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Evolución de las temperaturas mundiales desde 1850 | Imagen: Met Office

Medio ambiente

20 Abr 2021

El año pasado fue uno de los tres más cálidos jamás registrados en la Tierra

El cambio climático empeoró en 2020 pese al coronavirus, según la ONU

Redacción / Madrid

Los indicadores del cambio climático empeoraron y sus impactos se agravaron el año pasado en la tierra por la combinación de los fenómenos meteorológicos extremos y la pandemia de la Covid-19, que asestaron un golpe por partida doble a millones de personas. Así se recoge en la última 'Declaración sobre el estado del clima mundial' de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), que es la agencia de la ONU especializada en el tiempo, el clima y el agua.

El informe, hecho público este lunes y compilado por la OMM con información de otros siete organismos de la ONU, diversos servicios meteorológicos e hidrológicos nacionales y otros centros de datos, incluye algunos indicadores del sistema climático, como concentraciones de gases de efecto invernadero, el incremento de las temperaturas terrestre y oceánicas, el aumento del nivel del mar, el deshielo, el retroceso de los glaciales y fenómenos meteorológicos extremos, así como repercusiones socioeconómicas, migraciones y desplazamientos, la seguridad alimentaria y los ecosistemas terrestres y marinos.

Este trabajo se dio a conocer antes de que el jueves y el viernes de esta semana se celebre virtualmente la Cumbre de Líderes sobre el Clima, convocada por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. El documento indica que la desaceleración de la economía relacionada con la pandemia no logró frenar los motores del cambio climático ni la aceleración de sus impactos.

“No hay tiempo que perder. El clima está cambiando, y los impactos ya son demasiado perjudiciales para las personas y el planeta. Es indispensable adoptar medidas este año. Los países deben comprometerse a lograr emisiones netas de valor cero, a más tardar, en 2050”, sentenció el secretario general de la ONU, António Guterres, en una rueda de prensa en Nueva York (Estados Unidos).

El secretario general de la OMM, Petteri Taalas, apuntó que han pasado 28 años desde que este organismo de la ONU publicó su primer informe sobre el estado del clima, en 1993, y que el de 2021 pone de relieve “el avance constante e implacable del cambio climático, el aumento de la incidencia y la intensificación de los fenómenos extremos, y los graves daños y pérdidas que afectan a las personas, las sociedades y las economías”.

CALOR E INCENDIOS

El año 2020 fue uno de los tres más cálidos de los que se tiene constancia, a pesar del fenómeno de enfriamiento de La Niña. La temperatura media mundial fue de aproximadamente 1,2°C superior a los niveles preindustriales (1850-1900). Los seis años transcurridos desde 2015 son los más cálidos de los que se tienen datos. La década de 2011 a 2020 fue la más cálida jamás registrada.

En una amplia región del Ártico siberiano, las temperaturas en 2020 superaron la media en más de 3°C y se registró un récord de 38°C en la localidad de Verkhoyansk. Asimismo, se produjeron grandes y prolongados incendios forestales.

En Estados Unidos, los más grandes incendios jamás registrados se desataron a finales del verano y en otoño. La sequía generalizada contribuyó a los fuegos y el periodo de julio a septiembre fue el más caluroso y seco observado en el suroeste. El Valle de la Muerte (California) alcanzó 54,4°C el 16 de agosto, la temperatura más alta de la que se tiene conocimiento en el mundo en al menos los últimos 80 años.

En el Caribe se produjeron importantes olas de calor en abril y septiembre. En Cuba, el 12 de abril se marcó un nuevo récord nacional de temperatura con 39,7°C. Debido al calor extremo que se prolongó durante septiembre, se registraron récords nacionales o territoriales en Dominica, Granada y Puerto Rico.

Australia batió récords de calor a principios de 2020, con la temperatura más alta observada en un área metropolitana australiana, en el oeste de Sídney, donde Penrith registró 48,9°C.

El verano fue muy caluroso en algunas partes de Asia oriental. El 17 de agosto, Hamamatsu igualó el récord nacional del Japón (41,1ºC).

Una serie de sequías y olas de calor azotaron Europa durante el verano de 2020, aunque, en general, no fueron tan intensas como las de 2018 y 2019. En el Mediterráneo oriental, el 4 de septiembre se superaron récords históricos en Jerusalén (42,7°C) y Eilat (48,9°C), tras una ola de calor que se produjo a finales de julio en Oriente Medio, cuando se registraron 52,1°C en el aeropuerto de Kuwait y 51,8 °C en Bagdad.

GASES DE EFECTO INVERNADERO Y OCÉANOS

Las concentraciones de los principales gases de efecto invernadero siguieron aumentando en 2019 y 2020. El promedio mundial de las fracciones molares de dióxido de carbono (CO2) ya ha superado las 410 partes por millón (ppm) y si se mantiene la tendencia de los años anteriores, podría alcanzar o superar las 414 ppm en 2021, según el informe.

Los océanos absorben más del 90% del exceso de calor generado por las actividades humanas. En 2019 el contenido calorífico de los océanos alcanzó el nivel más alto del que se tenga registro, y es probable que esta tendencia se mantuviera en 2020. La tasa de calentamiento de los océanos en el último decenio fue superior a la media a largo plazo, lo que indica una absorción continua del calor atrapado por los gases de efecto invernadero.

En más del 80% del océano se produjo al menos una ola de calor marina en 2020. Se ha observado un aumento del nivel medio del mar a escala mundial en todo el registro de altímetros de satélite (desde 1993). Sin embargo, recientemente el nivel medio del mar ha aumentado a un ritmo más rápido debido, en parte, al mayor derretimiento de las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida.

HIELO

En 2020, el valor mínimo de extensión del hielo marino en el Ártico luego del deshielo estival fue de 3,74 millones de kilómetros cuadrados; desde que se tienen registros, ésta fue la segunda vez que se ha reducido a menos de 4 millones de kilómetros cuadrados.

Las temperaturas máximas récords que se registraron al norte del círculo polar ártico en Siberia provocaron una aceleración del derretimiento del hielo marino en el mar de Siberia oriental y el mar de Laptev, en los que se produjo una ola de calor marina prolongada. El retroceso de los hielos marinos durante el verano boreal de 2020 en el mar de Laptev fue el más temprano que se haya observado en la era satelital.

La capa de hielo de Groenlandia continuó perdiendo masa. Si bien el balance de masa superficial se acercó a la media a largo plazo, la pérdida de hielo debida a desprendimientos de témpanos se situó en el extremo superior del registro satelital de 40 años. En total, se perdieron aproximadamente 152 gigatoneladas de hielo de la capa de hielo de Groenlandia entre septiembre de 2019 y agosto de 2020.

La extensión de hielo marino en la Antártida se mantuvo cerca de la media a largo plazo. No obstante, el manto de hielo antártico ha mostrado una fuerte tendencia a la pérdida de masa desde fines de los años noventa. Esta tendencia se aceleró en torno al año 2005 y, en la actualidad, la Antártida pierde aproximadamente entre 175 y 225 gigatoneladas por año, debido a los crecientes caudales de los principales glaciares de la Antártida occidental y la península antártica.

CRECIDAS Y SEQUÍAS

En 2020 se produjeron lluvias intensas e importantes inundaciones en grandes zonas de África y Asia. Las fuertes lluvias e inundaciones afectaron a la mayor parte del Sahel y del Gran Cuerno de África, y provocaron una invasión de langostas del desierto. En el subcontinente indio y las zonas vecinas, China, Corea, Japón y algunas zonas de Asia suroriental también se registraron precipitaciones inusualmente elevadas en diferentes momentos del año.

En 2020, una grave sequía azotó numerosas partes del interior de América del Sur, donde las zonas más afectadas fueron el norte de la Argentina, el Paraguay y las zonas fronterizas occidentales del Brasil. Se calcula que en Brasil las pérdidas agrícolas ascendieron a casi 3.000 millones de dólares y también se registraron pérdidas en la Argentina, el Uruguay y el Paraguay.

La sequía prolongada persistió en algunas partes del sur de África, especialmente en las provincias de Cabo Septentrional y Cabo Oriental de Sudáfrica.

CICLONES TROPICALES

La temporada de huracanes del Atlántico Norte de 2020, en la que se produjeron 30 tormentas con nombre, alcanzó el número máximo jamás registrado de tormentas con nombre. En Estados Unidos se registró un récord de 12 llegadas a tierra, con lo que se superó el récord anterior de nueve llegadas a tierra.

El ciclón Amphan, que tocó tierra el 20 de mayo cerca de la frontera entre la India y Bangladesh, fue el que más costes entrañó en el océano Índico septentrional desde que se iniciaron los registros.

El ciclón tropical más intenso de la temporada fue el tifón Goni (Rolly). Atravesó el norte de Filipinas el 1 de noviembre, con una velocidad media del viento (10 minutos) de 220 km/h (o superior) cuando llegó a tierra inicialmente, una de las llegadas a tierra más intensas jamás registradas.

A principios de octubre, la tormenta Alex generó vientos extremos en el oeste de Francia, con ráfagas de hasta 186 km/h, acompañados de lluvias fuertes en una amplia zona. El 3 de octubre fue el día más lluvioso, promediado por zona, jamás registrado en Reino Unido, con una media nacional de 31,7 litros por metro cuadrado; asimismo, se produjeron precipitaciones extremas cerca de la costa mediterránea, en ambos lados de la frontera entre Francia e Italia, con totales de 24 horas que superaron los 600 mm en Italia y los 500 litros por metro cuadrado en Francia.