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Campo de cereales

Cambio climático

5 Abr 2021

"Los cereales, que se utiliza principalmente para la alimentación animal, es el cultivo más afectado"

La pérdida de cultivos se triplica en Europa por sequías y olas de calor en medio siglo

Redacción / Madrid

Las sequías y las olas de calor han triplicado las pérdidas de cultivos en Europa durante los últimos cincuenta años, y los desastres climáticos extremos pueden poner en peligro el suministro nacional de alimentos y perturbar los mercados de materias primas. Así se explica en un estudio elaborado por cuatro investigadores pertenecientes a instituciones de Alemania, Estados Unidos y Portugal, que ha sido publicado en la revista 'Environmental Research Letters'.

La UE es uno de los mayores productores y exportadores de alimentos del mundo. Los cultivos son susceptibles de sufrir episodios climáticos extremos, muchos de los cuales son cada vez más frecuentes e intensos debido al cambio climático. Por ejemplo, la ola de calor y la sequía de 2018 en Europa causó un descenso de un 8% en la producción de cereales, en comparación con los cinco años anteriores.

Un nuevo estudio analiza el impacto de los fenómenos climáticos extremos en los cultivos en Europa entre 1961 y 2018 gracias a registros históricos. Uno de sus hallazgos es que la gravedad de los impactos combinados de olas de calor y sequías en la producción agrícola se ha triplicado en cinco décadas, al pasar de un 2,2% de pérdida entre 1964 y 1990 a un 7,3% entre 1991 y 2015.

Las sequías han reducido un 9% la producción de cereales, que representa el 65% de las tierras de cultivo en Europa, mientras que las olas de calor lo hicieron un 7%.

Los rendimientos de los cereales fueron los más afectados por las sequías y las olas de calor en Europa del este durante el periodo analizado, con disminuciones relativas de un 12,8% en trigo, maíz y otros cereales, mientras que cayeron un 6,6% en Europa central y un 6,9% en el Mediterráneo.

Las mayores pérdidas de producción (superiores a un 8%) debidas a sequías y olas de calor se encuentran en cereales (por ejemplo, trigo, cebada, maíz), cultivos oleaginosos y azucareros.

Los resultados del estudio sugieren que las sequías se están volviendo significativamente más severas con el tiempo. De media, cada año con sequía disminuye la producción de cereales de la UE en un 3%.

Además, se ha producido un aumento anual en la frecuencia de sequías, olas de calor, inundaciones y olas de frío en Europa. El número de sequías y olas de calor aumentó de 13 entre 1964 y 1990 a 62 entre 1991 y 2015. De manera similar, hubo 38 inundaciones y 4 olas de frío durante el primer periodo, y 103 y 56 en el segundo, respectivamente.

"USO INTELIGENTE" DEL AGUA

Teresa Brás, investigadora del Centro de Investigación Medioambiental y de Sostenibilidad de la Escuela Nova de Ciencia y Tecnología de Lisboa (Portugal), y principal autora del estudio, indica que el trabajo es "un diagnóstico a macroescala de las categorías de cultivos que son más resistentes a los desastres climáticos extremos en el ámbito europeo y en todas sus regiones bioclimáticas, lo que permite informar (y potencialmente revisar) las intervenciones de adaptación y gestión del riesgo de desastres relevantes para las políticas agrícolas y comerciales".

"Los cereales, un producto básico que ocupa casi el 65% de la superficie de cultivo de la UE y que se utiliza principalmente para la alimentación animal, es el cultivo más afectado", sentencia Brás, que añade: "A pesar de que el rendimiento de los cultivos europeos ha aumentado en casi un 150% entre 1964-1990 y 1991-2015, hemos encontrado un patrón sólido de impactos más severos debido a las sequías y olas de calor en el periodo más reciente en los tipos de cultivos individuales".

Por su parte, Jonas Jägermeyr, investigador del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA, el Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia (Estados Unidos) y el Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático (Alemania), y uno de los autores del estudio, añade: "No fue una gran sorpresa encontrar un aumento en el número de catástrofes por olas de calor y sequías, teniendo en cuenta que el capital en riesgo se ha ampliado, lo que ha llevado a que se reporten eventos con mayor frecuencia. Pero no sabíamos que las repercusiones de los últimos acontecimientos en la agricultura serían mucho más graves".

"El aumento de la gravedad de los impactos de las sequías y las olas de calor en la producción de alimentos requiere una nueva mirada a las especies alimentarias más resistentes al clima, mientras que el uso inteligente del agua en la agricultura debe convertirse en la corriente principal", concluye Júlia Seixas, investigadora del Centro de Investigación Medioambiental y de Sostenibilidad de la Escuela Nova de Ciencia y Tecnología de Lisboa (Portugal).