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Jóvenes

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8 Sep 2022

Los salarios bajos y la precariedad laboral, lo que más les preocupa

Los jóvenes tras la pandemia, ligeramente más optimistas gracias al apoyo familiar

Redacción / Madrid

Los jóvenes se muestran en 2022 ligeramente más optimistas tras la pandemia y lo hacen gracias al apoyo familiar. Así se desprende del estudio ‘Jóvenes en pleno desarrollo y crisis pandémica. Cómo miran al futuro’, elaborado por la Fundación Pfizer y la Fundación Fad Juventud, donde se refleja que, como contraposición al difícil contexto, se consideran afortunados por contar con familiares, amigos y pareja, ámbitos en los que se sienten más satisfechos. El objetivo de la investigación, que se presentó este jueves, ha sido indagar sobre los efectos que la pandemia ha causado en la vida de los jóvenes en los aspectos relacionados con su salud mental y en el impacto posible sobre su devenir vital.

En la rueda de prensa de presentación intervinieron el presidente de la Fundación Pfizer, Sergio Rodríguez; el presidente de Fundación FAD Juventud, Ignacio Bayón, y la directora técnica de Fundación FAD Juventud, Eulalia Alemany.

Los problemas colectivos más importantes son, según su propia opinión, los salarios bajos (37,8%), la precariedad laboral (30,4%) y la dificultad para la emancipación (29,5%), seguidos muy de cerca por el paro (24,6%) y la falta de confianza que tiene la sociedad hacia los y las jóvenes (24%). Unos problemas que sienten de forma mucho más acuciante ellas que ellos, confirmando que la pandemia ha tenido un efecto más negativo en las chicas que en los chicos, al menos en lo que tiene que ver con la preocupación por el futuro.

En general se observa un panorama de pesimismo juvenil, por un contexto que genera incertidumbre y situaciones difíciles para gran parte de la población joven. El 26,6% piensa que la situación del país irá a peor, porcentaje algo inferior cuando se pregunta sobre su situación personal (18,6%).

Para el presidente de la Fundación Pfizer, Sergio Rodríguez, “esta investigación nos parece una herramienta útil de trabajo de cara a mejorar el bienestar y la calidad de vida de los jóvenes, que son nuestro futuro”.

Por su parte, el presidente de la Fundación Fad Juventud, Ignacio Bayón, aseguró que “tenemos la obligación como sociedad de habilitar los mecanismos para que todos los jóvenes están sufriendo y tienen problemas de malestar emocional puedan tener acceso -fácil y rápido- a servicios de atención psicológica donde encontrar ayuda y que, claramente, son insuficientes en la actualidad”.

Para casi un 60% de los encuestados la pandemia ha tenido un gran impacto y ha producido cambios personales. El 55,7% tiene la percepción de que estos cambios serán permanentes y, con un porcentaje muy similar, que la dirección de estos cambios será positiva. Además, son ellas las que aseguran un mayor impacto de la pandemia en sus vidas y expresan una mayor preocupación y gravedad en dicho impacto.

Sin embargo, no todo es pesimismo y negatividad en la crisis. De hecho, entre los jóvenes que creen que la pandemia ha cambiado bastante o mucho a la gente la mayoría (56,2%) piensa que los cambios han sido para bien y que han salido mejores de la experiencia.

Así, las menciones apuntan al sentirse más conscientes de su vida y de lo que quieren (54,8%), que sus relaciones sociales han mejorado (43,2%) y que ha aumentado su sentido de la responsabilidad (42%). Entre quienes señalan cambios a peor, destacan el empeoramiento de hábitos (48,5%), el empeoramiento de las relaciones con los y las demás (46,8%) o el hacerse más débil y vulnerable (44,4%).

Por otra parte, 7 de cada 10 jóvenes declaran haber modificado sus hábitos de una u otra forma como consecuencia de la pandemia. Así, el 35,4% lo ha hecho a mejor y el 34,8% a peor, mientras que el 24,4% declara no haber cambiado sus hábitos de vida. Los hábitos que han cambiado a mejor son los centrados en el autocuidado físico y con los que tienden a mejorar las estrategias relacionales y la interacción social. Por el contrario, los hábitos a peor más destacados son la tendencia hacia el retraimiento, los hábitos compulsivos o el descuido físico.

Destaca también que la salud mental está entre los aspectos más afectados negativamente por la pandemia, junto a la capacidad económica y el acceso al trabajo. El 66,8% de la juventud cree que la crisis de la covid-19 ha tenido un impacto negativo en la salud mental de las personas jóvenes. También, el 67,4% afirma que esta crisis ha afectado negativamente a su capacidad económica y el 63% a su acceso al trabajo.

En este sentido, el porcentaje total de adolescentes y jóvenes que presentan problemas psicológicos con cierta o mucha frecuencia en la actualidad es del 24%, mientras que en 2021 era del 8,6% y en 2019 del 6,2%, lo que significa un aumento de la prevalencia de problemas de este tipo de casi 18 puntos.

Una constante de todo el análisis es que las mujeres muestran peores datos, no sólo por la mayor tendencia al empeoramiento sino por la mayor frecuencia de malestares psicológicos. Parece que la pandemia, al menos en el plano de la salud mental, ha afectado más a las mujeres.

El estado de ánimo muestra un empeoramiento a nivel global, ya que 4 de cada 10 jóvenes señala que el estado de ánimo se mantiene estable, con una cifra similar (36,7%) que asume un empeoramiento como consecuencia de la pandemia. Este empeoramiento parece ser más agudo entre las mujeres, dado que la mitad declara que su estado de ánimo ha empeorado, cosa que sólo ocurre al 30% de chicos.