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Salud

3 Dic 2020

Ningún país es inmune a los riesgos de salud por el cambio climático

El calor eleva un 54% las muertes de personas mayores en el mundo en dos décadas

Servimedia / Madrid

Las muertes relacionadas con el calor en personas mayores han aumentado un 54% en las dos últimas décadas y ningún país del mundo, sea pobre o rico, es inmune a las repercusiones que tiene sobre la salud el cambio climático. Salvo que se actúe con urgencia, la crisis climática amenazará a la salud global cada vez más, trastornará la vida y el sustento de muchos, y sobrecargará los sistemas sanitarios, según se desprende del quinto informe anual de 'The Lancet Countdown sobre Salud y Cambio Climático', publicado este jueves en la revista 'The Lancet'.

El informe, dirigido por la University College de Londres (Reino Unido), firmado por 120 académicos y médicos de más de 35 instituciones, entre ellas la OMS (Organización Mundial de la Salud) y el Banco Mundial, hace un seguimiento de más de 40 indicadores de vínculos entre la salud y el cambio climático, y presenta el panorama más preocupante hasta la fecha al empeorar las tendencias clave.

Los autores afirman que la recuperación de la Covid-19 supone un momento clave para actuar en el campo del cambio climático. "La pandemia nos ha demostrado que cuando la salud se ve amenazada a escala global, nuestras economías y modos de vida pueden llegar a paralizarse”, comenta Ian Hamilton, director ejecutivo de 'The Lancet Countdown'.

Hamilton añade al respecto: "Las amenazas a la salud humana se están multiplicando e intensificando debido al cambio climático y, a no ser que cambiemos de rumbo, nuestros sistemas sanitarios corren el riesgo de verse desbordados en el futuro. Los devastadores incendios forestales en Estados Unidos de este año y los huracanes y tormentas tropicales en el Caribe y el Pacífico, coincidiendo con la pandemia, han ilustrado de manera trágica el hecho de que el mundo no puede permitirse el lujo de enfrentarse a las crisis de una en una”.

El informe muestra que en las dos últimas décadas ha aumentado un 54% las muertes relacionadas con el calor en personas mayores, y alude a los crecientes niveles de mortalidad relacionada con el calor entre las personas vulnerables de todas las partes del mundo, con 296.000 vidas perdidas en 2018.

REPERCUSIONES SANITARIAS

Tanto en islas pequeñas como en grandes ciudades, pueden surgir en el futuro repercusiones en la salud relacionadas con el clima, debido a las dificultades a la hora de anticipar los impactos del calor extremo y encontrar formas exitosas de adaptación.

El impacto de todo ello incluye niveles crecientes de mortalidad relacionados con el calor en personas vulnerables de todo del mundo, lo cual costó 296.000 vidas de personas mayores en 2018.

Los modos de subsistencia también corren peligro, ya que el calor afecta cada vez a más al trabajo al aire libre en regiones en desarrollo, con implicaciones económicas importantes. El año pasado se sufrió una pérdida de productividad continuada: India alcanzó un 40% del total de los 302 billones de horas laborables perdidas.

El calor y la sequía también provocan aumentos drásticos en la exposición a incendios forestales, lo que da lugar a quemaduras, daños cardíacos y pulmonares por el humo, y el desplazamiento de comunidades.

Unos 128 países han sufrido un aumento en la exposición de la población a incendios forestales desde principios de la década de 2000. Para finales de siglo, el aumento previsto del nivel del mar podría provocar el traslado de hasta 565 millones de personas, exponiéndoles a una amplia gama de daños para la salud.

"El cambio climático abre una cruel brecha que aumenta las desigualdades sanitarias existentes entre y dentro de los países. Nuestro informe muestra que, al igual que en el caso de Covid-19, las personas mayores son particularmente vulnerables, y aquellos con una gama de condiciones preexistentes, incluyendo asma y diabetes, sufren riesgos aún mayores", apunta Hugh Montgomery, copresidente de 'The Lancet Countdown' y médico de cuidados intensivos.

Nuevos datos del informe subrayan que la capacidad sanitaria para gestionar estos impactos futuros todavía no es suficiente, a pesar de las mejoras. Sólo la mitad de los países encuestados ha redactado planes nacionales de salud y clima, y entre ellos solamente cuatro presentan una financiación nacional suficiente, y menos de la mitad ha llevado a cabo evaluaciones sanitarias de vulnerabilidad y adaptación. Mientras tanto, un porcentaje elevado de las ciudades encuestadas en todo el mundo (dos terceras partes) prevé que el cambio climático va a poner en serio peligro la infraestructura sanitaria pública.

"La pandemia Covid-19 pone en el punto de mira la capacidad actual de los sistemas sanitarios -tanto a nivel nacional como global- de sobrellevar el tipo de impactos futuros en la salud que el cambio climático podría generar. Las llamas, las inundaciones y el hambre no respetan fronteras nacionales ni cuentas bancarias: la riqueza de una nación no ofrece protección ninguna contra los impactos que incluso un 1,2ºC de aumento medio de temperatura global puede causar en la salud”, añade Montgomery.

CRISIS CONVERGENTES

Un editorial de la publicación 'The Lancet' afirma, junto a los puntos a destacar del nuevo informe, que el cambio climático y el riesgo de pandemia zoonótica comparten impulsores en común que los entrelazan de forma inseparable, hasta el punto de que pueden ser gestionados conjuntamente.

El cambio climático y sus impulsores dañan el medio ambiente a través de la urbanización, la agricultura intensiva y los sistemas alimentarios insostenibles, así como el transporte aéreo, el turismo, el comercio y los modos de vida fomentados por combustibles fósiles, creando a su vez condiciones que promueven las zoonosis.

"Si queremos reducir el riesgo de futuras pandemias, debemos dar prioridad a la acción para la crisis climática, una de las fuerzas más poderosas causantes de zoonosis hoy en día. Ahora es el momento de tomarnos los determinantes medioambientales de la salud más en serio: todos y cada uno de nosotros debemos combatir la emergencia climática, proteger la biodiversidad y fortalecer los sistemas naturales de que nuestra civilización depende. No podemos permitirnos el lujo de ignorar este momento. Tal y como hemos visto con Covid-19, un retraso en la acción causará muertes evitables", subraya Richard Horton, editor jefe de 'The Lancet'.

RECUPERACIÓN VERDE

Según el nuevo informe, si se limitan los aumentos de temperatura a muy por debajo de 2ºC respecto a la era preindustrial y se alinea la recuperación del clima con la de la pandemia, el planeta podría alcanzar beneficios en los ámbitos de salud y economía a corto y largo plazo.

Los siete millones de muertes anuales causadas por la polución atmosférica (provocada en gran parte por la combustión de combustibles fósiles) parecen confirmar esta teoría. En Europa se han empezado a dar pequeños pasos para promocionar energía y transporte más limpios, lo cual ya ha provocado un descenso de muertes por contaminación ambiental (por partículas PM2,5): de 62 por cada 100.000 habitantes en 2015 a 59 por cada 100.000 en 2018. Globalmente, las muertes por contaminación ambiental por PM2,5 asociadas con el carbón se redujeron en 50.000 en el mismo año.

Las mejoras en salud podrían, a su vez, aportar muchos billones en beneficios económicos. Por ejemplo, las mejoras marginales en la calidad del aire en la UE en los cinco años previos a 2019 podrían valorarse en aproximadamente 8.800 millones de dólares cada año, si se mantienen constantes. La cifra, procedente de la reducción media anual en años de vida perdidos, aumentará a medida que mejora la calidad del aire.

Dado que la producción de alimentos provoca una cuarta parte de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, el informe sugiere que existe una oportunidad similar de examinar algunos de los nueve millones de fallecimientos relacionados con una dieta pobre.

Como el ganado está particularmente relacionado con un nivel elevado de emisiones nocivas de efecto invernadero, el informe examina las muertes por exceso de consumo de carne roja. Los autores revelan que la mortalidad por esta causa ha aumentado en un 70% en los últimos 30 años y la mayoría del ahora casi millón de muertes anuales ocurre en las regiones del Pacífico Oeste y Europa.

"Se están invirtiendo billones globalmente en ayudas económicas y paquetes de estímulos, y existe una verdadera oportunidad de alinear las respuestas a la pandemia y el cambio climático y declarar una triple victoria –una que mejore la salud pública, cree una economía sostenible y proteja el medio ambiente. Pero el tiempo apremia. Si no nos enfrentamos a estas crisis convergentes a la vez, se bloqueará una gran cantidad de combustibles fósiles, situando el objetivo mundial de 1,5ºC lejos de nuestro alcance y condenando al planeta a un futuro lleno de riesgos para la salud provocados por el clima", concluye María Neira, directora del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS).