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Cruz Roja

Salud

17 Dic 2020

ONG alertan de que la pandemia ha “criminalizado” la labor humanitaria y a los pobres

Casi 168 millones de personas necesitarán ayuda humanitaria por el coronavirus, la cifra más elevada en décadas

Redacción / Madrid

El Instituto de Estudios sobre Conflictos y Ayuda Humanitaria (Iecah) y Médicos Sin Fronteras (MSF) han alertado de que casi 168 millones de personas necesitarán ayuda humanitaria, la cifra más elevada en décadas y en un momento en que los fondos de acción internacional disminuyeron un total de 1.600 millones de dólares en 2019.

El número de países que sufren crisis prolongadas ha aumentado de 13 en 2005 a 31 en 2019, mientras que una de las consecuencias del coronavirus es que en 2020 casi 168 millones de personas necesitarán asistencia humanitaria y protección, según el informe ‘La acción humanitaria en 2019-2020: una agenda condicionada por la pandemia’.

Con todo esto, la financiación internacional destinada a la acción humanitaria disminuyó en 2019 por primera vez desde el año 2012. Durante 2019, los fondos de acción humanitaria internacional, incluyendo la suma de los fondos públicos y las donaciones privadas, disminuyeron en 1.600 millones de dólares hasta los 29.600 millones de dólares, según las ONG. Yemen y Siria fueron los dos principales receptores de fondos humanitarios.

Asimismo, tanto MSF como Iecah señalaron que la pandemia está “criminalizando” a las organizaciones humanitarias y a las poblaciones vulnerables, todo ello en un momento en el que baja la financiación humanitaria internacional y crecen las necesidades de asistencia y protección.

“La pandemia ha servido como elemento catalizador para la criminalización de las organizaciones humanitarias'', alertó Raquel González, responsable de Relaciones Externas de Médicos Sin Fronteras durante la presentación del informe ‘La acción humanitaria en 2019-2020: una agenda condicionada por la pandemia’.

Según este informe, elaborado por Iecah y MSF, el coronavirus ha condicionado una agenda marcada por las crisis, que son “cada vez más complejas y duraderas”. En la actualidad, más de mil millones de personas, el 16% de la población mundial, viven en países que las sufren.

Además, “la Covid-19 ha traído consigo un aumento en las necesidades de salud”, por lo que “nos preocupan aquellas enfermedades que tienen un impacto dramático en la mortalidad de la población, con suspensiones, entre otras cosas, de campañas de vacunación", dijo González.

''Lo más importante de este año es que se ha producido un cierto retroceso en la asistencia humanitaria internacional'', señaló por su parte Francisco Rey, codirector de Iecah. Su compañero Jesús A. Núñez añadió por su parte que “cuando aumentan las necesidades humanas, disminuyen los recursos disponibles para cubrir esas necesidades”.

Y es que, como recoge el informe, la pandemia ha golpeado en un momento de retroceso en la financiación humanitaria internacional y crecimiento de las necesidades de asistencia y protección, afectando gravemente a la movilidad de “muchas poblaciones atrapadas en complejas situaciones que amenazan aún más sus derechos”.

Ya a finales de 2019, un total de 79,5 millones de personas se encontraban en situación de desplazamiento forzado, un 12,28% más que tan solo un año antes y un 93,9% más que a finales de 2010. Además, 34 conflictos armados seguían activos -el mismo número que en 2018- y había 94 “escenarios de tensión” a nivel mundial.

Desde MSF agregaron la pandemia también “ha aumentado la criminalización de las poblaciones. Lo hemos visto en Europa con la restricción y bloqueo absoluto en el Mediterráneo o con la imposición de medidas muy restrictivas en los campos de refugiados de las islas griegas”, dijo González.

Y es que “la desigualdad se ceba con las personas más pobres, las más vulnerables”, y eso que “muchas de las personas a las que tratábamos ya estaban en una situación muy precaria que ha empeorado aún más".

En este sentido, Iecah y MSF concluyeron que el coronavirus y la crisis sanitaria, social y económica que ha desatado va a “condicionar todo el quehacer humanitario en los próximos años”.

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