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Biodiversidad

Medio ambiente

9 Mar 2021

Un grupo de expertos reclama biodiversidad situar en el centro de la economía mundial

Proteger la naturaleza aporta más beneficios económicos que explotarla

Servimedia / Madrid

Los beneficios económicos de conservar o restaurar sitios naturales superan el potencial de ganancias de convertirlos para uso humano intensivo, según el estudio más grande jamás realizado hasta ahora de comparar el valor de proteger la naturaleza con el de explotarla.

El estudio, publicado en la revista ‘Nature Sustainability’, se ha dado a conocer pocas semanas después de que un informe histórico encargado por el Gobierno británico al profesor Partha Dasgupta, de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), pidiera que el valor de la biodiversidad se sitúe en el centro de la economía mundial.

La nueva investigación, dirigida por la Universidad de Cambridge y la Real Sociedad para la Protección de las Aves (RSPB, por sus siglas en inglés), se basa en el análisis de decenas de sitios naturales que van desde Kenia hasta Fiyi y ubicados en seis continentes. Un estudio previo en 2020 sólo abarcó información de cinco lugares.

Los científicos calcularon el valor monetario de los ‘servicios ecosistémicos’ de cada sitio natural, como el almacenamiento de carbono y la protección contra inundaciones, así como los probables dividendos de su conversión para producir bienes como cultivos y madera.

El equipo se concentró inicialmente en 24 sitios y comparó sus estados ‘centrados en la naturaleza’ y ‘alternativos’ analizando el valor neto anual de una gama de bienes y servicios para cada sitio bajo cada estado, y luego proyectó los datos durante los próximos 50 años.

Un importante beneficio económico de los hábitats naturales proviene de su regulación de los gases de efecto invernadero que impulsan el cambio climático, incluido el secuestro de carbono.

Suponiendo que cada tonelada de carbono cueste 31 dólares para la sociedad global -una suma que muchos científicos consideran ahora conservadora-, más del 70% de los sitios tienen un mayor valor monetario como hábitats naturales, incluyendo el 100% de los lugares forestales.

Si se asigna a la tonelada de carbono el coste de cinco dólares, el 60% de los sitios naturales todavía proporcionan un mayor beneficio económico cuando no se invierten o se restauran en hábitats naturales. Incluso si el carbono se elimina por completo de los cálculos, los investigadores encontraron que casi la mitad (42%) de los 24 sitios todavía valen más en su forma natural.

"Frenar la pérdida de biodiversidad es un objetivo vital en sí mismo, pero la naturaleza también sustenta fundamentalmente el bienestar humano", apunta Richard Bradbury, de la RSPB y miembro honorario de la Universidad de Cambridge, que añade: "Necesitamos divulgación financiera relacionada con la naturaleza e incentivos para la gestión de la tierra centrada en la naturaleza, ya sea a través de impuestos y regulaciones o subsidios para los servicios ecosistémicos."

Andrew Balmford, profesor de Ciencias de la Conservación en la Universidad de Cambridge y autor principal de la investigación, añade que “las tasas actuales de conversión de hábitat están impulsando una crisis de extinción de especies diferente a cualquier otra cosa en la historia de la humanidad".

"Incluso si sólo te interesan los dólares y los centavos, podemos ver que conservar y restaurar la naturaleza es ahora muy a menudo la mejor apuesta para la prosperidad humana. Las conclusiones se hacen eco a escala operativa de las conclusiones generales extraídas por el Examen Dasgupta", recalca.

62 LUGARES

Hace una década, los científicos idearon Tessa (Kit de Herramientas para la Evaluación de Servicios Ecosistémicos a Escala de Sitio) para permitir a los usuarios medir y, en la medida de lo posible, asignar un valor monetario a los servicios prestados por una zona natural -agua limpia, recreación basada en la naturaleza, polinización de cultivos, etc.- y cuando se convierte para la agricultura u otros usos humanos.

El nuevo estudio sintetiza los resultados de 62 sitios naturales en todo el mundo: 24 con datos económicos relativamente detallados y otros 38 con datos suficientes para medir si los servicios aumentarían o disminuirían después de la conversión del sitio.

La mayoría de los lugares eran bosques o humedales. En el caso de los hábitats naturales, los investigadores analizaron lugares cercanos similares donde se había producido la conversión y compararon los resultados económicos -incluidos los que impulsan la conversión- en ambas áreas. En los sitios ya ‘modificados’ por los seres humanos, las producciones existentes se compararon con el valor si el sitio fue restaurado a la naturaleza.

Por ejemplo, los científicos que utilizan Tessa descubrieron que si el Parque Nacional Shivapuri-Nagarjun (Nepal) perdiera su protección y se convirtiera de bosque a tierras de cultivo, reduciría el almacenamiento de carbono en un 60% y bajaría la calidad del agua en un 88%, junto con otros costes, lo que dejaría un déficit de 11 millones de dólares al año.

Tessa también reveló que Hesketh Out Marsh -una marisma de agua salina cerca de Preston (Reino Unido)- vale más de 2.000 dólares por hectárea anualmente sólo en mitigación de emisiones, lo que supera cualquier ingreso renunciado de cultivos o pastoreo.

De hecho, los hábitats conservados o restaurados estaban fuertemente asociados con un mayor ‘valor presente neto’ general en el 75% de los 24 sitios principales en comparación con su estado alternativo dominado por el hombre.

Los investigadores también dividieron bienes y servicios en aquellos que son un recurso común y los bienes de beneficio ‘privados y de peaje’ a sólo unas pocas personas. El valor de los bienes comunes fue mayor para los hábitats naturales en el 92% de los 24 sitios.

Los hábitats incluso proporcionaron mayores beneficios económicos en algunos bienes privados -por ejemplo, plantas silvestres cosechadas- en un 42% de los sitios principales. "Las personas explotan principalmente la naturaleza para obtener beneficios financieros. Sin embargo, en casi la mitad de los casos que estudiamos, la explotación inducida por el hombre restó en lugar de un mayor valor económico”, indica Kelvin Peh, de la Universidad de Southampton (Reino Unido).

Cuando las ganancias económicas de los bienes privados eran mayores en el estado alternativo modificado por el ser humano, provenían de cultivos de productos básicos de alto precio, como los cereales y el azúcar. Sin embargo, en muchos sitios que actualmente sufren degradación causada por la agricultura de caucho, té y cacao, el valor financiero general sería mayor si se hubieran mantenido como hábitats naturales.

Para los 38 sitios restantes con datos limitados, la provisión global de todos los bienes y servicios fue mayor cuando los sitios estaban en el estado natural para el 66% de ellos y al menos igual con el estado alternativo en el resto.