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Hernández de Cos

Coronavirus

18 Mayo 2020

Destaca que la política fiscal debe estar “en primera línea” para hacer frente a la crisis

El Banco de España advierte de que la respuesta europea al Covid-19 es “insuficiente”

Servimedia / Madrid

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, advirtió este lunes que la respuesta que hasta ahora ha dado la zona euro a la crisis del Covid-19 “es insuficiente”, y destacó que la política fiscal “debe ser la primera línea de defensa” para paliar los efectos de la crisis en las rentas de los hogares.

Así lo indicó durante su comparecencia en la Comisión de Asuntos Económicos y Transformación Digital del Congreso de los Diputados, en la que aseguró que el Banco Central Europeo “debe actuar para eliminar la posibilidad de episodios de fragmentación en la zona euro como los vividos en épocas pasadas”.

Sobre la importancia de la política fiscal, Hernández de Cos señaló que “desde el punto de vista de la equidad, parece razonable repartir entre el conjunto de la sociedad los costes que una parte de la ciudadanía ya está soportando de una forma muy directa” y que “en este sentido, solo la política fiscal cuenta con los instrumentos adecuados para lograr esos objetivos con acciones inmediatas, focalizadas y que se acomoden a una duración incierta y heterogénea”.

Durante su intervención, el gobernador explicó que la crisis del coronavirus supone una “situación inédita” caracterizada por “una magnitud de la perturbación elevadísima” con “los retrocesos del PIB más abultados en tiempos de paz”; por el carácter temporal del factor causante de la crisis; y por su globalidad.

Sobre este carácter global, señaló que implica que “la recuperación también depende de la de los socios comerciales” y, por tanto, debe ser “coordinada a escala internacional”. Además, advirtió que, debido al distinto impacto de la pandemia en cada país o región, la recuperación será “heterogénea”, lo que puede retrasarla, y alertó de que “nada sería peor que recurrir a medidas proteccionistas”.

PROYECTO EUROPEO

Por ello, resaltó la importancia de en la zona euro haya una acción coordinada “más allá de la política monetaria” y, por tanto, la necesidad de “reforzar la solidaridad del proyecto europeo”.

En cuanto a la política monetaria, el gobernador subrayó que “las políticas micro y macroprudencial del sistema financiero deben actuar para garantizar un adecuado flujo de crédito a la economía y, a la vez, preservar la estabilidad financiera del sistema”. “Se trata de lograr que las entidades financieras sigan haciendo llegar el crédito a las familias y a las empresas en esta situación de crisis y de evitar que el incremento del riesgo de crédito, de mercado y operativo derivado del fuerte deterioro de la actividad acabe generando problemas de estabilidad financiera”, agregó.

Para Hernández de Cos, “los elementos necesarios para una respuesta europea adecuada a esta crisis coinciden, en gran medida, con los que eran ya imprescindibles antes del Covid-19 para completar la arquitectura institucional del área del euro”.

En este sentido, mencionó “la creación de un mecanismo de mutualización de recursos presupuestarios potente que, en el contexto de la actual crisis, facilite la financiación del gasto público”; la finalización de la unión bancaria, con la puesta en marcha de un fondo de garantía de depósitos europeo, y “el desarrollo pleno del proyecto para alcanzar una verdadera unión del mercado de capitales europea”. “En este ámbito concreto de la actuación conjunta europea existe claramente margen para potenciar la respuesta a la crisis proporcionada hasta ahora”, afirmó.

CONSOLIDACIÓN PRESUPUESTARIA

Al mismo tiempo, el máximo representante de la autoridad supervisora advirtió que “la actual terapia de choque no está exenta de efectos secundarios adversos, que son especialmente visibles en el fuerte aumento del endeudamiento público”, por lo que indicó que “un mayor impulso presupuestario en la actualidad debe venir de la mano de una estrategia clara de saneamiento de las cuentas públicas”, siendo esto “particularmente necesario” en países como España que parten “de unos niveles elevados de endeudamiento público y déficit estructural”.

Para ello, el gobernador recomendó que “una vez se supere este episodio y sus efectos económicos” debería adoptarse un programa de “revisión del gasto y de la estructura y capacidad impositivas” y “un programa de reformas estructurales que eleven la capacidad de crecimiento económico y, por tanto, amplíen las bases impositivas necesarias para financiar el nivel deseado de gasto”.

“En el corto plazo, no cabe una retirada prematura de las medidas fiscales de emergencia, pues esto aumentaría el riesgo de que el crecimiento económico sufriera daños más duraderos”, afirmó Hernández de Cos, para acto seguido añadir que “sin embargo, la contrapartida necesaria de este activismo fiscal es el anuncio temprano de una estrategia de reducción de los desequilibrios fiscales para su implementación posterior, que necesariamente deberá ser gradual”. “Una definición temprana de esta estrategia tendría importantes beneficios para la credibilidad de nuestra política económica y permitiría potenciar los efectos expansivos de las actuaciones fiscales actuales”, apuntó, por lo que reclamó “un acuerdo político acorde a la magnitud del reto”.

IMPACTO EN ESPAÑA

Sobre el impacto económico específico de la pandemia en España, el gobernador destacó que “algunas características de nuestra economía hacen que esta sea más vulnerable que las de otros países a la perturbación a la que nos enfrentamos, como la especialización sectorial de nuestro tejido productivo, el reducido tamaño medio de las empresas y el elevado grado de temporalidad en el empleo”.

Así, subrayó el gran impacto de la crisis en el sector turístico, de gran importancia para la economía española, y señaló que “en conjunto, las ramas de actividad más afectadas por la pandemia representan, en el caso español, alrededor del 25% del PIB, e incluyen la hostelería, el transporte y el comercio minorista, por las limitaciones al movimiento de las personas y la suspensión de su actividad, así como otras, como la industria automovilística, por el parón de la demanda y la interrupción de las cadenas globales de suministro”.

En segundo lugar, recordó que “España se caracteriza por un peso de las pymes comparativamente más elevado que en la mayoría de las economías del área del euro”, ya que el 90% de las empresas tienen menos de diez trabajadores, frente al 75% de Alemania. “El reducido tamaño medio de las sociedades no financieras sitúa al tejido productivo español en una posición de mayor vulnerabilidad frente a la pérdida de ingresos como consecuencia de la crisis del Covid-19”, declaró.

Por todo ello, aunque reconoció la dificultad de realizar previsiones macroeconómicas en las circunstancias actuales, indicó que, según las estimaciones del Banco de España, el PIB de la economía española caerá entre un 9,5% y un 12,4% en 2020 y crecerá entre un 6,1% y un 8,5% en 2021. Este escenario, continuó, “permite estimar que el coste presupuestario de la crisis será muy alto”, de forma que la radio de deuda pública sobre el PIB se situará alrededor del 115%, aunque, en un escenario aún más adverso podría alcanzar el 120%.

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