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De Campos

Entrevista

14 Mayo 2021

Augusto de Campos, poeta

«La poesía ayuda a dignificar la existencia»

Esther Peñas / Madrid

Poeta de mayúsculo riesgo, Augusto de Campo (Sao Paolo, 1931) poeta, traductor, ensayista. De estilo revolucionario, hambriento de surcos en los que arar lo no dicho empleando aperos iconoclastas (collage, todo tipo de recursos visuales, tipografías cismáticas, utilización de colores, vídeos, hologramas… es uno de los creadores de la llamada «poesía concreta», junto con su hermano, Haroldo de Campos y Décio Pignatari. 

Como traductor, tiene en su haber la palabra de Mallarmé, Joyce, Pound o Mayakovski, entre otros. Su obra se relaciona asimismo con la música, siendo autor de canciones grabadas por Caetano Veloso o Arrigo Barnabé.

En 2015, recibió el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda.

Libros de la Resistencia acaba de publicar una espléndida antología: Lenguaviaje
 

¿Se siente reconocido en esta antología, Lenguaviaje?

Sí, esta antología está forjada por el crítico y profesor argentino Gonzalo Aguilar, gran conocedor de la literatura moderna y un especialista en mi poesía, y además ha contado con mi colaboración. Representa muy bien las distintas etapas de mi poesía. Es un libro muy completo. Agradezco también al editor, Edmundo Garrido, que no ha escatimado esfuerzos para conseguir un resultado gráfico espléndido.

¿Hasta qué punto el trabajo con el lenguaje, forjarlo de un modo distinto a como es, puede contribuir a cambiar la realidad? (pienso en «chance wor(l)ds»)

La poesía siempre fue un cuerpo extraño dentro de las distintas manifestaciones de la comunicación humana. Su extrañeza, su desconcierto, enriquece la experiencia del vivir, más allá de lo cotidiano. Escribió Pessoa: «¡Baste a quien baste lo que bástale,/ lo que para bastarle basta!/ La vida es breve, vasta el alma;/ tener es tardar». La poesía no va a cambiar el mundo, pero contribuye o puede hacerlo a sensibilizar a las personas, des-embrutecerlas, enseñarles qué es la libertad, dignificar su existencia. 

poema visual de AugustoA día de hoy, ¿es posible un arte revolucionario?

No concibo el arte sin revolución. El poeta que no desordena o trastorna, que no lo forja nuevamente, es un contador de historia o un explorador de emociones. Como dijo Maiakovski: «Sin forma revolucionaria no hay arte revolucionario». Sin embargo, la poesía revolucionaria, entendida estrictamente como comprometida o politizada es una de las más difíciles de crear, porque a mayor cantidad discursiva o retórica, menos sustancia poética. Tengo un poema visual que aúna los perfiles de Maiakovski y Pound en una única imagen, diseñados respectivamente por Rodchenko y Gaudier-Brzeska. Son los mejores poetas de la modernidad que practicaron una poesía comprometida. Ambos, grandes como son, tienen momentos «políticos» intolerables en su poesía… Por otro lado, ya se ha dicho que el canto de Pund contra la usura es el poema que a la izquierda le hubiera gustado escribir; y los poemas de Maiakovski contra la burocracia soviética son espléndidos y ciertamente dispusieron a la autoridades estalinistas en su contra, contribuyendo a su suicidio. Tengo la esperanza de haber acertado en alguno de mis poemas, como GREVE (1962), los «popcretos» )1964/66) y LUXO (1965), los últimos compuestos cuando Brasil vivía uno de sus periodos más tristes, con una dictadura militar que duró veinte años. Hay otros menos pretenciosos que tiendo a considerar obras de «agitprop», para protestar y criticar políticamente, por lo general breves y circunstanciales. 

¿Cómo saber que lo que en un momento rompió cadenas, nos hizo libres, no se ha convertido en una rutina?

El filtro del tiempo es implacable y hace bien su trabajo, aunque en ocasiones haya que corregir injusticias y habilitar a aquellos artistas que, por la inédita utilización de sus lenguajes, quedaron marginados o injustamente olvidados. Casos de rehabilitación literaria como el de Góngora o los poetas metafísicos ingleses. O como el brasileño Joaquim de Sousândrade.

El deseo, la melancolía, el amor, el compromiso político… ¿cuál es el gran acicate del poema? 

Pienso que todo ello, incluso creo que una única palabra o imagen pueden precipitar el poema. Pero el poeta ha de ser consciente de que la poesía es un arte, y es preciso ser artista para ser poeta. Solo entonces se encuentra la poesía pura. A veces, para que dure, uno tiene que ser duro. «Ay, decir lo que fue es algo difícil», escribió Dante. La poesía no es un confesionario ni un podio. El gran poeta Décio Pignatari (1927-2012), cofundador del grupo «Noigandres», origen de la poesía concreta brasileña, lo sintetizó de un modo admirable: «el poeta es un diseñador del lenguaje».

¿Qué peso tiene –de tenerlo- lo onírico en su poesía?

Creo que la palabra, ahora un tanto gastada, quiso justificar lo inconsciente, lo subrreal, lo espontáneo de la poesía. Ciertamente, las asociaciones, las analogías, el imaginario el azar tiene mucho peso en mi poesía, pero como comentó en una ocasión Pessoa: «lo que siento lo estoy pensando».  El surrealismo puro está enterrado.

¿Se lleva bien la tecnología con la poesía?

Creo que la tecnología no en enemiga de la poesía. Al contrario, auxilia su diseño y confección, proporcionándola instrumento útiles e interesantes, que estimulan la imaginación poética, multiplicando los medios para su elaboración. No contribuye a alejarnos de la poesía, sino a integrar el poema en un lenguaje actual. 

¿De qué depende que uno escoja un modo, un lenguaje clásico para expresarse o que lo rompa –el lenguaje-?

Naturalmente, es una decisión del poeta. Sin embargo, cierta confrontación con el pasado es inevitable. Si alguien hoy en día decide escribir un soneto, debe saber que muchos otros agotaron el género antes que él de muchas formas. Creo, pues, que tendrá poco éxito. Resulta más natural que busque nuevas formas de expresión poética dentro del lenguaje. La ingenuidad ayuda poco al poeta. No obstante, hay público para todo. Pound clasificaba a los poetas en inventores, maestros, seguidores de las modas, epígonos, buenos escritores sin grandes atributos y los superventas. Todos cumplen su función.  

¿El mercado, como el poder, envilece cuanto toca?

Depende. Si el artista se entrega deliberadamente al poder del mercado puede convertir su obra en rutina y disminuir su creatividad. Pero los artistas brillantes terminan entrando en el mercado, por la intensidad de su trabajo, por el interés que terminan despertando. Los más auténticos e inquietos no sacrifican su arte. Algunas veces son víctimas de empresarios o intermediarios. Sin duda, no es una situación fácil, porque, por regla general, cuantas más concesiones hace el artista más público recaba. Ya los poetas de hoy en día, sobre todo los experimentales, tienen un público muy reducido, y poco que perder por tanto. No viven de la poesía. Y eso les permite ser más audaces. 

Cubierta de Lenguaviaje¿«Tudo está dito»?

Entiendo que se refiere a mi poema de ese mismo título, un poema de lectura reversible, donde también se lee que «todo es infinito». La indeterminación es un principio de la física moderna. La luz se transmite en ondas cuya posición y velocidad no pueden ser detectadas de una sola vez, porque ahora se comportan como partícula, ahora como onda. Alargadas, las ondas se transforman en partículas, y tienen que medirse como tales, no como ondas. También la poesía, en tanto que arte, confronta, para los poetas más exigentes e inquietos, un límite, una situación abisal cada vez que completa su ciclo. Ahora los caminos parecen todos inviables. Y parece que «todo está dicho». Pero surge una solución imprevista, y todo comienza de nuevo. «Caminante, no hay camino, se hace camino al andar», escribió Machado, lema adoptado por un compositor italiano de vanguardia, Luigi Nono. Mi último poema habla de «poesía que no es poesía». En otras palabras, la poesía siempre tiene que ser redescubierta y no imitada o copiada.

¿De qué sana escribir?

Sé que escribir es saludable. Pero para ser un buen escritor se requiere talento y voluntad. Leer, compartir y emocionarse con la escritura ajena también es un placer inmenso. Como escribiera el poeta ruso Iessiênin: «No se les da a todos ser manzana para caer a los pies de los demás». Es saludable tocar el piano, pero no todos podemos ser Glenn Gould o Gershwin. Por cierto, George Gershwin, cuando era pequeño escuchaba a su hermano Ira practicar con el piano y cierto día que interrumpió sus ensayos, George comenzó a tocarlo, mostrando sus habilidades hasta entonces secretas. Ira le dijo: «Esta no es mi playa, es la playa del mocoso…» Y con el tiempo, George se convirtió en el gran pianista que todos conocemos. Ira le compuso alguna de las más bellas partituras de su repertorio. 

¿Conoce al poeta español Eduardo Scala? Creo que ambas obras tienen mucho que ver… ¿qué poetas españoles les emocionan?

Infelizmente, no lo conozco. Busqué información suya por internet, pero registré algunos datos biográficos y noticias sobre obras y exposiciones. Sé que nació en 1945, que también es ajedrecista y poco más. Creo que su obra poética comenzó a difundirse en la década de 1970. Mi contacto con la poesía experimental española se produjo en la década de 1960, diez años después del lanzamiento de la poesía concreta. Fue entonces cuando conocí a Fernando Millán y participé en una de sus antologías de poesía experimental. Con Julio Campal fui incluido en antologías y exposiciones de poesía concreta y visual, a finales de los sesenta. No puedo dejar de mencionar que tuve un gran amigo español, coautor de los libros objeto Poemóbiles, en 1974, Caixa Preta, en 1975, y Reduchamp, en 1976, compañero de muchas aventuras de la poesía tecnológica, fuera del libro. Incluso antes, en 1969, había participado en su álbum de obras tridimensionales, Objects, con mis primeros poemas inscritos en sus formas tridimensionales. Julio Plaza (1937-2003) es el nombre de este gran artista, que se mudó a Brasil en 1967, y que vivió aquí, también como catedrático universitario, dedicado al estudio de la intersemioticidad artística, hasta el final de sus días.

Pero la poesía española de todos los tiempos siempre me ha influido mucho. Puedes hacerte una buena idea de cuánto leyendo mis plaquetas recientemente editadas, Hispanos Brothers y Aura Barroca. Mis grandes ídolos, entre tantos que admiro, son Góngora, en el pasado y en el presente, Juan Ramón Jiménez, Jorge Guillén y, sobre todo, García Lorca, de quien conozco poemas enteros de memoria. Considero algunos de los versos de poesía más bellos de todos los tiempos los de su “Gacela del amor imprevisto”: «Nadie sabía que martirizabas / un colibrí de amor entre los dientes». También soy admirador de los cantaores flamencos. Los discos de Niña de los Peines y Pepe de la Matrona están entre los tesoros de mi colección musical. Por no hablar de la influencia de las artes visuales españolas...