La suspensión de las clases ha afectado a 743 millones de niñas, según datos de la Unesco. Esto supone un riesgo para las 13 millones que están amenazadas por matrimonios forzosos y otros 2 millones que podrían ser sometidas a una mutilación de sus genitales, y para quienes las escuelas eran un espacio seguro.

Según Amnistía Internacional, Save the Children, Entreculturas y Mundo Cooperante, la desprotección de las niñas al abandonar la escuela se traduce en casos concretos como el de la región tanzana de Ruvuma, donde en un mes se han dado más de cien embarazos de niñas durante la emergencia.

“Cuanto más tiempo mantengamos a las niñas fuera de la escuela, menos posibilidades tendrán de regresar. La escuela tiene un papel fundamental en la protección y prevención de la violencia contra las niñas, así como de prácticas dañinas, advirtió el vicepresidente ejecutivo de Entreculturas, Daniel Villanueva.

Además, la pandemia ha afectado al funcionamiento de los programas contra la mutilación genital, pues muchos de ellos se han paralizado. “Estamos a tiempo de exigir y poner en la agenda internacional todos los recursos necesarios para que este tristísimo pronóstico no se cumpla”, advirtió el director técnico de Mundo Cooperante, Albán del Pino.

Las cuatro organizaciones recordaron que el cierre de escuelas, la inseguridad económica y alimentaria y la falta de medidas de protección social están asociadas con un mayor riesgo de abuso y explotación infantil, negligencia y violencia de género contra las niñas.

“Con el coronavirus corremos el riesgo de revertir todo el progreso que hemos logrado, a medida que en algunos países los espacios cívicos se vuelven más restringidos y la atención e inversiones públicas se centran casi exclusivamente en la contención de la pandemia”, lamentó el director en España de Save the Children, Andrés Conde.

“Esto irá en detrimento de las prioridades esenciales clave, como el acceso de las niñas a los servicios de salud sexual y reproductiva, educación, servicios de protección social y el espacio para que sus voces sean escuchadas”, añadió.

Según las proyecciones realizadas por el Fondo de Población para Naciones Unidas (UNFPA) sobre el cierre de las escuelas y la suspensión de los programas para prevenir la mutilación genital, habrá 31 millones de nuevos casos de violencia de género contra mujeres y niñas y siete millones de embarazos no deseados.

Y es que el matrimonio infantil es utilizado por las familias en crisis humanitarias para reducir su carga financiera, particularmente cuando se paga el precio de la novia -dote- o en la creencia de que es necesario proteger a las niñas de otras formas de violencia de género.

En muchos casos, la mutilación genital va de la mano, pues se practica a las niñas para casarlas posteriormente.