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Reyes, padre e hijo

Corona

4 Ago 2020

En plena investigación suiza y española por la opacidad de sus cuentas

El rey Juan Carlos I abandona España "con profundo sentimiento, pero con gran serenidad"

Servimedia / Madrid

El Rey emérito, Juan Carlos I, envió esta tarde una carta a su hijo, Felipe VI, en la que le comunica que abandona España "con profundo sentimiento, pero con gran serenidad". "Hace un año te expresé mi voluntad y deseo de dejar de desarrollar actividades institucionales. Ahora, guiado por el convencimiento de prestar el mejor servicio a los españoles, a sus instituciones y a ti como Rey, te comunico mi meditada decisión de trasladarme, en estos momentos, fuera de España", dice la misiva.

Don Juan Carlos asegura que su decisión de abandonar España, tras haber salido informaciones periodísticas que le vinculan con presuntos casos de corrupción la toma "con profundo sentimiento, pero con gran serenidad. He sido Rey de España durante casi 40 años y, durante todos ellos, siempre he querido lo mejor para España y la Corona".

El Rey emérito explica a su hijo, Felipe VI en la carta que la decisión de abandonar España la toma "con el mismo afán de servicio a España que inspiró mi reinado y ante la repercusión pública que están generando ciertos acontecimientos pasados de mi vida privada". "Deseo manifestarte mi más absoluta disponibilidad para contribuir a facilitar el ejercicio de tus funciones, desde la tranquilidad y el sosiego que requiere tu alta responsabilidad. Mi legado, y mi propia dignidad como persona, así me lo exigen".

Por su parte, Felipe VI, en el documento remitido por Zarzuela remarca "la importancia histórica que representa el reinado de su padre, como legado y obra política e institucional de servicio a España y a la democracia; y al mismo tiempo quiere reafirmar los principios y valores sobre los que ésta se asienta, "en el marco de nuestra Constitución y del resto del ordenamiento jurídico".

 

LA OPINIÓN DEL GOBIERNO

El Gobierno ensalzó este lunes "el sentido de la ejemplaridad y transparencia que siempre han guiado al rey Felipe VI desde su llegada a la Jefatura del Estado".

Así se expresó el Ejecutivo tras hacerse pública la decisión de Juan Carlos I de trasladar su residencia fuera de España debido a la repercusión de las informaciones sobre el presunto cobro de comisiones y el manejo de dinero en paraísos fiscales.

El Gobierno manifestó su respeto a las decisiones comunicadas por la Casa del Rey y el reconocimiento a la labor de Felipe VI.

Fuentes gubernamentales explicaron a Servimedia que esperaban esa decisión, preparada desde "hace semanas", y que "sin duda" Juan Carlos I estará a disposición de la Justicia, como ya ha expresado su defensa.

La ministra portavoz, María Jesús Montero, ha manifestado en diversas ocasiones que en España "todos somos iguales ante la ley" cuando ha sido preguntada por el futuro procesal del rey emérito.

En esta misma línea de admiración por la labor desarrollada se sitúan el Partido Popular, Ciudadanos y Vox.

Sin embargo, el vicepresidente segundo del Gobierno y secretario general de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, denunció la "actitud indigna" de Juan Carlos I al abandonar España mientras es investigado por la Fiscalía del Tribunal Supremo, y considera que el Ejecutivo no puede "justificarla".

"La huida al extranjero de Juan Carlos de Borbón es una actitud indigna de un ex jefe del Estado y deja a la monarquía en una posición muy comprometida", asegura Iglesias en sus redes sociales.

"Por respeto a la ciudadanía y a la democracia española, Juan Carlos I debería responder por sus actos en España y ante su pueblo", añade.

Iglesias considera que la España del siglo XXI "no tolera la corrupción ni el privilegio". "Cualquier ciudadano que cometa delitos debe dar la cara ante la Justicia. La pretensión de impunidad por presuntos delitos graves por parte nada menos que de un ex Jefe del Estado produce un enorme daño a la democracia", dice Iglesias.

En su opinión, es "un deber para quienes ocupamos cargos de Gobierno velar por la ejemplaridad y la limpieza de las instituciones. Un Gobierno democrático no puede mirar hacia otro lado ni mucho menos justificar o saludar comportamientos que socavan la dignidad de una institucion clave como es la Jefatura del Estado que son un fraude a la Justicia".