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Montes Ellsworth (Antártida) en diciembre de 2012 | Foto: Peter Bucktrout/British Antarctic Survey

Biodiversidad

18 Feb 2021

Son similares a los que hay en Júpiter y Saturno

Los lagos bajo el hielo antártico podrían albergar vida microbiana durante millones de años

Redacción / Madrid

Los lagos aislados bajo el hielo antártico podrían ser más propicios para la vida de lo que se pensaba anteriormente y albergar microbios tras estar aislados y evolucionar solos durante millones de años. El trabajo, publicado en la revista ‘Science Advances’, podría incluso proporcionar información sobre lagos similares debajo de las superficies de lunas heladas que orbitan alrededor de Júpiter y Saturno, y la capa de hielo del sur de Marte.

Bajo la gruesa capa de hielo del Antártida pueden formarse lagos, pues el peso del hielo provoca una presión en la base y reduce el punto de fusión. Esto, junto con el suave calentamiento de las rocas de abajo y el aislamiento proporcionado por el hielo del aire frío de arriba, permite que se acumulen charcos de agua líquida.

Más de 400 de estos lagos subglaciales se han descubierto debajo de la capa de hielo de la Antártida, muchos de los cuales han estado aislados entre sí y de la atmósfera durante millones de años, lo que significa que cualquier vida en estos lagos podría ser igual de antigua y ofrece información sobre cómo ésta podría adaptarse y evolucionar en condiciones de frío extremo persistente.

Expediciones científicas han perforado con éxito dos pequeños lagos subglaciales en el borde de la capa de hielo de la Antártida, donde el agua puede entrar o salir rápidamente. Estas investigaciones revelaron vida microbiana debajo del hielo, pero si los lagos más grandes aislados debajo de la capa de hielo central contienen y sostienen vida era una pregunta abierta.

Ahora, un nuevo estudio realizado por investigadores del Imperial College de Londres y el British Antarctic Survey (Reino Unido), y de la Universidad de Lyon (Francia) demuestra que los lagos subglaciales pueden ser más hospitalarios de lo que parecen.

Como no tienen acceso a la luz solar, los microbios en estos entornos no obtienen energía a través de la fotosíntesis, sino procesando productos químicos. Estos se concentran en sedimentos en los lechos de los lagos, donde se cree que es más probable que haya vida.

FUENTE DE CALOR

Sin embargo, para que la vida esté más extendida y, por lo tanto, sea más fácil de analizar y detectar, el agua del lago debe mezclarse para que los sedimentos, los nutrientes y el oxígeno se puedan distribuir de manera más uniforme.

En los lagos de la superficie de la Tierra, esta mezcla es causada por el viento y por el calentamiento del sol, lo que genera corrientes de convección. Como ninguno de estos puede actuar en los lagos subglaciales, se podría suponer que no hay mezcla. Sin embargo, el equipo detrás del nuevo estudio encontró que otra fuente de calor es suficiente para provocar corrientes de convección en la mayoría de los lagos subglaciales.

Así, el calor es geotermal: se eleva desde el interior de la Tierra y se genera por la combinación del calor sobrante de la formación del planeta y la desintegración de los elementos radiactivos.

Los investigadores calcularon que este calor puede estimular las corrientes de convección en los lagos subglaciales que suspenden pequeñas partículas de sedimento y mueven el oxígeno, lo que permite que una mayor parte del cuerpo de agua sea hospitalario para la vida.

“El agua de los lagos aislados bajo la capa de hielo de la Antártida durante millones de años no está quieta e inmóvil; el flujo de agua es en realidad bastante dinámico, lo suficiente para hacer que los sedimentos finos se suspendan en el agua. Con el flujo dinámico de agua, todo el cuerpo de agua puede ser habitable, incluso si más vida permanece concentrada en los pisos", explica Louis Couston, de la Universidad de Lyon y el British Antarctic Survey.

Este hallazgo podría usarse para generar teorías sobre la vida en otras partes del Sistema Solar, como indica Martin Siegert, codirector del Instituto Grantham - Cambio climático y Medio Ambiente en Imperial College de Londres.

"Nuestros ojos ahora se dirigen a predecir las condiciones físicas en depósitos de agua líquida en lunas y planetas helados. La física de las balsas de agua subglaciales es similar en la Tierra y las lunas heladas, pero el entorno geofísico es bastante diferente, lo que significa que estamos trabajando en nuevos modelos y teorías. Con nuevas misiones dirigidas a lunas heladas y mayores capacidades informáticas, es un gran momento para la astrobiología y la búsqueda de vida más allá de la Tierra”, concluye Siegert.

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