida como todos los demás. «Pero, para desempeñar dicha labor, es esencial contar con instituciones como la Fundación ONCE para poder cambiar la realidad en los países de la Unión Europea, en este caso en España».

A su juicio, «debemos aprovechar la oportunidad que se nos está brindando para acercar y normalizar las problemáticas sociales que registra Europa en general y poder desde ya generar un impacto positivo. Sin embargo, la Comisión Europea no puede alcanzar estos objetivos sin el apoyo incondicional de las autoridades nacionales y de actores como la Fundación ONCE en España». 
En este sentido, ha animado a Fundación ONCE a contribuir «ampliando e intensificando la cooperación con todas las instituciones del sistema educativo, laboral y de gobernanza, con los interlocutores sociales y con la sociedad civil». Se ha mostrado confiada en que «Fundación ONCE no dejará de sorprendernos, inspirarnos a todos y seguir ganando de nuevo nuestro respeto y aprecio».

Además, «Fundación ONCE dispone de gran experiencia en apoyar el desarrollo de capacidades digitales. Es indispensable seguir por el mismo camino, continuar planificando los programas para llegar a la plena inclusión de las personas con discapacidad en programas educativos, de formación y de experiencia laboral, en sectores emergentes o aquellos que necesitan ser modernizados para conseguir una Europa más verde y sostenible».

En referencia a su reciente visita a la sede de Por Talento Digital, de Fundación ONCE, María Iglesia reconoce que le «impresionó y emocionó la energía y motivación de los jóvenes que participan en el proyecto y el ver el enorme aporte que suponen a nuestra sociedad. El proyecto constituye una muy buena práctica porque realmente aúna de manera tangible varias prioridades estratégicas de la Unión Europea como la transición digital, eso sí, inclusiva, el principio fundamental de igualdad de oportunidades, la lucha contra la discriminación y la inclusión social».  

Principales retos

En cuanto a los principales retos a los que se enfrenta, Iglesia asegura que su  llegada a la unidad de España «ha coincidido con el inicio de un nuevo ciclo del presupuesto multianual de la UE, marcado por una coyuntura de recuperación post pandemia y de guerra en Ucrania que ni siquiera imaginábamos hace tan solo dos años, y se enmarca por primera vez dentro de la puesta en marcha del nuevo mecanismo de recuperación y resiliencia, con todas las reformas y los proyectos que acarrea, como ha sido entre otros el caso de la recientemente aprobada reforma laboral».

Iglesia reconoce que «la negociación de un nuevo periodo de programación del Fondo Social Europeo siempre es un proceso complejo y decisivo, puesto que va a condicionar el uso de los fondos ESF+ durante los próximos siete años en todas y cada una de las comunidades y ciudades autónomas del país al igual que en una serie de programa pluri-regionales». 

En este sentido puntualiza que «hace menos de un año, en mayo 2021, los jefes de Estado Europeo reiteraban en Oporto su compromiso hacia los 20 principios del Pilar Europeo de Derechos Sociales, mediante la aprobación de un Plan de Acción que nos marca unos objetivos claros y ambiciosos para los próximos 7 años», y, en este contexto, «mi reto inmediato es consensuar con nuestros interlocutores de la Administración del Estado y las comunidades autónomas los mejores programas para que la España de 2030 sea más social, más preparada, más inclusiva, y sus ciudadanos y ciudadanas disfruten de más y mejores empleos. Para ello hay que lograr que estos programas se aprueben a tiempo y con medidas de calidad y con una sólida evaluación ex-ante sobre su efectividad». 

Para Iglesia, «es absolutamente esencial que, para lograr esto, los fondos disponibles se concentren en un número limitado de prioridades, que permita aumentar la eficacia de las intervenciones públicas y alcanzar la masa crítica necesaria para lograr un impacto real en la situación socioeconómica de España y sus regiones. En ese sentido, buscamos que las acciones propuestas en los programas complementen las acciones que se realizan con fondos nacionales para lograr un mayor impacto y sostenibilidad, especialmente en términos de bienestar de todas las personas».