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Mujer durante el confinamiento

Coronavirus

27 Mayo 2020

Según un estudio de la Universidad Complutense y Grupo 5 sobre el impacto psicológico y la resistencia de la población española ante la Covid-19

Las mujeres son “más vulnerables” a la depresión, la percepción de soledad y la ansiedad durante el confinamiento

Servimedia / Madrid

Las mujeres son “más vulnerables” a la depresión, la percepción de soledad y la ansiedad durante el confinamiento y el paso de las semanas desvela una mayor presencia de sintomatología depresiva entre la población española mientras que se mantiene la ansiedad y la preocupación.

Estas son algunas de las conclusiones de la segunda oleada de un estudio de la Universidad Complutense y Grupo 5 sobre el impacto psicológico y la resistencia de la población española ante la Covid-19 y realizado en el marco de la cátedra Contra el Estigma, según precisó este martes la institución académica a través de un comunicado en el que también reconoció que los jóvenes siguen mostrando, en general, un “mayor impacto psicológico” derivado de la pandemia.

En esta segunda oleada de la investigación longitudinal, en la que participan alrededor de mil personas y en la que se comparan los resultados obtenidos entre el 21 y el 29 de marzo, durante la suspensión total en España de toda actividad laboral no considerada imprescindible y los datos recogidos entre el 13 y el 27 de abril, cuando en España se había levantado ya la restricción de las actividades no esenciales.

Los resultados de la primera oleada sugerían que, en general, las personas más jóvenes mostraban un “mayor impacto psicológico” mientras que, en la segunda, aunque ellos siguen presentando “más dificultades” en este sentido, según los nuevos datos es el género femenino el que está resultando “más vulnerable” a la ansiedad, la depresión y al estrés postraumático.

Unos resultados que el estudio atribuye a la mayor carga que puede suponer para ellas la necesidad de combinar el trabajo o teletrabajo junto al cuidado de hijos y otros “roles de género” durante la pandemia.

Asimismo, la investigación deduce ahora una mayor exposición a la soledad entre la población de menor edad que en los primeros estadios sufrió una mayor sintomatología depresiva, incertidumbre y ansiedad. Respecto al entorno laboral, la variable de trabajar presencialmente frente al teletrabajo o al hecho de no trabajar “cobra peso” en esta segunda oleada con relación a la sintomatología postraumática.

“Estos profesionales han estado en la primera línea en la lucha contra el virus y, probablemente, hayan tenido que vivir situaciones que pueden ser categorizadas como sucesos estresantes, no recogidos en el primer tramo del estudio”, puntualizaron los investigadores.

Igualmente, en esta segunda oleada de la investigación se analizó la percepción de discriminación y estigma y se observó un “incremento significativo” en aquellas personas que tenían un diagnóstico previo de salud mental, en los profesionales que luchan contra el virus en primera línea y en personas con problemas respiratorios previos.

Según el director del estudio, el catedrático Manuel Muñoz, esta pandemia está suponiendo “una oportunidad de aprendizaje única para la psicología y un auténtico desafío a los modelos predominantes de atención social y sanitaria a la salud mental”. Por eso, concluyó que este tipo de estudios resultan muy valiosos, al proporcionar información sobre las variables “predictoras y protectoras” que permitan tomar medidas eficaces a la hora de combatir los efectos psicológicos de la pandemia. La investigación concluirá con una tercera oleada que se realizará a finales de mayo.