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Malaria

Salud/ Infancia

24 Abr 2020

Más de 405.000 personas murieron por esta enfermedad en 2018

Los menores de 5 años son el grupo más vulnerable ante la malaria

Servimedia / Madrid

Los menores de 5 años son el grupo más vulnerable afectado por la malaria y, de hecho, en 2018 el 67% de las personas que fallecieron por malaria en el mundo tenían menos de cinco años, según recordó MedicusMundi con motivo de la conmemoración del Día Mundial de la Malaria, que se celebra el 25 de abril.

Más de 405.000 personas murieron por malaria en 2018, una enfermedad transmitida por el mosquito anopheles que sumaba 228 millones de casos en el mundo, 11 millones más que en 2017. Si no se adoptan las medidas previstas, que incluyen 5.000 millones de inversión en 2020, “la malaria seguirá siendo un problema de salud mundial, incluso pueden revertirse algunos de los éxitos que se han conseguido en los últimos años”, advirtió MedicusMundi en su comunicado.

La OMS también lamenta que si se retiran o no llega el 100% de ayuda a África Subsahariana, las muertes por malaria en 2020 será el doble que en 2018: 769.000. Su dato se desprende de un análisis hecho por la Organización Mundial de la Salud en el que se plantean nueve escenarios posibles. Con la publicación de estos datos, la entidad internacional insta a que sigan llegan las medidas de prevención de la malaria a África Subsahariana, pese a la crisis mundial por Covid-19.

La malaria y el Covid-19 comparten “ciertas similitudes como enfermedades”, considera MedicusMundi. Ambas son zoonosis, enfermedades infecciosas que se transmiten de animales a personas, como la gripe aviar, zika, ébola o salmonelosis. Ambas infectan de forma parecida, ya que una vez dentro del organismo utilizan los mismos receptores de entrada a las células. Pero hay algo que las diferencia: “La malaria mata muchas personas, preferentemente menores de 5 años, desde hace demasiado tiempo”, sentencia.

El parásito que provoca el paludismo fue descubierto en 1880 en Argelia, país que hasta 2019 no ha sido declarado libre de la enfermedad por la OMS. Su paso a las personas no parece claro. Según algunos estudios, se piensa que saltó de los gorilas a las personas hace unos 10.000 años, aunque otra teoría remonta este salto a entre 2 y 3 millones de años.

En 2018, la mortalidad de la malaria ascendió a 405.000 defunciones en el mundo. Comparada con años anteriores, no es la peor noticia. En 2017 las muertes estimadas fueron aún mayores, y en 2010 se superaba de largo del medio millón de muertes. A tenor de las cifras, la malaria sigue siendo “un grave problema global”.

Algunos de los grandes avances conseguidos durante los últimos años, como es la reducción de su tasa de incidencia de 73 en 2010 a 57 casos en 2018 por cada 1.000 habitantes en riesgo, ha permitido la ralentización de los contagios y muertes. “Se están ralentizando en los últimos años y casi la mitad de los países que padecen la enfermedad están en el camino de conseguir los objetivos prioritarios para reducir su propagación”, recuerda la entidad sanitaria.

“El panorama puede cambiar rápidamente si no seguimos invirtiendo en la lucha contra esta enfermedad. De hecho, las cifras han empezado a aumentar respecto a estos últimos años. En 2018 hubo 228 millones de enfermos en el mundo, cifra superior en once millones de casos con respecto a 2017. De ellos el 93% se da en África, un 3,4% de los casos en Asia Sudoriental y la Región del Mediterráneo Oriental con un 2,1%”, destacan.

Mención aparte merece Venezuela, que vive “un retroceso terrible y un rebrote de más de un millón de personas por las malas condiciones sanitarias, el desmantelamiento del sistema de salud y el abandono del programa de control de vectores”.

MedicusMundi recuerda que fue el primer país certificado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) por haber erradicado la malaria en la mayor parte de su territorio. Ahora mismo representa “una amenaza” al resto de la región sudamericana, cuyas políticas sanitarias están avanzando en su lucha contra el paludismo.

La doctora Adriana Tami, de la Universidad de Carabobo, Venezuela, considera que “se trata del mayor incremento de malaria del mundo por rapidez y cantidad de casos”. Por el contrario, Argelia fue declarada por la OMS libre de malaria en 2019.

MedicusMundi recuerda la importancia del apoyo internacional para frenar este problema. “El multilateralismo, apoyando el rol de instituciones como la OMS, la solidaridad y la formulación de políticas de salud basadas en la evidencia a nivel mundial y nacional”, señala.

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