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Cubierta de eYa e imagen de Sánchez-Chiquito

Entrevista

25 Mar 2021

Luis Miguel Sánchez Chiquito, poeta

«Todo cabe en la mujer, decir mujer es decir posibilidad»

Esther Peñas / Madrid

eYa (Nuevos Ekkos). Con este extraño título Luis Miguel Sánchez Chiquito (Madrid, 1975) ha enramado un poemario en el que enciendo la tea junto a esta consonante que simboliza lo femenino. La mujer. En una especie de letanía postmoderna, compone un poemario de una fuerza arbolea, de savia combativa y agreste. 

¿Qué tiene la Y que la distingue de la X?

Diría que la Y no goza de la encrucijada. Quiero decir: la X permite más opciones. Más caminos desde un mismo punto de partida. Todos posibles. Todos abiertos. Todos en constante retorno. 

El conflicto siempre está en la Y, que sufre envites y apreturas en el cuello de botella. Y claro, sólo aquí, la fuerza física se impone.

¿Qué lleva a un hombre a movilizarse y empuñar la palabra para reivindicar a la mujer?

Sinceramente, en estos tiempos que vivimos, no se me ocurre otra forma mejor de ser un ciudadano crítico, de disentir, de intentar hacer visible una injusticia. 

La poesía, al contrario que la política, es ese lugar que permite abrir las ventanas y puertas para que entre aire fresco, reiniciar la vida y cuestionarla cada mañana. En mi opinión, en la sociedad actual, el verbo dudar es el gran olvidado. Hölderlin dijo: “la poesía es la más inocente de todas las ocupaciones”. Para mí, las palabras inocencia, duda, poesía y utopía, son y me dicen lo mismo.

¿Cuál es la palabra más femenina y cuál la más masculina, a tu juicio?

Sabemos que el lenguaje es insuficiente. Una mera convención. 

No sería capaz de limitar con palabras nada. Hacerlo sería muy injusto para las cosas y para nosotros. El propio poemario eYa es incompleto, apenas un fragmento, para todo lo que esconde la existencia o la realidad que nos rodea.

«Lo importante no es que nazcas sino que traigas vida». ¿Es la maternidad lo que ha justificado a lo largo de los siglos a la mujer?

Es posible que en muchas épocas, y da escalofríos decirlo, es lo que la haya mantenido con vida. En la actualidad, para ser mujer ya no es necesario. La gran mayoría ya deciden por sí mismas, sin las viejas tutelas. Esta conquista es imparable, por fortuna. Todo cabe en la mujer, decir mujer es decir posibilidad.

«Y dicen parir como si fuera su boca». ¿Cómo es posible que a día de hoy, en sociedades modernas y avanzadas como la nuestra todavía quede tanto por hacer?

Modernas y avanzadas en lo tecnológico. Está claro que algo se ha hecho regular. Se ha descuidado el humanismo, la educación, la solidaridad. Pero también es evidente que este sistema está en crisis. 

La ansiada igualdad va más lenta de lo que nos gustaría, pero ya queda menos para ese día en el que aquellos que pretendían mantener el sistema llamado patriarcal figuren para siempre en el trastero de los museos.

Pensando, por ejemplo, en lo que ocurrió con los murales de Alcalá de Henares y Ciudad Lineal, ¿Crees que está habiendo una involución en este terreno, en el de la lucha feminista?

Son los condenables métodos de ese sistema que ya no se siente tan cómodo ante el empuje, desordenado, sí, a veces también errático, pero necesarios, del feminismo que combate en muchos frentes.

Haría una reflexión profunda sobre los referentes que tienen hoy en día los adolescentes. Es urgente tener una mejor formación, recuperar y hacer atractiva, o con un enfoque más dinámico, a la filosofía, y las humanidades. Necesitamos más personas y menos tecnócratas. Sería interesante volver a preguntarnos qué somos, y no para qué servimos; habría que relegar esa funcionalidad que nos reduce.

«Y dicen decadente a tu rebeldía». ¿Cómo luchan las mujeres?

En mi opinión, disociadas. Todos los caminos son válidos y no deberían ser excluyentes entre sí. Para luchar contra un dogma secular, es un error que se formule otro. Sin embargo, observo que desde el sistema se pone el foco en los movimientos más visibles, más mediáticos, pero, sin percatarse de que se «les está colando», por fortuna, otros movimientos, más discretos, de menos ruido, y que están consiguiendo poco a poco el objetivo. Pero insisto, todas las opciones y caminos son necesarios, porque mientras unas mantienen distraído al sistema, otras, consiguen superar las barreras, en nombre de todas.

«Y menstruas como trofeo». ¿Crees, como aseguran algunas teorías, que la mujer queda del lado de la luna, de la naturaleza, de la sangre?

Son teorías. Interpretaciones. Pero cada vez más se sabe que la mujer, si se lo propone, es luna, es naturaleza, es, también, sangre.

¿Cómo sería un mundo cuyas esferas de poder estuvieran regidas por la mujer?

Creo que sería un mundo más consciente de la fugacidad de la vida, de aprovechar el momento, de que estamos de paso, menos belicista. Más sensible, más reflexivo. Sería un mundo de respeto, de mesas redondas, siempre redondas, donde habría una o varias sillas disponibles para los hombres, para hablar junto a ellas, sin límite de tiempo, y sin exclusión de temas a debatir. 

Sería un mundo que escucha.

El 3% de los beneficios del libro se destinarán a causas sociales, ¿cuáles y por qué has tomado esta decisión?

Dadas las circunstancias y limitaciones que ha provocado el Covid-19, aún no hemos tenido oportunidad de hacerlo presencialmente. Pero eYa siempre estará en la lucha por la igualdad de la mujer, allá donde la reclamen y en la forma que se necesite. Suena pretencioso, pero mi mayor beneficio y logro sería que este libro estuviera en seminarios, clases de secundaria, disponible a todos los niveles cuando se debatiese sobre la igualdad.

Esta causa tan noble y honesta, parece que se desluce si interviene el dinero. Sin embargo, aún hoy, es el medio que permite concretar muchos anhelos y sueños.

¿Cuáles son tus poetas de cabecera?

Son varios, pero sin duda, José Ángel Valente, Antonio Gamoneda, Luis Luna, Alberto Cubero, Carmen Crespo, Pilar Fraile Amador… Aunque debo reconocer que sin ser poeta, Picasso, como artista, como pintor, es una fuente inagotable de inspiración y de motivación. En sus cuadros encuentro muchas de las palabras que el diccionario no me permite.