Libros
24 Ene 2019
Sabina Editorial rescata a una intrigante sor Juana Inés
Enigmas de La Casa del Placer
Esther Peñas / Madrid
De espíritu fogoso, alma exaltada y estilo vehemente y delicado, sensual, oceánico, ascético en el goce circense de las palabras que alumbran, sor Juana Inés de la Cruz. Hubo nueve musas. Vivían con Apolo, en el Parnaso: Calíope –de la poesía épica-, Clío -de la historia-, Erato -de la poesía lírica-, Euterpe -de la música-, Melpómene -de la tragedia-, Polimnia -de los cantos-, Talía -de la comedia-, Terpsícore -de la danza- y Urania -de la astronomía-. Y así como san Juan se autoproclama “el discípulo amado”, sor Juana se vindica como “décima musa”. Méritos no le faltan: su volcánica capacidad lírica, la sutil belleza de sus imágenes, el voluptuoso misterio de sus propuestas, el intenso amor que destilan sus composiciones... por no hablar de su personalidad, fascinante y envolvente como el alba.
Sabina Editorial reivindica la autoridad de la mejicana con ‘Enigmas de La Casa del Placer’ (colección Mínima), con edición de María Milagros Rivera, un ramillete de poemas que proclaman el vínculo amoroso entre la poeta y la condesa de Paredes, María Luis Manrique de Lara y Gonzaga (distinguido nombre donde los haya), virreina de México, al servicio de Carlos II.
Veinte acertijos en redondilla, estrofas de cuatros versos que riman en redondo. Cada una de ellas corresponde a un matiz del gozo amoroso que el lector deberá adivinar.
“¿Quál es aquella homicida/ que piedosamente ingrata/ siempre en quanto vive mata/ y muere quando da vida?”. “¿Quál puede ser el favor/ que por oculta virtud/ si se logra es inquietud/ si se espera es temor?”.
Con un interesante estudio introductorio de Rivera, en el que nos sitúa en lo que significó La Casa del Placer y la relación entre sor Juana y la condesa de Paredes de Nava, al que además se añade la perspectiva feminista y atinada de Rivera, este libro interpela al lector a que analice y goce de su propio placer amoroso.
