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Desperdicio

Consumo responsable

30 Sep 2020

egún un nuevo trabajo incluído en el estudio científico Anibes

Mujeres, niños y adolescentes son los que más alimentos desperdician, principalmente verduras, hortalizas y precocinados

Servimedia / Madrid

Las mujeres, en general, generan mayor cantidad de desperdicio alimentario que los hombres mientras que los niños y adolescentes acumulan más sobras en comparación con personas adultas y las verduras y hortalizas son los alimentos que más se desperdician.

Así lo desvela un nuevo trabajo enmarcado en el estudio científico Anibes titulado ‘Desperdicio alimentario generado tras el consumo dentro y fuera del hogar en España: resultados del estudio científico Anibes’ y cuyas conclusiones fueron presentadas este martes coincidiendo con el Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio Alimentario, según precisó la Fundación Española de Nutrición (FEN) a través de un comunicado.

La investigación, publicada en la revista científica internacional ‘Nutrients’, se centra en conocer la cantidad y tipología del desperdicio alimentario deshechado en el plato, tanto dentro como fuera del hogar y desvela que, con relación a la población total participante en el estudio científico Anibes, las mujeres han generado un desperdicio alimentario en forma de restos “significativamente” mayor que los hombres, con 11,7 gramos al día frente a 4,0 gramos al día, destacando a los grupos de edad de adolescentes y mujeres adultas, según precisó el catedrático de Nutrición y Bromatología de la Universidad San Pablo-CEU, presidente de la Fundación Española de la Nutrición (FEN) e investigador principal de este trabajo, Gregorio Varela-Moreiras.

De la consulta, realizada a una muestra de más de 2.000 individuos de entre 9 y 75 años residentes en municipios de más de 2.000 habitantes, también se deduce que, con respecto a los grupos de edad, los niños de entre 9 y 12 años fueron los que más desperdicio alimentario acumularon tanto dentro como fuera del hogar (20,3 gramos por día), seguidos por los adolescentes de entre 13 y 17 años (12,7 gramos por día).

Los adultos generaron 8,3 gramos al día y las personas mayores no generaron ningún tipo de desperdicio alimentario en el plato, según Varela-Moreiras, quien también destacó que las cantidades de sobras fueron mayores en el hogar que fuera de él.

Por otra parte, las personas que viven en zonas urbanas o rurales generaron mayor cantidad de sobras que aquellas que vivían en zonas semiurbanas y, según el presidente de la FEN, los investigadores también han observado que, a menor nivel educativo y menores ingresos familiares, también es menor la cantidad de desperdicio que se deja en el plato.

La comida (40%) fue el momento de consumo donde mayor cantidad de desperdicio alimentario se generó, seguida de la cena (27%), el desayuno (11%) y la merienda (8%). Además, se generaron menos desperdicios alimentarios los fines de semana en comparación con los días laborables, independientemente de dónde se consumían, según el experto.

Los grupos de alimentos y bebidas que contribuyeron en mayor medida a generar sobras en los platos fueron las verduras y hortalizas (12%), los precocinados (10%), los cereales y derivados (10%), los aceites y las grasas (10%) y las legumbres (10%), seguidos de la carne y productos cárnicos (8%) y las salsas y condimentos (8%).

En la parte inferior de la tabla se encuentran las frutas (6%), los aperitivos (6%), los pescados y mariscos (6%), los huevos (5%), la leche y productos lácteos (3%), los azúcares y dulces (2%), las bebidas alcohólicas (2%) y las bebidas sin alcohol (2%).

ESTUDIO PIONERO

Según precisó la Fundación Española de Nutrición (FEN), coordinadora de la investigación, este “novedoso” trabajo científico busca “ahondar” tanto en la cantidad como en la tipología del desperdicio alimentario que se deja en el plato, tanto en el hogar como fuera de él, en la población española del estudio científico Anibes.

Los estudios realizados hasta el momento se han centrado en el desperdicio global generado por los consumidores, pero sin cuantificar la cantidad o sin describir los grupos alimentarios que contribuyen a este desperdicio por lo que se trata de un trabajo pionero dentro de este estudio científico sobre datos antropométricos, ingesta de macronutrientes y micronutrientes y sus fuentes, así como el nivel de actividad física y datos socioeconómicos de la población.