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Bértolo (fotografía de Ana Portlnoy)

Entrevista

23 Mar 2021

Constantino Bértolo, crítico y escritor

«La única forma de salvar un libro es leerlo»

Esther Peñas / Madrid

Auriga de sellos editoriales emblemáticos, como Debate o Caballo de Troya, Constantino Bértolo (Navia de Suarma, Lugo, 1946), quien recientemente presentó su primer poemario, en gallego, O gran poema (Chan da Pólvora), reúne algunas de las lecturas que ayudaron a abrir el cauce en nuestra literatura reciente gracias al delirio que supusieron: el mundo rural, la Guerra Civil y su omnívoro reflujo, la resistencia antifranquista, la mujer y su espacio, o la Transición son algunos de los asuntos que habitan estos títulos:¿Quienes somos? 55 libros de la literatura española del siglo XX (Periférica). 

¿Cuánto de nosotros lo conforman las lecturas que hemos tenido?

Creo que eso depende mucho del sueldo, del patrimonio y del tiempo libre del que gocemos. Con baremos de clase media y en atención a las estadísticas de la Dirección General del Libro, diría que un 20% en las mujeres y un 15% en varones.

¿Hasta qué punto un libro puede cambiar la vida de quien lo lee?

Según el momento en que ese «encuentro» se produzca. En la adolescencia una lectura puede tener mucho influjo, después, a medida que se incrementa el peso de la realidad sobre cada uno, esa posibilidad va disminuyendo. A partir de los cincuenta es raro que un libro “descubra” la oportunidad de un nuevo horizonte.

Sin ánimo de ser impertinente, leyendo sus propuestas, impecables, incontestables, y echando un vistazo a los libros más vendidos (y supuestamente literarios) uno (yo, al menos), pienso que la mayor parte es un simulacro, cuando no una estafa manifiesta. ¿La gran literatura está más escondida que antes, por formular de un modo elegante la pregunta?

Sinceramente yo no sé qué es eso de la gran literatura. Sí sé, porque para mi trabajo como crítico y editor necesitaba saberlo, qué es lo que en cada momento histórico los que tiene el poder de definir eso piensan. En estos momentos, por ejemplo, Arturo Pérez Reverte está en la Real Academia de la Lengua. Las aduanas entre lo que se venía llamando “gran literatura” y literatura comercial andan muy desmoronadas.

A su juicio, ¿cuál sería el gran tema de la literatura española del XX?

Diría que el cómodo pesimismo, el escepticismo como mecanismo ideológico para poder estar en misa y repicando.

¿De qué modo puede reconocerse (si es que hay pautas, si es que se puede) reconocer un buen libro?

Entendiendo que para mí un buen libro es aquel que responde lo que en cada momento de mi vida me interesa, podría considerar como buen libro aquel que durante su lectura me libra del «ruido semántico hegemónico», es decir, cuando me pone en silencio la cabeza

¿En qué se diferencia una obra maestra de un buen libro?

Supongo que en la cantidad y relevancia social de quienes en cada momento histórico afirman o han afirmado que un libro sea una cosa u otra. El tiempo, dicen, pone a cada uno en su sitio, pero conviene no olvidar quiénes son «los dueños» del tiempo porque haberlos, haylos.

¿Cuál es el libro que más le ha marcado?

No sé muy bien, el que más daño me hizo fue el Así habló Zaratustra, de Nietzsche, me hizo pensar que era muy inteligente y me costó bastantes años quitarme esa superstición de encima.

Hay títulos en esta lista sobradamente conocidos y otros espléndidos (pienso en Nosotros, los Rivero) que apenas si tuvieron recorrido entre los lectores. ¿Cuánto de azar hay en esto?

Actúan muchos factores, desde el prestigio o el poder de la editorial donde se publica, al capital simbólico que cada libro trasmite o a su habilidad para halagar la sensibilidad dominante o evitar los prejuicios literarios de la época.

Entre ese «toda representación es mentira» que articula el texto sobre María Zambrano, y el cuento de M. Yourcenar, Así se salvó Waon Fo, que defiende que la representación es siempre más bella que la realidad, ¿dónde colocamos el justo medio?

Yo suelo decidirme por una buena copa de vino.

¿No salvamos nada, ni siquiera Nivola, de Unamuno (ya que ha incluido sus compañeros de tregua, Baroja, Azorín, Machado)? 

En el libro, oculto pero presente, hay un libro 56; ahí cada uno puede «salvar» el libro que piense cumple con el criterio de selección que en el libro se propone. Ahora bien, la única forma de salvar un libro es leerlo.