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Ruptura sentimental

Salud

4 Ago 2022

Las mujeres tenían más probabilidades que los hombres de tener una disminución en su sentido de control

Las rupturas de pareja generan un año de descontrol vital, según un estudio

Servimedia / Madrid

Las personas que experimentan la separación de su pareja suelen tener una caída en el control de su vida en el primer año tras la ruptura, pero después se produce un aumento gradual de esa percepción de orientación vital. Así se explica en un estudio dirigido por Eva Asselmann, de la Universidad Médica y de Salud HMU en Potsdam (Alemania), y Jule Specht, de la Universidad de Humboldt de Berlín (Alemania), y publicado en la revista ‘PLOS ONE’.

Investigaciones anteriores han demostrado que una mayor sensación percibida de control personal sobre la propia vida se asocia con un mayor bienestar y una mejor salud. Las relaciones románticas están íntimamente ligadas al control percibido. La evidencia sugiere un vínculo entre éste y una mejor satisfacción de la relación. Sin embargo, se sabe menos sobre cómo la pérdida de una relación puede estar relacionada con cambios en el control percibido de la vida.

Para arrojar nueva luz a esto, Asselmann y Specht analizaron datos de tres puntos temporales en un estudio de varias décadas de hogares en Alemania. Específicamente, utilizaron los resultados de cuestionarios anuales de 1994, 1995 y 1996 para evaluar los cambios en el control percibido de 1.235 personas que experimentaron la separación de su pareja, 423 que se divorciaron y 437 cuyas parejas fallecieron.

El análisis estadístico de los resultados del cuestionario sugiere que, en general, las personas que se separaron de sus parejas tuvieron una caída en el control percibido en el primer año después de la ruptura, seguida de un aumento gradual en los años posteriores.

Después de la separación, las mujeres tenían más probabilidades que los hombres de tener una disminución en su sentido de control, mientras que las personas más jóvenes contaban con un mayor sentido de control en comparación con las personas mayores.

Las personas cuyas parejas fallecieron tuvieron un aumento general en el control percibido durante el primer año posterior a la pérdida, seguido de un incremento continuo en el control percibido en comparación con el período anterior a la muerte.

Sin embargo, los más jóvenes experimentaron efectos más perjudiciales de la muerte de su pareja en su sentido de control, en comparación con las personas mayores.

En cambio, el análisis de Asselmann y Specth no encontró vínculos entre el divorcio y el control percibido de la propia vida.

“Nuestros hallazgos sugieren que las personas a veces crecen a partir de experiencias estresantes, al menos con respecto a las características específicas de la personalidad. En los años posteriores a la pérdida de una pareja romántica, los participantes de nuestro estudio se convencieron cada vez más de su capacidad para influir en su vida y su futuro a través de su propio comportamiento. Su experiencia les permitió enfrentar la adversidad y administrar su vida de manera independiente, lo que les permitió crecer”, concluyen las autoras.