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Plástico en el océano

Medio ambiente

4 Dic 2019

Greenpeace exige una respuesta política global frente al "colapso de los océanos"

Dos tercios de los ecosistemas marinos están afectados por la crisis climática o la sobrepesca

Servimedia / Madrid

Dos terceras partes de los ecosistemas marinos ya se han visto afectados por la acción humana a través del cambio climático y la sobrepesca, lo que tiene graves implicaciones para la biodiversidad y la humanidad, por lo que es necesario una respuesta global urgente en los próximos doce meses frente al "colapso de los océanos".

Greenpeace hace estas consideraciones en el informe 'La crisis climática y la necesidad urgente de protección de los océanos', dado a conocer este miércoles coincidiendo con la Cumbre del Clima de Madrid, conocida también como COP25.

El informe revela que el colapso del mar debido al uso de combustibles fósiles se está produciendo a "una velocidad vertiginosa y a gran escala", ya que altera la estructura y las funciones de los ecosistemas, y provoca el calentamiento del agua, el aumento del nivel del mar y la acidificación y la desoxigenación del océano. La vida de entre 100 y 300 millones de personas podría verse amenazada si la crisis de los océanos continúa a este ritmo.

"Los impactos más visibles del cambio climático comienzan y terminan en el mar: la subida del nivel del mar por el deshielo de los glaciares o las olas de calor marinas están provocando cambios en los ecosistemas costeros, un círculo vicioso que está causando profundas alteraciones", señaló Pilar Marcos, responsable de la campaña de Océanos de Greenpeace.

Según el informe, los impactos derivados, que aún se están investigando, serán en cualquier caso generalizados y de profundo calado. A lo largo del próximo siglo, el aumento del nivel del mar desfigurará las costas de numerosos países, lo que puede llegar a triplicar la estimación de la cantidad de personas amenazadas. Casi tres cuartas partes de las comunidades más vulnerables se hallan en ocho países asiáticos, sobre todo en China.

Hasta la fecha, dos tercios de los ecosistemas marinos ya se han visto afectados por la acción humana. Las extensiones de praderas marinas han ido menguando a un ritmo de más de un 10% por década entre 1970 y 2000, mientras que la presencia de corales vivos en los arrecifes se ha reducido casi a la mitad en los últimos 150 años, con un drástico declive registrado los últimos 20 años. Los océanos son los mayores sumideros de carbono de la Tierra.

Además del cambio climático, la sobrepesca y las prácticas pesqueras ilegales son otra de las principales causas de la destrucción de la vida marina, según Greenpeace. No en vano, un 33% de las poblaciones de peces ya estaba siendo sobreexplotado hasta niveles insostenibles y un 60% había alcanzado su límite de explotación en 2015.

"El océano no es algo que sucede ‘por allí’: es un medio de vida para muchas personas, es la seguridad alimentaria para millones más y es el oxígeno que cada una de nosotras respiramos en este planeta azul", indicó Tatiana Nuño, responsable de la campaña de Cambio Climático de Greenpeace, que sigue las negociaciones dentro de la COP25.

2020, EL AÑO DEFINITIVO

El informe insta a la acción coordinada de los gobiernos aprovechando algunos momentos clave que van a tener lugar en 2020 y que constituyen una "ventana de oportunidad única" para abordar el colapso climático, la pérdida de biodiversidad y la protección de los océanos a escala mundial.

En concreto, la organización ecologista pide a los gobiernos más ambición con sus objetivos nacionales para que sus emisiones de gases de efecto invernadero se reduzcan a la mitad en 2030 en la Cumbre del Clima de Madrid y en la del año que viene en Glasgow (Reino Unido), la aprobación de un Tratado Global de los Océanos en la ONU para finales de 2020 y el compromiso de proteger un 30% de los océanos a través de una red de santuarios marinos en la Cumbre del Convenio sobre la Diversidad Biológica, que se celebrará el próximo mes de octubre.

Según Greenpeace, esta red ayudaría a los ecosistemas marinos a ser más resilientes y resistir mejor los cambios rápidos, así como a mitigar la crisis climática al salvaguardar la capacidad de los océanos de almacenar carbono.

El informe señala que los ecosistemas oceánicos se encuentran en la primera línea de los impactos climáticos y recomienda a los gobiernos las áreas prioritarias para ser protegidas: los dos polos del Ártico y la Antártida; algunas zonas críticas para ballenas, arrecifes de coral, manglares y praderas marinas; el mar de los Sargazos; la zona mesopelágica, y el océano profundo, que debe permanecer fuera de los límites de la emergente industria minera de fondos marinos.

El estudio ve la luz al mismo tiempo que Nápoles (Italia) acoge la Conferencia de las Partes de la Convención del Mediterráneo de Barcelona, donde Greenpeace ha puesto en marcha una estación costera para monitorear el aumento de las temperaturas en ese mar, un punto crítico para los impactos climáticos.