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Esperanza de vida

Política social

24 Mayo 2019

Así lo adviertes los investigadores

En cuarenta años habrá menos de 1,5 trabajadores por jubilado en Europa

Servimedia / Madrid

Investigadores de la Deusto Business School y el Servicio de Estudios de Mapfre alertaron este jueves del reto demográfico al que se enfrenta Europa, región en la que se espera que haya menos de 1,5 personas en edad de trabajar por cada jubilado en sólo 40 años.

“El envejecimiento de la población, derivado de la reducción de las tasas de fertilidad y el aumento de la esperanza de vida, supone una transición demográfica que afectará de manera estructural a la economía de manera global en el medio y largo plazo”, explicaron los autores del estudio.

Su trabajo ofrece un análisis de los efectos macroeconómicos de una pirámide regresiva y su impacto en las áreas de la vida social vinculadas a las pensiones y la salud pública. Además, ofrece distintas consideraciones en relación a las políticas públicas para poder hacer frente a estos desafíos.

“El crecimiento exponencial de la población jubilada podría estar detrás de tres grandes tendencias actuales: la creciente interdependencia financiera, el estancamiento secular y el aumento de la desigualdad económica”, explicaron. Y es que, actualmente, más del 25% de la población mundial es mayor de 60 años, mientras que la edad media se acerca a los 40.

En las proyecciones a 40 años, es decir, para 2059, en el Sur de Europa y Europa Occidental habrá un ratio por debajo de 1,5 personas en edad de trabajar por cada jubilado.

Según el informe, en Europa, Australia y América del Norte el ratio presenta en la actualidad valores por debajo de cuatro personas en edad de trabajar por cada persona que alcanza la edad de jubilación.

En este sentido, los investigadores consideran que el cambio demográfico incrementará la ratio de dependencia adulta, con una “reducción importante de la fuerza de trabajo”. Y es que “el fenómeno que se experimenta en la actualidad debe ser entendido como una suerte de agotamiento del dividendo demográfico que, transitoriamente, supuso un impulso al crecimiento económico”, añadieron.

Por tanto, el estudio alerta de que las economías desarrolladas afrontan décadas de menor consumo por el envejecimiento, así como que la transición demográfica añadirá presión sobre las cuentas públicas para mantener una cobertura sanitaria adecuada.