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María Salazar

Investigación

29 Abr 2019

María Salazar, investigadora

“Con el proyecto 'macht point' evitaríamos muy probablemente las temidas metástasis”

Esther Peñas / Madrid

María Salazar es investigadora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). Dirige un proyecto de investigación contra el cáncer de mama, una terapia avanzada de diferenciación mediante la cual se maduran las células inmaduras que hay en el cáncer para que dejen de ser peligrosas, impidiendo la metástasis.

Si el tratamiento resulta eficaz, no solo se conseguiría frenar el crecimiento del tumor sino también se evitarían posibles metástasis posteriores, que son la principal causa de muerte. La idea es combinarlo con las terapias convencionales que, en ese caso, resultarían mucho más efectivas. Este proyecto está recaudando fondos a través de la plataforma Precita. ¿Quieres participar?

¿Por qué este nombre en inglés, ‘match point’ para el proyecto?

En realidad el título original era mucho más aséptico… Desde la plataforma de crowdfunding, Precipita, me pidieron un título y foto con más “gancho”. Así que empecé por buscar la foto y en seguida encontré la de la pelota de tenis rosa, que me encantó. A raíz de esa imagen, el título salió solo. Era un mensaje conciso y contundente y reflejaba a la perfección nuestro objetivo primero en todo lo que hacemos cada día en el laboratorio: derrotar definitivamente a esta enfermedad. Y supongo que en inglés porque esta, al igual que otras expresiones, resultan más atractivas, firmes y enérgicas en inglés, y por supuesto porque todo el mundo sabe lo que es un “match point”.

Su investigación se basa en una terapia avanzada de diferenciación, ¿podría explicarnos, para los no entendidos, en qué consiste exactamente?

Las terapias convencionales, quimio y radio, se centran en atacar a la población celular del tumor que está en plena división. Al fin y al cabo, los tumores se originan y crecen debido a una proliferación celular descontrolada, y los medicamentos que actualmente combaten el cáncer tienen como diana, casi todos ellos, a esas células dividiéndose. 
La terapia de diferenciación tiene en realidad otro objetivo, que es absolutamente complementario al anterior. La diana en este caso son las cancer stem cells (en inglés) o células madre tumorales, que son las células que originan el tumor y las responsables más delante de su diseminación por el organismo en caso de metástasis. La terapia de diferenciación pretende inducir la maduración de esas células, para que pierdan las propiedades que las hacen peligrosas: capacidad de división incontrolada, de migración, de invasión de otros tejidos, etc. De esa manera, evitaríamos muy probablemente las temidas metástasis y del mismo modo, se frenaría el crecimiento tumoral en combinación con las terapias actuales.

¿Cómo saber si resultará eficaz?

Queremos probar la capacidad de una molécula, con la que llevamos muchos años trabajando en el escenario de células madre embrionarias, para usarla en terapia anti-tumoral de diferenciación. El proyecto entero, tal y como está diseñado, tiene como objetivo probar que esta molécula es eficaz madurando células madre tumorales. Y para probar esto hemos planteado ensayos in vitro, usando los denominados “organoides”, que son estructuras celulares tridimensionales que se cultivan en placa y que se auto-organizan de manera muy similar a cómo lo hace el tejido original in vivo. Estos organoides nos permiten hacer estudios bioquímicos y moleculares fácilmente, para conocer bien los mecanismos por los que nuestra molécula induce la diferenciación/maduración: queremos comprender bien el “cómo”. 
Por otro lado, en ensayos preclínicos in vivo, usando modelos murinos de cáncer de mama, probaremos la eficacia de la terapia, y de nuevo ahí analizaremos cómo se ha frenado el crecimiento tumoral, a través de qué mecanismos.

El cáncer de mama es uno de los que ha mejorado muchísimo, en los últimos años, su tratamiento, sobre todo por la detección temprana. ¿Cree que las mujeres españolas están lo suficientemente concienciadas?

Desde luego estamos concienciados con la gravedad de esta enfermedad. Es verdad que la mortalidad por cáncer de mama ha disminuido muchísimo, y es algo de lo que todos nos sentimos enormemente orgullosos. Pero también es cierto, y esto lo dicen muy claro los estudios estadísticos, que la incidencia de cáncer ha aumentado. Y por desgracia todos conocemos a alguien, más o menos cercano, que ha padecido cáncer de mama, u otro tipo de cáncer. 
Sí creo que la sociedad está muy concienciada con la seriedad de esta enfermedad. Aunque no sé si tanto con la relevancia de la investigación para vencerla. En mi experiencia, la mayoría de las personas con las que hablo no tienen claro hasta qué punto es crucial el papel de la investigación básica (y la de traslación) en la lucha contra el cáncer, y en el hecho de que los tratamientos sean cada vez más efectivos.

¿Cómo es posible que investigación como la que usted lidera no reciban fondos públicos y tengan que recurrir a mecenas?

Supongo que porque no hay financiación para todos los que la solicitamos. Nuestros proyectos, cuando los presentamos a convocatorias públicas y privadas, son evaluados por comités de expertos (en algunos casos de manera más transparente que en otros, la verdad sea dicha) y ellos dictan qué proyectos merecen ser financiados y cuáles no. Esos comités están compuestos por investigadores también, que deciden en función de una amplia lista de criterios, objetivos en la mayoría de los casos, pero subjetivos también a veces. 
Yo he sido evaluadora de proyectos en varias ocasiones pero nunca me he sentado en una de esas mesas donde se toma la decisión final, por lo que no puedo contestar a esa pregunta con total conocimiento de causa. Lo único que sé es que mi proyecto, dadas las circunstancias, depende por ahora de lo que consigamos recaudar en esta campaña de crowdfunding. Y así será hasta la próxima convocatoria de financiación a la que podamos presentarlo, que me imagino que no se resolvería hasta dentro de un año, o quizá más.

¿Cuánto dinero necesitaría para sacar a delante su proyecto y en qué lo empleará?

El proyecto está diseñado para desarrollarlo en 3-4 años. El total que necesitamos para hacer todos los estudios bioquímicos y preclínicos ronda los 250.000 euros. Por supuesto, no esperamos alcanzar tales cantidades en nuestra campaña de crowdfunding. Manejamos objetivos iniciales más modestos, con los que poder realizar los primeros ensayos. De hecho, la idea original era destinar lo que recaudáramos a los estudios en organoides, que son más asequibles que los estudios in vivo. Y será lo que probablemente hagamos.

Estas prácticas de búsqueda de mecenas, que llevan mucho tiempo asentadas en países como Estados Unidos, es de reciente implantación en España. ¿Considera que respaldamos lo suficiente este tipo de iniciativas?

Creo que no tenemos ni mucho menos tanta concienciación como otros países, lo anglosajones, por ejemplo. Como dices, el crowdfunding se viene desarrollando en estos países desde hace muchos años y obviamente lo tienen más interiorizado y es una práctica normal: los gobiernos y diversos organismos privados apuestan por la investigación y la financian. Y además de esto, la sociedad voluntariamente colabora para impulsar aún más la investigación. 
No tenemos por qué enfocarlo con un tono negativo. Al contrario: creo que es una iniciativa personal (o a nivel de empresas) muy positiva y que demuestra una gran conciencia social, una plena comprensión de cuál es el sistema de financiación de I+D de este país y en respuesta, una gran voluntad de acción. Mirado así, las donaciones a ciencia por crowdfunding no son en absoluto un acto de caridad, o un reflejo de fracaso: son una alternativa para impulsar proyectos que quizá deberían haber sido impulsados por otros mecanismos y que, por razones que escapan a nuestro control, no lo han sido. 

 

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