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Escuela en África

Formación

26 Ago 2019

El cierre de escuelas en África Occidental y Central se triplica desde 2017, según Unicef

La violencia fuerza a casi dos millones de niños africanos a dejar la escuela

Servimedia / Madrid

Más de 1,9 millones de niños se han visto obligados a abandonar la escuela en África Occidental y Central debido al recrudecimiento de los ataques y las amenazas de violencia contra la educación en toda la región, según un nuevo informe de Unicef.

Según la organización internacional, en junio de 2019 se habían cerrado 9.272 escuelas en Burkina Faso, Camerún, Chad, Malí, Níger, Nigeria, República Centroafricana y República Democrática del Congo como consecuencia de la inseguridad, el triple que a finales de 2017.

‘La educación amenazada en África occidental y central’ advierte de que los ataques deliberados contra escuelas, estudiantes y profesores están arrasando la región, negando a los niños su derecho a aprender y dejándolos –tanto a ellos como a sus comunidades– con miedo por sus vidas y su futuro.

En este contexto, la directora ejecutiva adjunta de Unicef, Charlotte Petri Gornitzka, y la embajadora de Buena Voluntad de Unicef, Muzoon Almellehan, viajaron a Malí a principios de esta semana para conocer el impacto que tiene el aumento de la inseguridad y violencia sobre la educación y la seguridad de los niños.

“Los ataques deliberados y las amenazas incesantes contra la educación, que constituye el fundamento mismo de la paz y la prosperidad, lanzan una especie de sombra oscura sobre los niños, las familias y las comunidades de toda la región”, afirma Gornitzka.

Debido a los ataques y las amenazas de violencia, en poco más de dos años los cierres de escuelas se han multiplicado por seis en tres países del Sahel central: Burkina Faso, Malí y Níger. De 512 cierres en abril de 2017 se ha pasado a 3.005 en junio de 2019. Los cuatro países afectados por la crisis en la cuenca del Lago Chad –Camerún, Chad, Níger y Nigeria– se mantuvieron aproximadamente en el mismo nivel, pasando de 981 a 1.054 cierres desde finales de 2017 hasta junio de 2019.

La inseguridad que se extiende por el noroeste y el suroeste de Camerún ha llevado al cierre forzoso de más de 4.400 escuelas en esas zonas del país. Más de 2.000 escuelas están cerradas en Burkina Faso, y más de 900 en Malí, debido al aumento de la violencia en ambos países.

Muzoon Almellehan explica que fue testigo “de la verdadera diferencia que la educación puede marcar en la vida de los niños”. “Los niños de Malí y de toda la región son verdaderos héroes y merecen tener un entorno seguro para poder aprender y prosperar”, indica.

Unicef también subraya que los niños de las zonas de África Occidental y Central afectadas por los conflictos constituyen uno de cada cuatro niños en todo el mundo que necesitan apoyo humanitario, incluida la educación y otros servicios fundamentales para el aprendizaje. Sin embargo, hasta el 12 de agosto había un déficit de financiación del 72% para ofrecer programas a estos niños.

“Dado que más de 40 millones de niños de entre 6 y 14 años no disfrutan de su derecho a la educación en África Occidental y Central, es fundamental que los gobiernos y sus aliados trabajen para diversificar las opciones disponibles en materia de educación de calidad”, recalca Marie-Pierre Poirier, directora regional de Unicef para África Occidental y Central.