El otoño astronómico comenzará el próximo martes, 22 de septiembre, a las 15.31 horas (horario peninsular). Hervella indicó que "lo más probable es que haga más calor de lo normal en toda España" en el trimestre entre octubre y diciembre.

Así, la temperatura media del trimestre otoñal podría estar "como mínimo" 0,6 grados por encima de lo habitual en la península y Baleares. Esa anomalía será mayor -cerca de un grado más que la media- en zonas del Sistema Central, el Sistema Ibérico, el cuadrante noroccidental peninsular y las sierras de Cazorla y Segura.

Además, Hervella subrayó que en este otoño "lo más probable es que, de media, llueva menos de lo habitual en toda España". "Eso no implica que no se produzcan puntualmente episodios de lluvias fuertes, especialmente en el área mediterránea", precisó.

VERANO CÁLIDO

Por otro lado, Del Campo comentó que el trimestre veraniego entre junio y agosto fue "muy cálido" en el conjunto de España, con una temperatura media de 23,9 grados, lo que supone 0,9 grados más que la media del periodo de referencia comprendido entre 1981 y 2010.

Se trata del noveno más cálido desde que la serie histórica empezara en 1965 y también el noveno más caluroso de este siglo XXI. Nueve de los 10 veranos más cálidos son del siglo actual y cinco de ellos pertenecen a la década entre 2011 y 2020.

En el trimestre estival se registraron dos olas de calor: una del 25 de julio al 2 de agosto y otra del 6 al 10 de agosto. Además, hubo un episodio cálido en Canarias del 25 al 27 de agosto.

Todo ello ocurrió en el cuarto verano con la temperatura superficial del agua del mar Mediterráneo más cálida desde 1981, algo que se alinea con la tendencia observada desde 1980; desde entonces, el agua de la superficie del Mediterráneo en verano se ha calentado 1,6 grados.

Este verano fue normal en cuanto a precipitaciones, aunque próximo a húmedo, con una media de 75 litros por metro cuadrado, lo que representa un 1% más de lo normal. Junio resultó ser húmedo (llovió un 9% más), julio fue seco (un 30% menos) y agosto volvió a ser húmedo (un 17% más).

Hubo dos episodios destacados de precipitaciones: una DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos, en la jerga meteorológica) con récords de lluvia en Córdoba y Ciudad Real el 11 y el 12 de agosto, y borrascas inusualmente profundas que afectaron a Asturias y a Galicia a mediados de agosto.

Respecto al periodo de enero a agosto de este año, se trata del más caluroso en España desde 1965, empatado con 2017, al registrar 1,4 grados más de lo habitual. "Si septiembre acaba cálido ya será 2020 el año más cálido de la serie. Por el momento, la primera quincena fue cálida, con más de un grado por encima de lo normal", precisó Del Campo. Y este año está siendo un 11% más lluvioso de lo habitual.

OLAS DE CALOR

Por otro lado, este verano ha cerrado una década con 23 olas de calor, frente a las 11 o 12 que se produjeron en los tres decenios anteriores, por lo que prácticamente se han duplicado.

Una ola de calor es un episodio de tiempo extremo caracterizado por temperaturas muy elevadas, que afectan a una amplia región durante un periodo de tiempo extenso. Del Campo indicó que no sólo se ha duplicado el número de olas de calor, sino que también lo ha hecho el número promedio de días al año en los que España se ha encontrado bajo esos fenómenos.

Así, en la última década la cifra ha sido de 14, mientras que en las tres décadas anteriores este valor se cifró en 6 días. Es decir, en los últimos 10 años ha habido en España más del doble de jornadas con ola de calor que en las décadas precedentes.

Donde no hay un patrón tan claro es en su intensidad, ya que la anomalía de la temperatura máxima de las olas de calor en esta década es de 2,7 grados, por 2,2 en los dos decenios anteriores, y 2,6 en la década entre 1981 y 1990. Lo mismo ocurre con su extensión, pues la media de provincias afectadas en esta década es de 22 y en la de 1981 y 1990 fueron 23.

Otro factor a tener en cuenta y que afecta a la salud es el estrés térmico exterior inducido por el clima, que se calcula teniendo en cuenta parámetros ambientales como la temperatura del aire, la humedad, la velocidad del viento y la radiación. Así, el número de días durante los cuales se alcanzó la categoría de estrés por

calor muy fuerte durante este verano en el sur de la Península Ibérica rebasó el del verano de 2003, cuando se registró una ola de calor histórica en Europa con 35.000 muertes asociadas (6.500 de ellas en España), según el Centro Nacional de Epidemiología.