“A partir de ahora, esperamos la asignación de un puerto seguro para su desembarco”, precisó la organización, que recordó que los únicos puertos seguros y cercanos son los italianos y malteses y que, “según la propia Unión Europea, en palabras de su portavoz Mina Andreeva, Libia no es un lugar seguro”.

A este respecto, puntualizó que, en cumplimiento de la legislación internacional, el capitán del Aita Mari “tiene el derecho a navegar la menor distancia posible”.

Para la ONG, el Mediterráneo “sigue siendo la peor frontera del mundo para las personas migrantes” y, en este sentido, subrayó que, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en 2019 fallecieron 1.885 personas mientras intentaban cruzar el mar.

SMH reclamó que sean las autoridades europeas “las que se responsabilicen de mantener un dispositivo de salvamento en esta zona”. “No pueden seguir descargando esta responsabilidad en un estado fallido como es Libia”, espetó, al tiempo que consideró “probado” que este país “no tiene capacidad para gestionar un cuerpo de guardacostas ni de responder con los estándares exigidos a las operaciones de rescate”.