Las señales y las consecuencias del cambio climático son cada vez más alarmantes. La tasa de aumento del nivel del mar se ha duplicado desde 1993, ha aumentado en casi 10 milímetros desde enero de 2020 y este año ha marcado un nuevo máximo. Un 10% del incremento del nivel del mar registrado en el planeta desde que comenzaran las mediciones por satélite hace casi tres décadas se concentra en los dos últimos años y medio.

El año 2022 fue excepcionalmente duro para los glaciares de los Alpes europeos, dado que los primeros indicios apuntan a un deshielo sin precedentes. En cuanto al manto de hielo de Groenlandia, perdió masa por 26º año consecutivo y por primera vez en un mes de septiembre se registraron allí lluvias en lugar de nevadas.

La temperatura media mundial en 2022 se estima actualmente en aproximadamente 1,15ºC por encima del promedio preindustrial (entre 1850 y 1900). Un raro enfriamiento de triple inmersión de La Niña significa que es probable que 2022 "solo" sea el quinto o sexto más cálido en el registro histórico. Sin embargo, esto no invierte la tendencia a largo plazo, sino que es solo cuestión de tiempo hasta que haya otro año más cálido registrado, según el informe.

De hecho, el calentamiento continúa, ya que es de 1,14ºC por encima de los niveles preindustriales durante el decenio entre 2013 y 2022, y fue de 1,09ºC entre 2011 y 2020, según el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés).

El calor del océano alcanzó niveles récord en 2021 (último año evaluado), con una tasa de calentamiento particularmente alta en las dos últimas décadas.

"Cuanto mayor sea el calentamiento, peores son los impactos. Tenemos niveles tan altos de dióxido de carbono en la atmósfera que apenas podremos limitar el calentamiento a 1,5ºC, el objetivo menos ambicioso del Acuerdo de París, según Petteri Taalas, secretario general de la OMM.

Taalas añadió que “ya es demasiado tarde para muchos glaciares y el derretimiento continuará durante cientos, o incluso miles de años, y ello acarreará graves consecuencias para la seguridad hídrica”.

“El ritmo de aumento del nivel del mar se ha duplicado en los últimos 30 años. Aunque todavía medimos este incremento en términos de milímetros por año, en un siglo representará un aumento del nivel de las aguas de entre medio metro y un metro. Para los países de baja altitud y para muchos millones de habitantes de zonas costeras es una grave amenaza a largo plazo”, aseguró.

Taalas recalcó que, “con demasiada frecuencia, quienes menos contribuyen al cambio climático son los que más sufren”, como se ha comprobado con “las terribles inundaciones en Pakistán y la mortal y pertinaz sequía que castiga el Cuerno de África”. “Pero incluso las sociedades bien preparadas han sufrido este año los estragos de los fenómenos extremos, como demuestran las prolongadas olas de calor y la sequía en gran parte de Europa y el sur de China", apostilló.

“Los fenómenos meteorológicos extremos se están intensificando, y por ello es más importante que nunca velar por que todos los habitantes de la Tierra tengan acceso a las alertas tempranas, dado que permiten salvar vidas”, agregó.

GASES, TEMPERATURA Y GLACIARES

En 2021, las concentraciones de los principales gases de efecto invernadero (dióxido de carbono, metano y óxido nitroso) volvieron a alcanzar niveles sin precedentes. El aumento anual de la concentración de metano fue el más alto jamás registrado. Según los datos de las principales estaciones de seguimiento, los niveles atmosféricos de los tres gases de efecto invernadero siguieron aumentando en 2022.

Por otro lado, la temperatura media mundial de 2022 superará en aproximadamente 1,15ºC la media del período 1850-1900. Es probable que los años que conforman el intervalo comprendido entre 2015 y 2022 sean los ocho años más cálidos de los que se tiene constancia.

En los Alpes europeos, el deshielo de los glaciares batió récords en 2022. Se midieron pérdidas medias de espesor de entre tres y más de cuatro metros en el conjunto de los Alpes, valores notablemente superiores a los de 2003, el último año en el que el deshielo fue más destacado.

Las primeras mediciones indican que los glaciares suizos perdieron un 6% de su volumen de hielo entre 2021 y 2022. Por primera vez en la historia, incluso en los emplazamientos de medición situados a mayor altitud, toda la nieve se fundió durante la temporada de verano, de modo que la acumulación de hielo nuevo fue nula. Entre 2001 y 2022, el volumen de hielo de los glaciares de Suiza disminuyó de 77 a 49 kilómetros cúbicos, lo que supone un descenso de más de un tercio.

Un escaso manto nivoso al final del invierno y las repetidas acumulaciones de polvo sahariano prepararon el terreno para que, entre mayo y principios de septiembre, las largas e intensas olas de calor propiciaran una pérdida de hielo sin precedentes.

NIVEL DEL MAR, CALOR OCEÁNICO Y HIELO MARINO

Por otra parte, el nivel medio del mar a escala mundial ha subido 3,4 milímetros al año en 30 años de registro de datos altimétricos satelitales. El ritmo de incremento se duplicó en el decenio de 2013-2022 con respecto al de 1993-2002. Entre enero de 2021 y agosto de 2022 el nivel de las aguas aumentó unos cinco centímetros, aceleración que se debe a la intensificación del deshielo.

El océano almacena el 90% del calor que se acumula por las emisiones de gases de efecto invernadero debidas a las actividades humanas. La capa superior -hasta 2.000 metros de profundidad- alcanzó niveles récord en 2021 (último año con datos). El ritmo de calentamiento es especialmente elevado en las dos últimas décadas, y todo apunta a que continuará en el futuro. Se trata de un cambio irreversible en escalas temporales de cientos a miles de años.

El 55% de la superficie oceánica experimentó este año al menos una ola de calor, mientras que los periodos de frío marinos se circunscribieron a un 22% de la superficie de los océanos. Las olas de calor marinas son cada vez más frecuentes, a diferencia de lo que sucede con las de frío.

La extensión del hielo marino en el Ártico estuvo por debajo de la media a largo plazo (1981-2010) durante la mayor parte de 2022. En septiembre fue de 4,87 millones de kilómetros cuadrados, es decir, 1,54 millones por debajo de la extensión promedio.

El 25 de febrero, la extensión del hielo marino antártico descendió hasta 1,92 millones de kilómetros cuadrados, el nivel más bajo del que se tiene constancia y casi un millón por debajo de la media a largo plazo.

CLIMA EXTREMO

En África oriental, las precipitaciones han estado por debajo de la media durante cuatro estaciones de las lluvias consecutivas -algo que jamás había ocurrido en los últimos 40 años- y todo apunta a que la estación actual también podría ser seca.

Debido a la persistente sequía y de otros factores agravantes, se estima que, antes de junio de 2022, entre 18,4 y 19,3 millones de personas se encontraban en situación de ‘crisis’ alimentaria o tenían que enfrentar niveles más graves de inseguridad alimentaria aguda. Los organismos humanitarios advierten que otra estación con precipitaciones por debajo de la media provocará probablemente malas cosechas y agravará la situación de inseguridad alimentaria en Kenia, Somalia y Etiopía.

Las lluvias récord de julio y agosto provocaron vastas inundaciones en el Pakistán, que dejaron al menos 1.700 víctimas mortales, afectaron a 33 millones de personas y ocasionaron 7,9 millones de desplazamientos. Las inundaciones se produjeron justo después de una ola de calor extremo que castigó tanto a la India como al Pakistán durante marzo y abril.

A principios de año, la región de África meridional fue azotada por ciclones durante dos meses. Madagascar fue el país más afectado, al registrar lluvias torrenciales y devastadoras crecidas. En septiembre, el huracán Ian causó cuantiosos daños y ocasionó numerosas víctimas mortales en Cuba y el suroeste de Florida (Estados Unidos).

En amplias zonas del hemisferio norte, las condiciones fueron este año excepcionalmente cálidas y secas. China sufrió la ola de calor más extensa y pertinaz desde que se tienen registros nacionales y el segundo verano más seco del que se tiene constancia. En Wuhan, el río Yangtsé alcanzó el nivel más bajo jamás registrado en un mes de agosto.

Vastas zonas de Europa se vieron afectadas por repetidos episodios de calor extremo. El 19 de julio se batió un récord nacional en Reino Unido, cuando la temperatura superó los 40°C por primera vez. A ello se sumaron incendios forestales y una persistente y perniciosa sequía. El caudal de los ríos europeos, como el Rin, el Loira y el Danubio, se situó en niveles críticamente bajos.